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Orgullo y Prejuicio: la historia de la icónica película que regresa a cines

Orgullo y Prejuicio celebra el regreso a cines de su icónica versión de 2005, una adaptación que marcó a fans de Jane Austen en todo el mundo.

Orgullo y Prejuicio: la historia de la icónica película que regresa a cines

Póster del vigésimo aniversario de la adaptación cinematográfica de la novela estrenada originalmente en el 2005.

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Entre todos los clásicos de la literatura europea, Orgullo y Prejuicio tuvo la particularidad de venderse para las masas como “chick lit” (“literatura para chicas”) en ciertos sectores del mercado durante los años 90 y los 2000. Más allá de las tendencias, lo cierto es que la obra se centra en un tema que todavía concierne la realidad de muchas mujeres: el balance entre los factores económicos, sociales y emocionales del matrimonio.

Póster del vigésimo aniversario de la adaptación cinematográfica de la novela estrenada originalmente en el 2005.
Póster del vigésimo aniversario de la adaptación cinematográfica de la novela estrenada originalmente en el 2005.

El comienzo de la novela, uno de los más famosos de la literatura anglosajona, deja muy clara esa preocupación. Dice así: “Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero en posesión de una gran fortuna necesita una esposa. Sin importar cuán poco se sepa de los sentimientos u opiniones de tal hombre cuando llega por primera vez a un vecindario, esta verdad está tan arraigada en las mentes de las familias circundantes, que él es considerado la legítima propiedad de una u otra de sus hijas”.

Ese comienzo también evidencia la otra característica principal de Orgullo y Prejuicio: que es una novela satírica. A través del humor y la ironía, Austen se burla de las normas del mundo en que habita, especialmente del enorme peso que el matrimonio tiene sobre la vida de las mujeres y los muchos factores que entran en juego para decidirse.

Elizabeth “Lizzy” Bennet y Fitzwilliam Darcy, la pareja titular

La novela es la historia de dos personas y sus círculos sociales. En primer lugar, está Elizabeth “Lizzy” Bennet. Es una mujer joven de 20 años, sentenciosa, ingeniosa y suspicaz, el “prejuicio” del título. Del otro lado está Fitzwilliam Darcy, de 28 años, el “orgullo”, un hombre altanero, antipático y desdeñoso de cualquier persona que no sea un conocido de toda la vida.

Darcy menosprecia a Elizabeth y a su familia en un comienzo, llegando a insultarla a sus espaldas y a interponerse en la relación que estaba conformándose entre su amigo, Charles Bingley, y Jane Bennet, la hermana más querida por “Lizzy”. Adicionalmente, la joven protagonista traba amistad con George Wickham (protegido del difunto padre de Darcy) y se entera de que el orgulloso hombre se negó, sin razón aparente, a entregarle dineros que su familia le había prometido. Por todo esto, ella desarrolla un odio profundo hacia él.

Fitzwilliam Darcy ve por primera vez a Elizabeth Bennet. Ilustración de Hugh Thomson.
Fitzwilliam Darcy ve por primera vez a Elizabeth Bennet. Ilustración de Hugh Thomson.

Irónicamente, sus circunstancias siguen entrelazándose y Darcy queda completamente prendado de Elizabeth. Naturalmente, ella lo rechaza y le echa en cara su personalidad y los males que le ha causado, pero ese desencuentro será el comienzo de su relación: a partir de ahí, Darcy se propone ser alguien a quien Elizabeth pueda amar y Elizabeth conoce las circunstancias reales que moldearon las acciones y la personalidad de Darcy, que no eran lo que aparentaban. Él deja a un lado su orgullo y ella deja a un lado sus prejuicios. Para el final de la novela, acaban comprometidos y casados.

La economía doméstica en Orgullo y Prejuicio

El mundo de Elizabeth y Darcy es el de las clases altas de la Regencia Inglesa (1795-1837), un microcosmos de aristócratas, terratenientes, soldados, comerciantes y clérigos, donde una clase mercantil cada vez más poderosa comenzaba a juntarse con los hacendados, muchos de los cuales habían entrado en decadencia. La familia de Elizabeth pertenece a este último grupo y su renta es relativamente pequeña.

En aquel entonces, la gran mayoría de las mujeres inglesas no tenían derecho a la propiedad. Debido a que no hay hijos varones, la casa de los Bennet sería heredada por un pariente distante, el señor William Collins, en lugar de las hijas, quienes apenas recibirían una pequeña porción de la renta. Por eso, la mayor preocupación de la señora Bennet es casar a sus hijas a como dé lugar, a veces sin tener en cuenta el carácter del hombre en cuestión.

La familia Bennet, ilustración de Hugh Thomson.
La familia Bennet, ilustración de Hugh Thomson.

Elizabeth no soporta la idea de casarse por dinero. El primer gran conflicto de la novela es su rechazo a la propuesta de William Collins, a quien encuentra insoportable. El episodio acaba con su madre furiosa y con el matrimonio exprés entre el señor Collins y Charlotte Lucas, la mejor amiga de Lizzy, quien decidió aprovechar la oportunidad “por el puro y desinteresado deseo de tener una propiedad y no le importaba cuán rápido pudiera conseguirla” (uno de los muchos ejemplos del sentido del humor de Austen).

A partir de ahí, Orgullo y Prejuicio se dedica a explorar las circunstancias que determinan la elección de una mujer y lo limitado que puede ser el margen de movimiento en ese “juego”. Algunas consiguen lo quieren y lo que necesitan, otras no. Charlotte Lucas podrá no amar a su marido, pero él es inofensivo y ella sabe cómo lidiar con él y administrar su nueva casa. Jane Bennet acaba feliz con Charles Bingley, quien le da tanto amor como estabilidad. Entretanto, Lydia, la más joven de las hermanas, se casa de manera impulsiva (casi arruina la reputación de su familia) con alguien cuyo comportamiento ya tenía antecedentes cuestionables y acaba en un matrimonio plagado por las deudas y los gastos excesivos de lado y lado.

Elizabeth enfrenta a Lady Catherine de Bourgh, la tía de Darcy, quien se opone al matrimonio entre ambos. Ilustración de Charles Edmund Brock.
Elizabeth enfrenta a Lady Catherine de Bourgh, la tía de Darcy, quien se opone al matrimonio entre ambos. Ilustración de Charles Edmund Brock.

Es en este panorama que el papel de Darcy se hace evidente. Contra todo pronóstico, él resulta ser el marido perfecto para Elizabeth: un hombre rico, inteligente, dispuesto a cambiar por ella y a hacerle cuantos favores necesite sin que se lo pidan. Más aún, está decidido a ir contra los deseos de su familia y casarse con una joven que no les representa ninguna ventaja económica adicional. Elizabeth, por su parte, no solo le gana mucho aprecio, sino que también empieza a comprender la postura de personas como Charlotte y su madre, pues al visitar los terrenos y la casa de Darcy luego de rechazarlo por primera vez, no puede evitar pensar que todo ese esplendor podría haber sido suyo. Parafraseando a Austen, podría decirse que es una verdad universalmente reconocida que toda mujer en busca de un matrimonio feliz y estable necesita de alguien que resulte ser como Fitzwilliam Darcy.

Orgullo y Prejuicio vuelve a la pantalla grande

Jane Austen escribió Orgullo y Prejuicio cuanto tenía 20 años (en ese entonces se llama “Primeras Impresiones”), pero no la publicó sino hasta sus 38. Aunque le representó ganancias decentes, la novela no sería elevada al nivel de “clásico” sino hasta después de su muerte. Desde entonces, ha inspirado múltiples adaptaciones, reelaboraciones y continuaciones. De hecho, una de ellas volvió al cine por estos días, la de 2005, dirigida por Joe Wright, en celebración de su vigésimo aniversario.

En este momento, los cartageneros interesados pueden ir a las salas de cine y ver esa versión, protagonizada por Keira Knightley y Matthew Macdfayen. Como adaptación, debo mencionar que tiene un tono más sentimental que la novela y diluye un poco el humor seco y cortante de Austen. Sin embargo, no por ello deja de ser una versión muy disfrutable y un buen complemento para el libro. En términos de actuaciones, dirección, cinematografía, edición y producción, no hay quejas. También cabe resaltar que no soslaya las preocupaciones económicas que moldean el destino de los matrimonios de la novela.

Orgullo y Prejuicio estará en cines hasta el miércoles 20 de agosto. Los invito a aprovechar esta oportunidad y vivir una de las versiones más queridas de este clásico en cine.

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