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Un vientre subrogado y un embarazo inesperado: la historia de ‘Deyka’

Katerin de Ávila, creadora de Deyka, siempre soñó con ser mamá. Un vientre subrogado y un embarazo inesperado le cambiaron la vida.

Un vientre subrogado y un embarazo inesperado: la historia de ‘Deyka’

Katerin de Ávila es la empresaria detrás de 'Deyka'. //Foto: cortesía.

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Katerin de Ávila tenía un sueño por cumplir: ser madre. En su contra, un diagnóstico médico que le impedía concebir hijos; a su favor, un deseo profundo que compartía con Deivis Ballesteros, su esposo y socio, quien la apoyó desde la creación de Deyka, un exitoso centro de peinados con trenzas que recibe a diario a decenas de clientas locales y extranjeras en Cartagena de Indias.

Su historia comienza cuando descubre que no puede quedar embarazada por una condición en sus ovarios que se lo impedía, lo que la llevó a guardar la esperanza durante muchos años, aguardando algún día despertarse con el milagro cumplido. Sin embargo, el tiempo pasó y aquella prueba positiva nunca llegó, a pesar de haberse sometido a más de siete cirugías para eliminar los miomas.

“Entonces ahí es cuando me hablan de la fertilización in vitro, cuando hacemos nuestros cuatro intentos”, relató para el videopódcast Si te contara de El Universal. “Ya en últimas el doctor dijo que definitivamente mi útero no resistía ni siquiera con el in vitro el embrión”. Cada intento fallido era para Katerin una pérdida, un duelo que debía vivir y que sufría enormemente. Recuerda que, para aquel entonces, el centro de fertilidad le ofrecía apoyo psicológico, por lo que con ayuda de una terapeuta había aprendido que tras cada intento debía tomarse el tiempo para sanar y llorar aquella pérdida. Lea también: Deyka: la cartagenera que se convirtió en mamá por gestación subrogada

Katerin de Ávila contó su historia en ‘Si te contara’ el videopódcast de El Universal.

Luego de varios años, los médicos les señalaron vla posibilidad de subrogar; por fin, después de tanto tiempo, podrían cumplir el sueño de dar vida. “La única opción que quedaba era conseguirnos un útero subrogado, o sea, una chica que llevara mi bebé en su vientre”. Pero aquella beta positiva nunca llegó. “Yo estaba abierta a la adopción y le dije a mi esposo: ‘Vamos a adoptar’”, confesó.

La portadora

Cuando estaban considerando la idea de convertirse en padres a través de la adopción, decidieron intentarlo con el último embrión que les quedaba. La persona elegida fue Shirley, una prima de Deivis a quien Katerin estimaba mucho, tanto que hacía parte de su equipo de trabajo en Deyka. Elegir a la mujer que llevará en su vientre a un hijo requiere de una decisión dotada de amor y de sabiduría; por eso, al elegirla, no lo dudaron ni un segundo. Lea también: A propósito de Shakira: qué es la gestación subrogada y cómo funciona

“Un día ella me mandó la foto de una toalla higiénica y me dijo que le había llegado el período”, una noticia que le derrumbó las esperanzas y que, por un momento, la hizo dudar. Lo que Katerin no sospechaba era la falsedad de la foto, ya que, mientras ella, acongojada, lloraba la negativa, la mujer y su esposo le decoraban la habitación para comunicarle la noticia con un cartel que decía: “Vamos a ser papás”.

A pesar de que es una forma poco convencional de embarazo entre la mayoría de parejas, para ambos representaba la respuesta a sus años de plegarias y oraciones. Fue un momento emotivo para los tres; se abrazaron, lloraron y acariciaron el bebé que había sido concebido.

“Siempre la vi muy tranquila, de hecho, ella vivió conmigo todo el proceso. La verdad, nunca tuve temor con ella, era de la familia y ya era mamá de tres hijos”.

El día esperado

“El día de su nacimiento no fue un día feliz”, fue el inicio del relato de las horas más angustiantes para la pareja y la mujer. Tras no ser atendida en las urgencias de un hospital de la ciudad, se dirigieron a toda prisa al hospital Serena del Mar, en la zona norte.

“En Serena la ingresaron de una para ginecología; cuando le tomaron la frecuencia cardíaca al bebé, el doctor dijo: ‘Hay que sacarlo, está a punto de un infarto’”. Durante varias horas, los médicos entraban y salían del quirófano con una angustia evidente. “Te juro que yo me olvidé del bebé. A mí me interesaba más ella. Yo no sabía nada de ella, pero a todo el que le preguntaba me decía: ‘Está muy mal’”. El bebé nació sin estímulos, por lo que, luego de reanimarlo, fue ingresado a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). “No sabemos cómo vaya a amanecer”, le dijeron los médicos cuando fue a conocer al hijo que tanto había soñado. Pero ni el peor diagnóstico detuvo su fe; no creyó en esas palabras, antes bien, se aferró a la idea de que el bebé era un propósito de Dios. A los ocho días le dieron de alta a Shirley, y una semana después, al recién nacido.

Katerin de Ávila y su esposo son los fundadores de 'Deyka'. //Foto: cortesía.
Katerin de Ávila y su esposo son los fundadores de 'Deyka'. //Foto: cortesía.

Ese será, para Katerin y para Deivis, uno de los días más felices de sus vidas. Hasta ese momento ninguno de los dos imaginaba lo que ocurriría un año después. Lea también: Madre subrogada: relato de cuando parí a los gemelos de otra mujer

El milagro de Katerin de Ávila

Cuando su hijo cumplió un año, Katerin decidió que era momento de someterse a una cirugía para extirpar sus órganos reproductivos. “Tenía muchos miomas. Si ya no había podido quedar embarazada, ¿por qué no operarme?”. Habiéndolo decidido, tomó una cita con una ginecóloga, quien, tras hacerle un control rutinario, desplazó varias veces el ecógrafo por su vientre antes de decir: “Aquí estoy viendo algo”. “¿Eso qué significa?”, le preguntó Katerin, tomada de la mano de su esposo. “Eso significa que aquí hay un embrión, que tiene un corazón y que está latiendo a mil”, fueron las palabras que nunca esperó oír y que confirmaron el milagro: una bebé venía en camino.

Contra todo pronóstico, Katerin de Ávila está hoy en la dulce espera de Deyka Milagros, la respuesta a sus oraciones y a las de toda su comunidad de seguidores.

“Dios quiere que toda la gloria sea para Él. Yo no me hice ningún tratamiento, yo no me hice nada, yo no me tomé nada. Es un milagro de Dios”, dice con los ojos llenos de lágrimas.

Mire la entrevista completa

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