La vida de Megan Byron cambió drásticamente en cuestión de días. La esposa del ex CEO de Astronomer, Andy Byron, tomó distancia del caos mediático que estalló luego de que su marido apareciera en un video viral abrazando a una compañera de trabajo durante un concierto de Coldplay. Tras el incidente, Megan abandonó el hogar que compartía con su esposo en Northborough, Massachusetts, y se trasladó a una exclusiva residencia costera en Kennebunk, Maine.
La propiedad, valorada en 2,4 millones de dólares, ha sido usada por la familia como casa de veraneo durante años. Ahora, se ha convertido en el refugio de Megan, quien ha optado por el aislamiento tras convertirse, involuntariamente, en protagonista de uno de los escándalos más comentados del mundo corporativo estadounidense. Lea también: Suspenden a CEO de Astronomer y aclaran que la mujer no es empleada
Así fue descubierto siendo infiel Andy Byron en concierto
El episodio que detonó la controversia ocurrió el 16 de julio, cuando las cámaras del estadio Gillette, durante la tradicional “kiss cam”, enfocaron a Andy Byron y a Kristin Cabot, directora de Recursos Humanos en Astronomer, en una actitud romántica. Al notar que estaban en pantalla, ambos reaccionaron con sorpresa y se apartaron rápidamente, lo que intensificó las sospechas de una relación secreta. Incluso el líder de la banda, Chris Martin, bromeó con la escena ante el público: “O están teniendo una aventura o son muy tímidos”.
La reacción no tardó en llegar. Andy presentó su renuncia al cargo de CEO, mientras la empresa condenó públicamente su comportamiento, calificándolo de inadecuado. Kristin Cabot, hasta ahora, no ha emitido declaraciones. Lea también: Empresario infiel en concierto de Coldplay no pidió perdón, empresa lo desmintió
Esposa de Andy Byron habría cambiado su apellido
Por su parte, Megan Byron, de 50 años, tomó decisiones tajantes. Eliminó el apellido de casada de sus redes sociales, cerró sus cuentas digitales y retomó su nombre de soltera, Megan Kerrigan. Personas cercanas aseguran que ha estado recibiendo visitas de familiares y amigos en su residencia de Kennebunk, donde intenta mantenerse al margen de la polémica.
Conocida en su entorno como una mujer reservada y dedicada, Megan ocupa un cargo como directora asociada en la escuela Bancroft de Worcester, donde lidera un programa educativo para estudiantes con dificultades de aprendizaje. Su historial profesional contrasta con el torbellino mediático en el que ahora se encuentra envuelta sin haberlo buscado.
La pareja, que tiene dos hijos adolescentes, solía compartir en redes sociales momentos familiares y escapadas juntos, imágenes que ya no están disponibles tras el retiro digital de Megan.