Ozzy Osbourne, fallecido este martes a los 76 años, fue una figura clave en la historia del rock, reconocido por redefinir el heavy metal con un sonido profundo y oscuro que lo consagró como el legendario “Príncipe de las Tinieblas”. Lea: ¿De qué murió Ozzy Osbourne? Las enfermedades que enfrentó la leyenda del rock
Nacido como John Michael Osbourne el 3 de diciembre de 1948 en Aston, Birmingham (Inglaterra), abandonó la escuela a los 15 años y trabajó en varios oficios antes de formar, junto a amigos de la infancia, el grupo que cambiaría la música para siempre.
En 1968, junto a Tony Iommi, “Geezer” Butler y Bill Ward, fundó Black Sabbath, una banda transgresora que se convirtió en pilar del rock duro, con himnos como Paranoid, War Pigs e Iron Man, y más de 70 millones de discos vendidos.
Las letras de Black Sabbath exploraban temas como la guerra, el caos social y lo sobrenatural, con potentes riffs, atmósferas oscuras y actuaciones inolvidables, como la de 1982, cuando Ozzy arrancó de un mordisco la cabeza de un murciélago en pleno escenario. Más tarde explicaría que pensó que era un juguete de goma y que debió ser tratado contra la rabia. Lea: Murió Ozzy Osbourne: 5 canciones con las que se ganó un lugar eterno en el rock
El día en que Ozzy Osbourne intentó matar a su esposa Sharon
Además de ser su esposa, Sharon Osbourne fue la mánager de Ozzy y cofundadora del Ozzfest, uno de los festivales de música más exitosos en Estados Unidos y Europa. Su matrimonio fue excéntrico, mediático y también turbulento.
Uno de los episodios más oscuros de su relación ocurrió en 1989, cuando Ozzy, bajo los efectos de las drogas y el alcohol, intentó asesinar a Sharon. En una entrevista con el programa 60 Minutes en su versión australiana, ella relató lo sucedido: “Volvimos a casa desde un restaurante, yo estaba abajo y él arriba. De pronto bajó en ropa interior, pensé que estaba listo para ir a la cama. Entonces me dijo: ‘Tomamos una decisión’”, narró Sharon. Al preguntarle a qué se refería, él respondió: “Sí, tú debes morir”.
“Se me abalanzó, me tiró y comenzó a estrangularme. Estuvo bastante malditamente cerca de lograrlo”, confesó.
Ozzy, por su parte, reconoció en la misma entrevista que no recuerda nada del ataque, y atribuyó el episodio a su largo historial de adicciones.