Siam es más que un dúo musical: se ha convertido en una referencia para sus seguidores. Su participación en el Factor X marcó el inicio de su carrera profesional, pues fue ante las cámaras del Canal RCN donde conquistaron a todo un país con la dulzura y serenidad con la que, noche tras noche, interpretaban clásicos de la balada que exaltan el romance, el amor y la pasión en el mundo de la música.
Se conocieron hace 25 años. Hace 21 decidieron comenzar una historia de amor. Hace 16 años se casaron y, desde hace nueve años, viven la mejor etapa de sus vidas: ser padres de Emilia. Lea: Siam anunció álbum para celebrar sus 15 años de carrera profesional
Carlos Montaño y Carolina Núñez construyeron un nombre en la industria musical colombiana a partir del amor que profesan. Recuerdan con gratitud su paso por el Factor X en 2009 porque fueron tres meses dedicados exclusivamente a la música, y lo asemejan a un curso intensivo que les permitió tener sintonía con todo un país. “Nos entregamos por completo, pero el hecho de ser una pareja o un compañero con quien compartir la experiencia nos permitió no perdernos durante la competencia y la velocidad que demanda”, expone Carlos.
Seguir a flote y mantenerse fieles a su esencia musical y personal ha sido uno de los desafíos más grandes que han enfrentado durante más de una década en la industria. “La música, como cualquier carrera, es de no bajar los brazos, de no derrumbarse. Así como hay ciclos de mucha prosperidad, hay otros en los que la energía está más bajita, pero hay que seguir en esta carrera, que es más de resistencia que de velocidad”.
Lo más gratificante es que su público reconozca que, detrás de cada producción de Siam, hay honestidad, sinceridad y corazón. Lea: Emilia, hija de Siam, habló del romance de Nataly Umaña en La casa de los famosos
El pilar tanto de su vida artística como personal es su hija Emilia. Su llegada fue un despertar, pues entendieron que hay cosas más importantes en la vida, y que para que el trabajo no determine el rumbo de sus días, es fundamental aprender a ser inteligentes emocional y mentalmente. “Saber identificar en qué hay que trabajar para ser mejores personas, esposos y padres”.
En este camino, con altos y bajos, Caro y Carlos protegen su matrimonio y su amor, porque son la musa de su arte. Así que, para seguir conectados con su público y mantenerse fieles a ellos, implementaron la escucha y la comunicación como herramientas fundamentales para su carrera musical.
Somos artesanos y no fabricante a gran escala de canciones. Le seguimos apostando al camino difícil”.
Siam.
Caro es el polo a tierra. Carlos, el alma creativa. Ninguno pisa el acelerador sin el consentimiento del otro pues entendieron que la complicidad es el respeto por el conocimiento individual, que crece cuando trabajan en equipo.
“La música, el sonido y nosotros como personas hemos evolucionado, siempre desde el respeto a quienes han formado parte de nuestro camino: maestros y artistas que nos han inspirado. Somos los artistas que escuchamos, los artistas que admirábamos en nuestra infancia y adolescencia, y eso nos hace ser lo que somos. Han sido tiempos de mucho aprendizaje, porque han llegado ritmos con mucho peso a nivel de industria, que de pronto tienen un mensaje diferente, pero el desafío está en cómo reinventarnos, cómo reencontrarnos y cómo seguir vigentes. Para nosotros no solo se trata de hacer música, sino de aprender a hacer música, y Siam sigue vivo mientras Caro y Carlos estén vivos, mientras sigan queriendo hacer música”.
Siam sigue vivo mientras el amor siga vivo: su presente y futuro
Ellos crecen. Ellos se reconocen como artistas en solitario y se permiten explorar otros caminos, aunque siempre regresan a ellos, siempre regresan a Siam. Han participado en Mujeres a la plancha, Hombres a la plancha, y Carlos se unió a cuatro amigos para conformar la agrupación V de Vinilo. Lea: “Vamos a negarlo todo”, el sonido renovado de Siam
“Nuestros trabajos en solitario son y han sido procesos de aprendizaje. Estamos atravesando una época en la que hay un exceso de voces y el desafío está en saber filtrar. Enseñar a ser críticos con lo que decidimos dejar entrar a nuestro hogar y a nuestras vidas. Nosotros también buscamos escucharnos y saber hacer silencio en medio de tanto ruido”, manifiesta Montaño y añade: “Hemos aprendido que para hacer música hay muchos caminos y posibilidades, más allá de ser número uno. La música también necesita músicos que estén trabajando en ella”.
El dúo trabaja en un nuevo proyecto que los tiene emocionados. Explorando fuera de lo convencional, de lo tradicional, en medio de sus inquietudes dejan volar su curiosidad como artistas.
“Hemos decidido explorar otros caminos y conceptos diferentes al disco tradicional, y llevamos tiempo trabajando en ello, pero requiere un tiempo, concentración, inversión y trabajo diferente. Estamos en proceso de creación. Cada vez es más difícil que las personas le pongan toda su atención a una canción, una película o una obra de arte, por la sobreexposición y sobrepoblación de canciones. Antes había tiempo para que las personas conectaran con una producción y se encontraran en ella. Es muy cierto que, para que una canción se convierta en un éxito o en un clásico, debe ser diferente, y no existe otra forma de hacer música si no es con el corazón, desde la honestidad. Por eso creemos que somos artesanos y no fabricantes a gran escala de canciones. Le seguimos apostando al camino difícil”.
Para ellos, tiene igual importancia la primera vez que escucharon a una multitud cantar una de sus canciones, cuando alguien se les acerca en la calle y les da las gracias porque su música les ayudó o cuando recibieron en 2011 una nominación al Grammy Latino.
“El éxito hoy significa darle un beso de buenas noches a nuestra hija y saber que está bien, que tiene salud. Saber que gracias a la música podemos cumplir con nuestras obligaciones como padres. La tranquilidad de saber que hemos hecho todo con el corazón”.