A veinte años de la muerte de Kaleth Morales, la música vallenata sigue latiendo con la fuerza de su legado. El 24 de agosto de 2005, la noticia de su fallecimiento conmocionó a Colombia y marcó a toda una generación de seguidores.

Dos décadas después, su huella permanece intacta en las parrandas, en las emisoras y en la memoria colectiva de quienes se enamoraron de sus canciones y de ese estilo inconfundible que lo convirtió en símbolo de la llamada Nueva Ola del vallenato. Lea también: Nace la hija de Samuel Morales: su nombre honra a Kaleth Morales
Hijos de Kaleth Morales recuerdan a su papá
En esta fecha especial, su hijo Samuel Morales eligió lanzar su primer trabajo discográfico, "La otra película", un álbum que rinde homenaje a la herencia musical de su padre y busca mantener viva la dinastía Morales.
Por su parte, Katrinalieth Morales, primogénita del artista que en 2025 hubiera cumplido 41 años, lo recordó en redes sociales con una postal conmemorativa diseñada por la Gobernación del Cesar.
Kaleth Miguel Morales Troya nació el 9 de junio de 1984 y desde muy joven mostró un talento extraordinario. Pasó de cantar serenatas a sus novias y participar en parrandas vallenatas a llenar escenarios en tiempo récord. Para 2005, su popularidad era tan grande que contratarlo costaba cerca de 25 millones de pesos, según reveló el programa Expediente Final, dirigido por Diva Jessurum.
Con su estilo fresco y renovador, no solo conquistó a miles de fanáticos con temas como Vivo en el limbo, Ella es mi todo y Destrozaste mi alma, sino que abrió el camino a una nueva generación de intérpretes.
Cuatro días antes de su muerte participó en la primera edición del Concierto Nuestra Tierra en Bogotá, un evento que lo llenó de ilusión. Luego viajó a Cartagena para reunirse con su familia y recoger la camioneta en la que emprendería su último viaje. Le recomendamos leer: Un 24 de agosto que marcó al vallenato: 20 años sin Kaleth Morales
El 23 de agosto de 2005, acompañado por su hermano Keyner, tomó la carretera entre Cartagena y Valledupar rumbo a Montería, donde tenía programada una presentación. En el trayecto, un hueco en la vía entre Ariguaní y Plato (Magdalena) provocó el accidente que le arrebató la vida.

Fue trasladado al Hospital de Bocagrande, donde falleció al día siguiente, mientras decenas de seguidores aguardaban afuera con la esperanza de verlo recuperarse.
A pesar de su corta vida, Kaleth Morales dejó una obra que se mantiene viva veinte años después, confirmando que su música no solo transformó el vallenato, sino que se convirtió en un legado eterno para el género y sus fanáticos.

