Cartagena lo vio despegar y ahora lo ve renacer. A Juan Luis Londoño Arias el mundo lo conoce como Maluma, pero detrás de ese nombre, los focos, los beats y los millones de oyentes, hay un hombre que ha cambiado, que ha pausado, que ha respirado. Y que hoy, después de meses de silencio, se reconcilia con su música, con su historia, con su esencia y lo hizo justo aquí: entre las murallas, el sol y las calles empedradas de La Heroica.
Su regreso musical es más que solo un lanzamiento, es un símbolo. El de una etapa renovada, más espiritual, más humana y más honesta. Maluma vuelve con ‘Bronceador’, un sencillo hecho con paciencia y con amor, que él mismo define como su “éxito del verano”.
Y eligió Cartagena de Indias no solo por la estética de postal, sino porque aquí, dice, ha vivido algunos de los momentos más felices de su vida: “Estoy feliz de regresar a Cartagena. La cultura de esta ciudad siempre me ha inspirado, desde los principios de mi carrera. Me acuerdo cuando venía aquí a hacer promoción y me recibían en todas las radios y en todos los canales de televisión con mucho cariño. Me siento muy contento de hacer este proyecto desde una ciudad tan importante folclóricamente como lo es Cartagena. Me siento feliz de estar acá”, contó en entrevista para Viernes de El Universal. Lea: Imágenes exclusivas: Maluma y Ariadna Gutiérrez paralizan el Centro de Cartagena
De la sombra al sol
Maluma no lanzaba un sencillo propio desde hace varios meses, más exactamente desde noviembre del año pasado cuando publicó ‘Cosas Pendientes’. Recientemente participó en una colaboración con Carín León llamada ‘Si tú me vieras’, pero su propia música la había puesto en pausa.
“No lanzo un sencillo mío desde noviembre del año pasado. Me había tomado el tiempo y el espacio para hacer las cosas con calma, más paciencia y no apresurarme tanto. Lancé una canción con Carín León pero eso es una canción de Carín, en la que él me invitó a participar, no es mía y yo no estaba muy seguro, pero lo hice y ahora estoy motivado de nuevo”, explicó.
En esa pausa, algo dentro de él se transformó. A comienzos de 2025, en medio del duelo por la muerte de su abuela y una crisis emocional profunda, el artista tocó fondo. Se alejó de todo. Viajó a Aspen (Estados Unidos), caminó en la nieve junto a su pareja, Susana Gómez, meditó, se miró al espejo sin filtros. Y entonces empezó a sanar.
“Si no eres espiritual, estás vacío por dentro”, reflexionó en una de sus publicaciones. Dejó de fumar, de beber, se entregó a la meditación, a la introspección, a la terapia. Se reencontró. En palabras recientes confesó: “Llevo unos meses muy vulnerable, pero es necesario. Todo cambió. Entendí que debía tratarme con más amor y vivir más en armonía con lo que soy”. Ese despertar espiritual no fue una moda. Fue una necesidad. Y hoy, en este nuevo ciclo es también una brújula. Lea: Maluma eligió a esta cartagenera para su videoclip grabado en Cartagena
Papá, empresario y ahora… otra vez Maluma
Durante ese mismo tiempo, Maluma abrazó con fuerza su faceta más íntima: la de padre. Su hija, París Londoño Gómez, nació en marzo de 2024 en Medellín y desde entonces, la vida tiene otro ritmo. Uno más pausado, más consciente, más comprometido. “Con ella me levanto todos los días con ganas de conquistar el mundo”, ha dicho. Dejó atrás muchas rutinas y abrazó otras nuevas: madrugar, ir al gimnasio, cuidar su cuerpo, su mente. Pensar más en el futuro, menos en la inmediatez.
Y como si fuera poco, también encontró espacio para emprender su marca de ropa. ‘Remanence’, no es solo una apuesta estética. Es una declaración de principios. Producida en Medellín, pensada para gente real, para quienes buscan verse bien sin dejar de sentirse cómodos. “No quería hacer una marca por hacerla. Quería crear algo que hablara de mí, de la gente que se siente ‘chimba’ consigo misma”, explicó en el lanzamiento.
También ha sido tiempo de solidaridad. En abril subastó parte de su ropa para recaudar fondos para su fundación El Arte de los Sueños, que trabaja con niños y jóvenes en situación vulnerable. En esta etapa, todo en él parece estar conectado por una misma fuerza: dar, inspirar, construir.
Maluma tiene a Cartagena en el mapa
En este nuevo momento de su vida, Maluma no quiso apresurarse. Tras seis meses en el estudio, dijo: “Bueno, creo que tengo el éxito del verano”. Y entonces eligió Cartagena para rodar el videoclip de ‘Bronceador’. Desde la mañana del 25 de junio, el Centro Histórico fue invadido por cámaras, luces, producción y decenas de fanáticos que intentaban verlo entre callejones y balcones.
A su lado, tres mujeres que no pasaron desapercibidas: la cartagenera Daniella Durán, la ex Miss Colombia Ariadna Gutiérrez y la influencer mexicana Tammy Parra, que juntas aportaron un toque de belleza, estilo y autenticidad caribeña al rodaje. El propio Maluma lo dijo sin rodeos: “No hay un lugar donde yo me haya echado más bronceador que en Cartagena”. Y con esa frase, entre risas, dejó claro por qué esta canción tenía que nacer aquí, bajo el sol de La Fantástica. Lea: ¿Qué le está pasando a Maluma? El artista expresó contundente mensaje
La ciudad amurallada, dijo, le trae recuerdos de su infancia, de momentos felices en familia, de los primeros pasos de su carrera. “Quiero aprovechar también para promocionar el turismo de nuestro país, que es tan hermoso. Sé que al mundo le va a encantar”, agregó.
Maluma 14 años después
Con más de 14 años de carrera, Maluma ha vivido de todo: éxitos virales, giras mundiales, controversias, portadas de revistas, rupturas, Grammys y récords. Pero quizás este momento sea el más importante de todos porque no solo regresa a la música, sino que lo hace como un hombre distinto.
“Se vienen muchas sorpresas. Vamos a entrar al estudio de nuevo, muchos proyectos para reconectar con mi gente… Me siento bendecido de poder seguir brindándole a mi familia comida haciendo lo que más amo, que es hacer canciones y conciertos por el mundo entero”, expresó con gratitud. Lea: Maluma dejó su mansión por una casa en el campo “toqué fondo”
El Maluma de 2025 no busca simplemente sonar, quiere conectar y esa diferencia se nota. “Gracias, gracias, gracias”, repite una y otra vez como quien sabe que ha vuelto, pero no por el aplauso, sino por el amor y de eso Cartagena fue testigo.