La relación entre el cantante e influencer Altafulla y la modelo Karina García parece haber trascendido La casa ed los famosos. Lo que muchos pensaron que era una estrategia de reality ha demostrado ser una historia que continúa creciendo con fuerza por fuera del programa. En los últimos días, el vínculo del artista con los hijos de su pareja se ha convertido en tema de conversación por la cercanía y naturalidad con la que se ha integrado a su vida cotidiana.
¿Cómo se lleva Altafulla con los hijos de Karina García?
En una reciente entrevista radial con Mix, Altafulla se sinceró sobre su convivencia con Isabella Vargas, la hija mayor de Karina, y Valentino, el menor. A la primera la describió como una joven de carácter fuerte, con quien mantiene una dinámica de confianza y respeto. Con humor, relató que entre ellos existe una relación cercana: “Isabella sabe que me tiene que pedir permiso. Cuidado con la vaina. Hey, Isabella, cuidado en la vaina”, dijo entre risas. Lea también: Altafulla lanza canción y se gana el apodo de “El Diomedes del siglo XXI”
Respecto a Valentino, de cinco años, mostró una faceta más emotiva al referirse a él como su “mejor amigo allá en Medallo”. Altafulla contó cómo al llegar a casa es recibido con entusiasmo por el niño, quien le comparte los detalles más simples de su día. “Papi, para arriba y para abajo. Yo llego a la casa y Valentino: ‘Ajá, mi amor. Cuéntamelo todo’. Y me cuenta: ‘No, hoy hice esto, hice aquello. Doki me mordió, almorcé esto’”, dijo entre sonrisas.
¿Qué piensa Altafulla del amor genuino entre él y los hijos de Karina?
El cantante reflexionó sobre la pureza del vínculo que ha construido con los hijos de su pareja. Según él, el cariño que ha surgido no tiene condiciones ni intereses. “Los niños son muy genuinos, muy transparentes, y sentir como esa afinidad, esa conexión con él, que tan solo tiene cinco años y que no sabe quiénes somos, qué tenemos, a dónde vamos, y que simplemente él se entregue es porque de verdad es algo real”, expresó. Lea también: ¿$100 mil? Lo que le cobraron a Altafulla por unas manillas en Cartagena
Para Altafulla, el afecto que ha nacido en esta etapa de su vida se ha dado de manera espontánea, sin obligaciones ni presiones externas. “Nadie nos está obligando, ni a ellos ni a mí a querernos. Es algo que se está dando porque, como te digo, no hay ningún fin, no hay ninguna intención, simplemente nos la llevamos bien. Nos conocimos, sentimos algo genuino, algo real”, aseguró.