Héctor Soberón, reconocido por su participación en Mi pequeña traviesa, vivió un ascenso meteórico en la televisión mexicana, pero su carrera sufrió un drástico giro tras un escándalo con su exesposa, Michelle Vieth. Años después, el actor enfrenta un nuevo desafío: un diagnóstico de cáncer de mama, una condición poco común en hombres.
Tras consolidarse en la pantalla con telenovelas como Muchachitas, Mágica juventud y María la del barrio, su trayectoria se vio afectada cuando Vieth lo acusó de difundir un video íntimo. Desde entonces, las principales televisoras dejaron de contratarlo, lo que lo llevó a emigrar a Estados Unidos, donde aceptó empleos fuera del espectáculo, incluso como salvavidas en un parque acuático. Lea: Cara reveló en un pódcast todos los detalles de la infidelidad de Beéle
En su vida personal, intentó reconstruirse con un nuevo matrimonio, pero este terminó cuando salió a la luz un hijo no reconocido, lo que provocó la separación definitiva.
“La gente le metió cosas en la cabeza a mi aún esposa. Ahora ya está haciendo vida con otro y ya casi le entregaron el anillo de matrimonio. Qué bueno, eso va a acelerar el divorcio”, declaró en enero pasado.
El actor recibió el diagnóstico tras una revisión médica en la que le detectaron un pequeño tumor. Consciente de la importancia de la detección temprana, Soberón compartió su experiencia para crear conciencia sobre la autoexploración en hombres y mujeres.
“No es sentencia de muerte, siempre y cuando se tomen precauciones. Hay que autoexplorarse y si se detecta a tiempo, tienes esa ventana para poder salvarte”, aseguró.
Afortunadamente, el tratamiento fue ambulatorio y no requirió cirugía.
“Fue tratado solo con medicina y ya. No pasó a mayores, se detectó a tiempo, me dieron medicamento y rápido”, explicó.
Actualmente, el actor se encuentra fuera de peligro, aunque debe someterse a revisiones médicas cada seis meses.
Un nuevo capítulo en su vida
A sus 60 años, Héctor Soberón sigue buscando una oportunidad en la pantalla y en la vida. Su historia es un recordatorio de que, más allá de los altibajos, la resiliencia y la salud siempre serán la verdadera prioridad.