Dicen que para el amor nada es imposible y que, si lo encuentras, debes cuidarlo para siempre. Esa sentencia parece cumplirse en las imágenes de un video que muestra una singular propuesta de matrimonio entre dos mujeres en Valledupar.
En el video, que ya es viral en redes sociales, se observa a la pareja disfrutando del parque La Provincia de Valledupar y acercándose a la famosa estatua de Diomedes Díaz para tomarse la típica foto. De repente, una de ellas saca una pequeña caja roja y se la muestra a su novia.
La otra mujer, visiblemente conmovida y sonrojada, le dice que sí, y ambas se funden en un emotivo abrazo. Al final del video, se escuchan los aplausos de las personas presentes y a alguien decir “alcahueta”, en medio de risas nerviosas.
La grabación, publicada en TikTok por la usuaria @lindapachecho1015, ya acumula más de 19 mil reproducciones y ha generado múltiples comentarios sobre esta peculiar forma de pedir matrimonio, especialmente por haberse realizado frente al ‘Cacique de La Junta’.
Algunos usuarios comentaron: “La cara de incomodidad de Diomedes”, “Diomedes no hubiese aprobado esa unión nunca”, “Divinas”, y también reflexiones más profundas como: “El respeto por la diferencia no es una opción, es un acto de humanidad. No se trata de que todos pensemos igual, pero sí de que sepamos expresar nuestras opiniones sin pisotear la dignidad de los demás. La empatía implica ponernos en el lugar del otro, aunque no compartamos sus decisiones”.
Otros usuarios destacan que cada quien es libre de tomar sus propias decisiones y que lo más importante es el amor. “El amor es amor. Si a usted no le gusta, no lo haga, pero no critique a la gente feliz”.
La devoción de Diomedes Díaz por la Virgen María
Diomedes Díaz, el Cacique de La Junta, no solo llevó en el pecho la estampa del folclor vallenato, también cargó consigo —hasta el último aliento— la devoción más férrea y silenciosa: la Virgen del Carmen. Lea: Diomedes y la Virgen del Carmen: la fe que nunca desafinó
Fue su madre, Elvira Maestre, la primera en hablarle de ella. “La Virgencita te cuida”, le decía, mientras lo arrullaba con la voz suave de quien sabe que la fe es un refugio. Desde entonces, la imagen de una mujer serena y protectora quedó grabada en el corazón de aquel niño travieso que soñaba con cantar.

Pero la conexión más íntima surgió años después, cuando el acordeonero Juancho Rois —su compañero de batallas musicales— le regaló una figura de la Virgen del Carmen. A partir de ese día, Diomedes no volvió a separarse de ella. “Esta Virgencita me cuida el camino”, decía, llevándola en sus giras, en los camerinos, en los hoteles, en las fincas. Donde estuviera él, estaba ella. Incluso su casa en Valledupar fue bautizada con su nombre: “La Virgen del Carmen”.