Hasta hace poco más de tres años, la princesa Bajrakitiyabha era considerada la favorita para suceder al rey Maha Vajiralongkorn en el trono de Tailandia. Sin embargo, su vida cambió drásticamente el 15 de diciembre de 2022, cuando colapsó durante una práctica con sus perros en la ciudad de Nakhon Ratchasima. Desde entonces permanece hospitalizada y bajo un hermetismo que ha despertado la atención internacional.

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El UniversalEl estado actual de la princesa tailandesa
En los últimos días, medios europeos revelaron que la princesa, de 46 años, enfrenta una infección grave que alcanzó su torrente sanguíneo. El parte médico, difundido por la casa real, confirma que ha recibido múltiples antibióticos y medicamentos para estabilizar su presión arterial, mientras un equipo de especialistas continúa monitoreando su evolución. Lea también: [Video] El príncipe que se casó con una colombiana en Cartagena
El informe marca la primera actualización significativa sobre su salud desde enero de 2023, cuando se informó que varios de sus órganos vitales funcionaban con asistencia mecánica tras sufrir una inflamación cardíaca ocasionada por una bacteria.
Quién es Bajrakitiyabha, la hija mayor del rey Vajiralongkorn
La princesa es fruto del primer matrimonio del monarca con su prima Soamsawali, del que se divorció en 1991. Bajrakitiyabha estudió Derecho en la Universidad de Chicago y es licenciada en Relaciones Internacionales. Además de su afición por la hípica, construyó una carrera diplomática, fue embajadora en Austria entre 2012 y 2014 y también representó a Tailandia ante organismos de Naciones Unidas enfocados en temas de mujeres, drogas y delitos. Lea también: El príncipe Enrique y Meghan asisten por primera vez juntos a Ascot
El reino en vigilia por su salud
Desde que fue hospitalizada en el centro médico Chulalongkorn de la Cruz Roja Tailandesa, las oraciones y rituales en su nombre no han cesado. En templos, plazas y hogares, miles de ciudadanos han levantado altares y ofrendas, pidiendo la recuperación de la mujer que alguna vez fue vista como la esperanza de continuidad para la monarquía tailandesa.