Por primera vez en 35 años, Lyle y Erik Menéndez vislumbran una posible salida del encierro. El juez de California Michael Jesic les concedió esta semana una nueva oportunidad al reducir su condena de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional a una pena de 50 años a cadena perpetua.
Esta decisión abre la puerta para que los hermanos puedan solicitar su libertad provisional a partir de junio.
El caso Menéndez es uno de los más mediáticos y controvertidos de la historia criminal de Estados Unidos.
En 1996, tras dos juicios que captaron la atención de todo el país, los hermanos fueron hallados culpables de asesinar a sus padres, José y Kitty Menéndez, el 20 de agosto de 1989, en la mansión familiar de Beverly Hills. Desde entonces, han pasado 35 años tras las rejas, bajo una sentencia que parecía inamovible. Lea: El caso de los hermanos Menéndez: abuso, obsesión y crimen

¿Los hermanos Menéndez saldrán en libertad?
En la audiencia celebrada este martes en Los Ángeles, el juez Jesic sorprendió con una resolución que podría cambiar el destino de los Menéndez. “Creo que han hecho lo suficiente en estos 35 años como para que algún día tengan la oportunidad de salir en libertad”, declaró el magistrado.
El cambio no es menor. Hasta ahora, ambos hermanos estaban condenados a pasar el resto de sus vidas en prisión, sin siquiera la posibilidad de apelar a la libertad condicional.
Con la nueva sentencia, podrán presentarse ante una audiencia de libertad provisional programada para el próximo 13 de junio de 2025. Allí se evaluará si están listos para reintegrarse a la sociedad.
Así reaccionaron los hermanos Menéndez a su nueva condena
Durante la audiencia, Lyle Menéndez, hoy de 57 años, habló con voz temblorosa sobre el hombre que fue hace tres décadas. “Cometí un acto atroz contra dos personas que tenían derecho a vivir: mi madre y mi padre. Tengo una profunda vergüenza por la persona que fui hace 35 años. He tratado de vivir mi vida en prisión como una persona de valor, de servicio”, afirmó.
Por su parte, Erik, de 54 años, no se guardó nada: “Disparé las cinco balas contra mis padres y luego volví para recargar. Le mentí a la policía. Le mentí a mi familia. Lo siento de verdad”. Sus palabras fueron descritas como “muy conmovedoras” por su prima Anamaria Beralt, una de las principales defensoras de la causa de los hermanos, quien añadió: “Estoy muy contenta de que todo el mundo haya podido escuchar lo que ellos tenían que decir”.
Los Menéndez fueron inicialmente retratados como jóvenes fríos y despiadados que mataron a sus padres para quedarse con la fortuna familiar. Pero con el tiempo, la percepción pública ha cambiado. Durante el juicio, los hermanos afirmaron que habían sido víctimas de años de abusos sexuales y psicológicos por parte de su padre, José Menéndez, un ejecutivo de la industria musical de origen cubano. Lea: De esto trata ‘Adolescencia’, la serie que está arrasando en Netflix

Aunque el tribunal no aceptó esos argumentos como justificación del crimen, la narrativa fue ganando peso con el paso de los años.
Este cambio de percepción se ha visto amplificado por la cultura popular. En 2024, Netflix lanzó Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez, la segunda temporada de la serie Monster, creada por Ryan Murphy.
La producción no solo volvió a poner el caso en el radar de millones de personas, sino que lo hizo desde una óptica empática, enfocada en el supuesto historial de abusos y el aislamiento emocional que vivieron los hermanos. Lea: Se filtró la setlist de la gira de Shakira: ¿error o estrategia?
A la serie se sumaron documentales, pódcasts, debates en redes sociales y movimientos juveniles que abogan por su liberación, especialmente en TikTok, donde se discute ampliamente si la justicia de los años noventa fue demasiado dura o incluso ciega ante el abuso intrafamiliar.