Era una niña bailando árabe”, me dice el periodista Édgar García Ochoa, conocido como Flash, al recordar a Shakira, la cantante que él vaticinó que sería una estrella en el mundo, cuando nadie la conocía y solía ir de la mano de su padre a las emisoras.
Un día la niña de once años le dijo al padre que la llevara donde Flash en El Heraldo, que tuvo tres columnas en la semana durante once años. Lo citaron en La Olla Barranquillera. Y Flash le preguntó por qué la niña pensó en él, y ella respondió: “Es que soy tu lectora”. Y le contó a Flash todo lo que había escrito ese día. Y el periodista dijo: “Esta niña es una superdotada. ¡Qué naturalidad, soltura e inteligencia excepcional y cultura abrumadora! No, no me parece nada normal esto. Allí empecé a pensar que estaba ante una criatura fuera de serie. Y a lo largo de su vida he visto que prevalece en ella, además de su arte musical y su inteligencia, el don de ayudar a la gente”.
“Un día me escribió un preso de la cárcel La Modelo diciéndome que quería que le regalara unos libros, y yo le dije: ‘No te regalaré libros, te regalaré una biblioteca con mis lectores’. Se lo dije a Shakira. Empezaron a lloverme libros. Estaba en Bogotá promoviendo su canción: ¿Dónde están los ladrones?, me dijo: ‘Quiero darte la plata para esa biblioteca’. Y me ayudó, recaudamos 28 mil libros, y vino a inaugurar la biblioteca. Y al salir de la biblioteca la recibieron con una pancarta: ‘Shakira, los ladrones están allá afuera’. Imagínate el corazón de ella, su genio, la danza, su amor por Barranquilla, por Colombia, esa pasión por ayudar a los demás, las letras hermosas de sus canciones”.
“Ahora es la número uno de Colombia en el mundo. Yo he escrito varios libros sobre Shakira. Soy el único en el mundo que ha escrito libros sobre ella. Y he escrito varios libros sobre mi vida que he titulado ‘Antes que se me olvide’, en los que cuento mis encuentros con más de doscientos personajes: Marlon Brando, Julio Iglesias, Cantinflas, Carlos Molinares, Don Francisco, Leonardo Fabio, Palomo Linares, entre otros”.
“El primer capítulo es sobre Shakira, porque mira cómo esta niña ha llegado tan lejos. Así fue. Hice otro libro de recuerdos, ‘La vida era una fiesta’, mi vida ha sido intensa, también la incluí a ella. Hice un libro en editorial Planeta, cuando no existían las redes, ese libro se leyó en quince países, y está la firma de Shakira, y al ver cómo ella subía y subía con su música en todo el mundo, hice otro libro sobre ‘Mis recuerdos con Shakira’ que ha sido una locura. Una nota que hice para TikTok sobre la fiesta de los quince años de Shakira, en la que solo había diez invitados: mi novia, quien sería luego mi esposa, prácticamente financió esa fiesta, aparece vestida de rojo junto a los músicos, los papás y sus abuelos”.
“Lourdes fue en mi representación porque yo tenía que ir a España a una cita con Palomo Linares. Shakira siempre tuvo una autoridad precoz, ha sido una personalidad interesante. A pesar de la cantidad de gente que la rodeaba, era ella la que daba las instrucciones”.
“Era rebelde, se vestía como ella quería, muy creativa, parecía que ella dirigía la orquesta, se hacía lo que ella decía, por su conocimiento y su cultura. Shakira no es el primer caso que yo intuí. Lo mío es un don especial para descubrir un talento al ver una persona. No sé qué me pasa a mí. No sé de música. Fui impulsador de Rodolfo Aycardi, Juan Carlos Coronel, Daniella Mass, Antonio del Villar, Ronald Ayazo, entre otros. Yo los miraba y decía: Aquí hay algo. Tengo ese don y ese poder”.
El mundo de Shakira
“Las canciones de Shakira tienen que ver con sucesos, con su vida, con el lado sentimental y romántico, con el país, con el mundo. Ella le saca el jugo a todo. Y las hace perfectas y originales. Percibo entre sus influencias no solo la música árabe, sino también la música americana, caribeña y africana. Su creación es frenética, tiene una velocidad creativa. Con las historias de los fans de Shakira que vienen a mi casa decidí hacer otro libro: ‘Los lobos de Shakira’, con más de 40 testimonios de gente de todo el mundo obsesionada con Shakira. Una de ellas es la de un profesor que tiene una colección de más de 10 mil fotos de ella”.
Una vida de hazañas
Édgar García Ochoa, autor de 16 libros, nació en Sincelejo, ha vivido entre Cartagena y Barranquilla, y ha sido protagonista de hazañas sociales y culturales. Fue el primer paparazzi del Caribe que hizo la crónica de Marlon Brando cuando vino a filmar ‘Quemada’.
No solo averiguó dónde se había alojado el célebre actor en Cartagena perseguido por reporteros del mundo, sino que se subió al techo de la casa para espiarlo. Desafió a un cubano que lo retó diciéndole que si no hacía esa entrevista, lo mejor era que se retirara del periodismo. Otra hazaña suya fue crear en su programa radial el Club del Hogar con 1.800 mujeres, el Club de las Separadas y el Club de las Secretarias. Logró a través de la radio darle regalos de Navidad a 25 mil niños pobres que hicieron cola, presididos por el futbolista Carlos El Pibe Valderrama, Germán Pardo Llada, y su esposa Lourdes, vestida de muñeca de nieve. Se siente orgulloso de tener hasta hoy incontables amigos famosos, algunos ya desaparecidos, como Celia Cruz, Rodolfo Ledesma, Leonardo Fabio, la Tongolele, Celio González. “Amigos de verdad, no solo para hacerse la foto”, dice.
Entre ellos, están: Julio Iglesias, quien lo llamó recientemente para recordar viejos tiempos vividos; la actriz Ornella Muti, la modelo y actriz Sofía Vergara, el torero Luis Miguel Dominguín, quien lo ha invitado varias veces a Marbella, España; don Francisco, a quien invitó a Colombia, torero Palomo Linares, quien al inaugurar la Plaza de Toros le ofreció el toro de la tarde.
Fue el empresario de El Pinturero, torero español que se lanzó en paracaídas un diciembre con la intención de aterrizar en la Plaza de la Serrezuela. Ya lo había hecho con éxito en España. En su crónica escribió: “Ojalá la brisa tan fuerte de Marbella no vaya a ahogar al torero”. Y el torero se ahogó. Fue una visión premonitoria”. De todas las cosas que Shakira le ha contado de su vida, tenemos otras sorpresas.