Martica Maturana, exparticipante del Desafío 2010, barranquillera de corazón y alma danzante, es hoy sinónimo de resistencia y pasión. Su historia, contada en el más reciente episodio de Entre Nosotras de ORO Podcast, demuestra que las adversidades pueden transformarse en oportunidades cuando se tiene fuerza interior y amor por lo que se hace.

En 2018, Martica se casó en Estados Unidos con la ilusión de un nuevo comienzo, pero su matrimonio apenas duró un mes. La razón fue dolorosa: sufrió violencia física, emocional y verbal. “Sufrí todas las violencias que puedan existir: verbal, física, emocional”, recuerda con franqueza. Aunque tenía la posibilidad de permanecer legalmente en ese país, decidió priorizar su bienestar. “¡Suerte es que te digo!”, dice, reafirmando su convicción de que la libertad no tiene precio.
Su proceso de retorno a Colombia no fue sencillo. Trabajó en todo lo que estuvo a su alcance para reunir el dinero necesario: desde limpiar baños hasta dictar clases. Sus amigos en Los Ángeles se convirtieron en ángeles de apoyo, ayudándola a escapar de su exesposo y a recuperar poco a poco su independencia. “Trabajé de todo para recoger el dinero de regreso”, relata.
Martica fue víctima de violencia doméstica
El matrimonio no solo la expuso a la violencia, también limitó su carrera emergente. “Cuando estábamos de novios no pasaba nada, el problema fue cuando nos casamos y me fui a vivir allá. Me cohibía en muchas cosas; yo estaba despegando en Instagram y no me dejaba publicar nada”, recuerda. Incluso llegaban mujeres a la casa de él a armar escándalos, escenas que le hicieron entender que debía salir cuanto antes de ese entorno.
De regreso en Barranquilla, Martica encontró en el baile la forma de sanar y reinventarse. Así nació Matumbé, su academia de danza, un espacio que combina tradición, alegría y resiliencia. Hoy inspira a miles con su historia y demuestra que la pasión, unida a la valentía, puede convertir el dolor en arte. Lea también: Muerte de Matthew Perry: La actriz Salma Hayek conmueve al recordar al actor
Martica Maturana no solo baila: resiste, transforma y enseña que la verdadera libertad comienza cuando uno se elige a sí mismo.