Sara Uribe, una de las presentadoras más recordadas de la televisión colombiana, vuelve a dar de qué hablar, pero esta vez no por su faceta frente a las cámaras, sino por su renacer como empresaria.
La paisa acaba de lanzar Poderosa, su propia marca de productos para el cuidado de la piel y el cabello, un proyecto íntimamente ligado a las heridas —físicas y emocionales— que ha tenido que enfrentar a lo largo de su vida.
Hoy Sara luce sonriente, enfocada en su hijo Jacobo y disfrutando de una etapa de plenitud, alejada del escándalo y la presión mediática. Pero no siempre fue así. A través de un conmovedor video publicado en sus redes sociales, la exprotagonista de Nuestra Tele se sinceró sobre la época más oscura que atravesó, cuando sentía que su vida se desmoronaba. Lea: Sara Uribe reveló los peores momentos de su relación con Freddy Guarín
Sara Uribe quedó en la quiebra
“Sentí desesperación, angustia. Mi columna ni siquiera me sostenía y los dolores eran insoportables”, relató con la voz entrecortada. Pese a múltiples consultas médicas, ningún diagnóstico explicaba su deterioro físico. “Yo no podía vivir, me querían quitar la vida, pensé que me estaba enloqueciendo. Es más, mi vida no tenía ningún sentido, había fracasado en mis negocios. Incluso llegué a pensar que nunca más iba a volver a amar a alguien”, confesó.
No exagera cuando habla de fracaso. Sara Uribe siempre tuvo espíritu emprendedor: años atrás se arriesgó con un spa de uñas que llegó a tener sedes en varias ciudades del país. Sin embargo, una supuesta amiga cercana la estafó y falsificó su firma, dejándola con una deuda millonaria que superó los mil millones de pesos.
Agobiada por problemas económicos, de salud y emocionales, Sara cayó de rodillas. “Ya no era mi fuerza, era la fuerza de Dios”, asegura ahora. De esa fe y de las duras lecciones nació una versión más fuerte de sí misma. “Terminé volviendo mi cuerpo como un diario, un diario con cicatrices, que cuenta su historia a través de la piel”, reflexionó.
Su nueva marca Poderosa es, precisamente, un homenaje a ese relato grabado en su piel. Los productos están diseñados para que otras mujeres cuiden su rostro y cabello, pero también para recordarles que ninguna cicatriz define su valor ni su potencial para volver a empezar.
“Me tocó volver a recordar quién era: la niña que terminó una carrera, que acompañó a su mamá en una adicción, que perdonó a su papá, que le regaló una casa a su familia. Y así volví a tomar fuerzas para emprender”, cuenta orgullosa. Lea: “Daré la custodia de mi hijo a su padre”: controversial video de Sara Uribe
Hoy, rodeada de su hijo, su familia y un equipo que la respalda, Sara Uribe muestra que después de la tormenta siempre hay un renacer. Y que, como su propia marca lo dice, toda mujer tiene dentro de sí el poder para levantarse, reconstruirse y brillar.