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Valentina Taguado en su paso por MasterChef Celebrity: “Reír para no llorar”

Valentina convirtió el dolor en risa, la cocina en refugio y su historia en fuerza. Hoy brilla en MasterChef Celebrity siendo más ella que nunca.

Valentina Taguado en su paso por MasterChef Celebrity: “Reír para no llorar”

Valentina Taguado en su paso por MasterChef Celebrity: “Reír para no llorar”. //Foto: cortesía RCN.

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Algunos reímos por nervios, otros por costumbre. Valentina Taguado ríe porque aprendió que la risa -desparpajada, incómoda e irónica- es su mejor escudo. Ríe para no llorar, como me dijo alguna vez Raúl Ocampo, su compañero de cocina, de reality y de vida en estos meses intensos de MasterChef Celebrity 2025.

“Es una mujer increíble con un corazón enorme que tiene una de las terapias más lindas del mundo y es reír para no llorar”, aseguró Ocampo, y aunque podría parecer solo una línea poética, encierra toda una filosofía: una historia y un cuerpo que ha aprendido a habitarse mirando sus cicatrices con alegría y gratitud.

Valentina ha hecho de la risa una herramienta para sanar. De los micrófonos, un refugio. Y de los platos que hoy cocina frente a las cámaras, un manifiesto de libertad. Porque aunque su humor es rápido, agudo y hasta puede llegar a ser “fastidioso”, como ella misma lo describe, está construido sobre un suelo duro, sobre un pasado que no olvida, pero que ha decidido transformar.

La risa que floreció del silencio

La historia de Valentina no comienza en la televisión, ni en la radio, ni en las redes sociales. Comienza en un hogar lleno de miedo. Su padre -como ha contado, sin drama, pero con crudeza- fue violento, controlador y negador. Lea: Valentina Taguado confirma su salida definitiva de ‘Impresentables’ de Los 40

Durante años no reconoció su existencia y fue necesaria una prueba de ADN para que la aceptara legalmente como su hija y la violencia emocional, psicológica y física estaba siempre al acecho.

Valentina Taguado: el arte de reír para no llorar. //Foto: cortesía.
Valentina Taguado: el arte de reír para no llorar. //Foto: cortesía.

“Mi papá es una persona violenta”, dijo entre lágrimas en una de las entrevistas más desgarradoras que ha dado, para el pódcast Vos Podés de Tatiana Franko. Recordó cómo su madre tenía que esconderla a ella y a su hermano bajo la cama para evitar que su padre los golpeara.

A su hermano, lo vio desmayarse tras recibir una paliza. A su madre, la vio ser apuntada con un arma.

No fueron episodios sueltos, fueron años. Años en los que creció con la idea de que no podía engordar porque “a la mujer gorda solo la quiere la mamá”, como le repetía su padre. Años en los que se obsesionó con la delgadez, hasta el punto de pensar en cómo ser anoréxica. Años en los que soñaba con que su madre pudiera tener una vida mejor. Años en los que la única constante parecía ser el silencio… y el miedo.

Afortunadamente, a los ocho años, su madre decidió huir. Se separó. Se llevó a los niños a vivir a un hotel, comiendo en un microondas, compartiendo cama. Era una vida con más incertidumbre que certezas, pero sin violencia. Y fue ahí, en medio de la precariedad, donde empezó su reconstrucción. No inmediata. No lineal. Pero sí, luminosa.

Una risa que resuena en todo el país

Valentina encontró en la palabra hablada una forma de recuperar su voz. Y la usó para hacer reír. Su humor se convirtió en un idioma. Un lenguaje para comunicar lo que el cuerpo todavía no se atrevía a decir. Y así llegó la radio. Se convirtió en una de las voces más queridas de Los 40 Colombia gracias a su espontaneidad, su inteligencia emocional, su ironía punzante y su capacidad de hacer sentir a los oyentes como si estuvieran hablando con una amiga de toda la vida.

En el programa Los Impresentables, fue pionera y encontró no solo un espacio laboral, sino una comunidad. Por eso, cuando hace unos días anunció su salida definitiva del equipo, el golpe fue emocional. “Me duele mi corazoncito”, contó en redes.

Esta es la segunda vez que Valentina participa en un reality. Primero, la conocimos en Survivor: La isla de los famosos, donde aceptó participar como una especie de fuga emocional, “Yo estaba en un problema fuerte y dije que sí para huir… dijeron ‘República Dominicana’ y yo: ‘bueno, a donde no haya extradición’”, contó entre risas en entrevista exclusiva para El Universal. Y ese mismo humor es el que siempre brota de ella, incluso al hablar de los momentos más oscuros de su vida.

Pero la experiencia en la selva no fue nada fácil. Dormir con cucarachas, sin techo, sin comida, con arañas caminándole por la cara… no era lo suyo. Y aunque reconoce que aprendió mucho, “es de ignorantes no aceptar que esas situaciones te enseñan cosas que no conocías de ti mismo”, sabía que su corazón estaba en otro lado. Lea: MasterChef Celebrity: ¿coqueteo entre Valentina Taguado y Raúl Ocampo?

Y ese lado era MasterChef Celebrity, el reality que siempre soñó. Desde niña se imaginaba en esa cocina bajo presión, con jurados exigentes y platos a contrarreloj. Y hoy, en 2025, está ahí, viviendo ese sueño con total honestidad y muy bien acompañada: “Yo soy la que ven en MasterChef, esa soy yo transparente (…) En Master no se duerme. A veces podían ser las dos de la mañana y yo no había dormido nada. Pero pensar que iba a llegar, verle la ‘jeta’ a Raúl y que alguna bobada iba a decir para hacerme reír, es muy lindo”, contó Valentina haciendo referencia a su conexión con Raúl Ocampo, con quien ha forjado una amistad profunda y espontánea dentro del reality.

Valentina Taguado en MasterChef Celebrity. //Foto: IG @valentinataguado.
Valentina Taguado en MasterChef Celebrity. //Foto: IG @valentinataguado.

Raúl, por su parte, no escatimó elogios. “Creo que cualquier persona que tenga el increíble placer de cruzarse a Valentina es un afortunado en la vida. Luego estamos los que, además, logramos estar cerquita de su corazón. Ahí estoy yo”.

Esa amistad, junto a la que consolidó con Valeria, fue para ella lo mejor del programa. “El resto pueden hacer y deshacer, pero yo ya me siento cómoda, confiada, riéndome… y eso cambia la experiencia por completo”, dijo. Porque cuando se está bien por dentro, lo que está fuera también sabe mejor.

Todo lo que ha llorado… ya lo rió

Valentina no se esconde. No posa. No actúa. En cada pantalla se muestra tal cual es. Dispersa a veces, charladora siempre, talentosa en la cocina y con un humor que, aunque no todos entienden, ha resonado por todo el país.

Hoy, cuando cocina, se revuelve con sus recuerdos, se adereza con sus sueños y se sirve con generosidad. Sabe que la vida no siempre fue justa con ella, pero también sabe que con cada risa que suelta, se libera un poco más. Lea: Participante de MasterChef Celebrity tuvo una dura infancia, la maltrataban

Y por eso, más allá de si gana o no MasterChef, ya ha ganado algo más grande: el amor del público, la admiración de sus colegas y, sobre todo, el respeto por sí misma. Porque reír para no llorar no es una negación. Es resistencia, valentía y arte, uno que Valentina Taguado domina como nadie.

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