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Paco de Onís: historia del Festival de Música del Caribe 1982

Paco de Onís, creador del Festival de Música del Caribe en 1982, volvió a Cartagena y conversó con El Universal sobre su legado musical.

Paco de Onís: historia del Festival de Música del Caribe 1982

Paco de Onís celebró que, tras 29 años de silencio, el Festival Internacional de Música del Caribe vuelva a realizarse. Se lleva a cabo este fin de semana en la Plaza de Toros. //Julio Castaño - El Universal

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Paco de Onís, uno de los fundadores del Festival de Música del Caribe, ha vuelto a Cartagena de Indias. Cruzó el mar Caribe, desde Nueva York, su ciudad natal, a sus 23 años, y al llegar, quedó atrapado en el embrujo Cartagena, en donde con un grupo de quijotes cartageneros, entre ellos, Antonio “El Mono” Escobar Duque, en 1981, sembró la magistral iniciativa de crear el Festival Internacional de Música del Caribe.

Conversamos con él por primera vez en 2022, al celebrarse, cuarenta años de esta aventura inolvidable. Y la segunda vez ha sido ahora, en marzo de 2025, en la reapertura del Festival de Música del Caribe: El Renacer. Vino con sus hijos Alejandro y Camila, y con su esposa, la cineasta Pamela Yates, con la que ha trabajado en 15 documentales.

¿Cómo recibió la noticia del renacer del Festival de Música del Caribe después de 29 años de no realizarse?

-El Festival de Música del Caribe pertenece al pueblo de Cartagena. Hace unas semanas recibí una carta de la directora Myriam Barcha anunciándome que se realizaría nuevamente el Festival de Música del Caribe: El Renacer 2025, y me sacó las lágrimas. Esta iniciativa es muy importante porque demuestra que ese legado estaba allí, en invernadero, como los osos en invierno, y que el espíritu del festival seguía vivo, como algo que le pertenece a Cartagena, que es para mí la capital de la música y la cultura del Caribe.

Paco en los años del Festival y su restaurante en Cartagena de Indias. //Foto: Cortesía.
Paco en los años del Festival y su restaurante en Cartagena de Indias. //Foto: Cortesía.

La primera edición de 1982 se hizo del 18 al 21 de marzo, espacio adecuado, a finales de las brisas de marzo, se hizo pensando en que no se cruzara con el Festival de Cine y la temporada turística de aquella época. Los escenarios de la primera edición fueron en la Serrezuela, la Plaza de Toros (hoy Plaza de Todos), y el Club de Pesca. Hoy, la ciudad, 29 años después, está todo el tiempo en temporada turística. Se teje una narrativa interesante con la reapertura del festival, en la misma tercera semana en que lo hacíamos. Y emociona que en esa reapertura el núcleo humano que lo impulsa esté vinculado con la música, y que cuente con el apoyo del alcalde Dumek Turbay y del Instituto de Patrimonio y Cultura (IPCC).

¿Qué expectativas tiene con esta nueva edición del festival después de 29 años de no realizarse?

-Ayer, cuando asistí al conversatorio sobre el festival en Bellas Artes, alguien dijo: ¡Ese es Paco de Onís! ¡Creíamos que había muerto! Hay que destacar el papel histórico de Antonio El Mono Escobar, presidente del festival, y el de su esposa Patricia De la Espriella, en todo lo que hoy celebramos: el legado de un festival que ya Cartagena toma como propio.

¿Cuál va a ser el público de esta festival y cómo ha evolucionado la música del Caribe en 2025?

-No conozco a los grupos invitados, solo a pocos que estuvieron con nosotros en aquella época: Diblo Dibala, Los Inéditos, entre otros, pero estoy escuchando a los grupos invitados e iré a escucharlos en la Plaza de Todos. Nosotros, con El Mono Escobar y Camilo de Pombo, hacíamos la selección musical de la época.

¿Cómo contactaban ustedes a los grupos musicales invitados al Festival de Música del Caribe?

-Pasamos de la imaginación a la realización. En 1981 enviamos cartas a todas las instituciones culturales de cada isla del Caribe para que escogieran un grupo en representación. La organización del festival los recogía en San Juan, Puerto Rico, y los traíamos a Cartagena. “Yo te pongo ese avión”, nos dijo Beatriz Dávila de Santo Domingo. Además de ella, dos mujeres aportaron muchísimo en Cartagena: Patricia De la Espriella, esposa de El Mono Escobar, y Josefina del Valle. Contamos con el apoyo de Ernesto Mendoza, director de Turismo. Fueron grandes apoyos. Antonio El Mono Escobar era abogado y manejaba el marco jurídico, fue nombrado presidente del festival y se consolidó la Corporación Festival Internacional de Música del Caribe. No había conexión ni vuelos directos desde el Caribe continental. Era más difícil contactar los grupos de todo el Caribe continental y África en aquellos tiempos en que solo lo hacíamos por carta, a través de llamadas telefónicas o viajando.

¿Por qué se acabó el Festival de Música del Caribe?

-Los tiempos cambiaron. La búsqueda de fondos económicos para sostener un festival de esta magnitud, luego de quince años de realización, se volvió muy difícil. Sin duda, los cambios políticos planteados por el investigador Ricardo Chica en su intervención y la etapa de transición que vivió Colombia desde 1991 afectaron al festival, junto a la situación económica. También lo impactó la globalización, el advenimiento de Internet y las nuevas tecnologías, entre otros factores. Recuerdo que todos los grupos que pasaron por el festival traían sus acetatos y sus casetes. Hoy son las plataformas digitales. El presente tiene nuevos retos, y los fondos para la cultura en regímenes autoritarios es lo primero que se cierra.

Paco en su primer restaurante en Cartagena de Indias. //Foto: Cortesía.
Paco en su primer restaurante en Cartagena de Indias. //Foto: Cortesía.

¿Qué sugerencias tiene para la nueva dirección del festival?

-Que sigan firmes en su propósito. No niego que tuvimos grandes contratiempos al hacer el festival durante quince versiones, y que en el presente habrá nuevos contratiempos, pero se van a superar. Me impresionó escuchar al alcalde Dumek diciendo en redes: ¡Vamos a blindar al festival para que siga vivo! El festival, como bien lo dicen los investigadores, creó “un estilo musical cartagenero”. No temer los cambios de dirección y evolución de los gustos musicales. Para mí siempre fueron especiales los picoteros, un fenómeno muy particular que incidió en Cartagena y cumplieron un papel de distribuidores y divulgadores populares de la música del Caribe.

¿Ha vuelto a recorrer el Caribe? ¿Qué nos une más allá del tiempo?

-Lo que nunca ha dejado de unirnos es la música. Con el Caribe he mantenido una conexión en el corazón para siempre. Treinta años después del último Festival de Música del Caribe, tuve el presentimiento de que algo había cambiado para siempre en Cartagena. Hoy lo confirmo con la apertura del festival.

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