Constanza Duque es una de las actrices más reconocidas de la televisión y el teatro colombiano. Durante décadas participó en múltiples producciones que la mantuvieron vigente en la pantalla e incluso condujo un talk show.
Sin embargo, su ritmo de trabajo se redujo drásticamente tras la pandemia, cuando debió enfrentar uno de los momentos más difíciles de su vida: la enfermedad de su pareja de casi treinta años, que finalmente falleció.

Después de un largo proceso de duelo, Duque regresa a las tablas tras casi una década sin hacer teatro. Lo hace con La cuerda floja, una obra basada en una idea original suya que le permitió transformar el dolor en creación. Le puede interesar: ¡Boda sorpresa! Pedro Palacio de ‘Chepe Fortuna’ se casa por segunda vez
La pieza narra la historia de una mujer que fue la reina de la cuerda floja y que, en un momento de crisis personal, descubre que ya no puede subirse a ella. El montaje reflexiona sobre el paso del tiempo, los miedos que genera y la vulnerabilidad que sienten los artistas al depender de un cuerpo y un rostro que cambian con los años.
La actriz reconoce que esa tensión entre experiencia y envejecimiento la ha acompañado siempre. Por un lado, siente que sus personajes son más ricos gracias al recorrido de su vida; por otro, advierte la presión del medio, que impone estereotipos de juventud y belleza. Por ello ha procurado cuidar su salud física y mental con disciplina: nada, practica pilates, mantiene una alimentación equilibrada y considera que el ejercicio es el verdadero secreto de la juventud.
El duelo por la pérdida de su compañero fue largo y doloroso. Durante ese tiempo, encontró refugio en la actuación al interpretar a Doña Nidya Quintero en Noticia de un secuestro, un papel que la obligaba a llorar por la hija de su personaje, mientras en su vida personal lloraba por su pareja enferma. Le puede interesar: Antonio de la Rúa sorprende en concierto de Shakira: ¿se reconciliaron?
“Fue una pérdida muy grande de mi pareja de 29 años, hace 3 años largos. El duelo había empezado porque había una situación de salud bien difícil y pandemia. Eso fue como fuerte, porque era cuidar a una persona inmunosuprimida, pero, sin embargo, yo quería también seguir trabajando a pesar de tener que estar ahí. Necesitaba como una cosa que me sacara todo el tiempo del tema de salud, médico, clínico. Ahí fue cuando hice ‘Noticia de un secuestro’ (serie de Prime). Fue maravilloso y durísimo”, confesó.
Esa experiencia, aunque dura, fue también sanadora. Además, recurrió a terapia psicológica, meditaciones y distintas herramientas para sobrellevar la tristeza y mantener el equilibrio.
Hoy, Duque asegura que La cuerda floja ha sido su mejor terapia. Con la obra logró transformar el miedo, el dolor y la vulnerabilidad en un espectáculo íntimo que le permite cerrar un ciclo y volver a sentir entusiasmo por su oficio.
“Es raro finalizar un duelo, porque uno siempre guarda el recuerdo. Pero esta obra me ayuda a entenderlo de otra manera”, confiesa. Y con esa fuerza, vuelve a subirse al escenario.