El mundo gritó de indignación al escuchar la canción +57. Mientras tanto, las redes sociales estallan con el estreno de la nueva serie de Netflix que, a través de la pantalla, revive la obra ilustre de Gabriel García Márquez. Muchos no logran entender cómo el escritor colombiano utilizó al Coronel Aureliano Buendía para representar un acto común en su época, pero que hoy es sinónimo de infamia. Aquel hombre se enamoró de Remedios, la menor de la familia Moscote, quien no había terminado de crecer, quien no era, para ese entonces, una mujer, sino una niña.
De la hipocresía comen muchos en esta sociedad. El escándalo es lo que conviene y otros temas son normalizados bajo la declaratoria universal “cada quien cría a su hijo/hija como le parezca”. Sin embargo, la pregunta inevitable es: ¿cuánto daño le haces a tu hijo al sobreexponerlo a una realidad para la que aún no está preparado?
Los expertos, incansablemente, explican que la vida tiene un hilo conductor, en la que cada edad y etapa se deben desarrollar con cuidado y bajo limitantes que protegen la integridad de los menores, quienes se encuentran en la búsqueda de la identidad, el autodescubrimiento y el fortalecimiento del carácter. Hay un grupo de personas escandalizadas en redes sociales, ante la presencia y mediación de niñas de 10, 11, 12, 13 años que se comportan como adultas, imitando una estructura insaciable por aprobación. Su expresión y su forma de vestir ya no responden a una moda o estilo ni a una tendencia, sino a la imitación de comportamientos de una generación que creció sin conocer el internet, pero que le ha tocado adaptarse a él.
El aspecto físico adquiere cada vez más relevancia. Cómo me veo determina el futuro, el camino a seguir, las personas con las que nos relacionamos, sobre todo, si pertenecemos al grupo de dominantes o dominados, o eso es lo que por muchos años nos han querido inculcar.

North West y Blue Ivy, las hijas de Hollywood
Los titulares de reconocidos e internacionales medios de comunicación aseguran que “Blue Ivy, la hija de Beyoncé, sorprende a todos con su nuevo aspecto físico”, dejando de lado sus habilidades artísticas, lo que prima es si ya tiene el físico deseado. Dichos titulares conducen a la sexualización de una niña de 12 años, que ante la sobreexposición de sus padres, es un referente mundial.
Al igual que Blue Ivy muchos niños y niñas viven bajo el lente de una cámara; su intimidad no es protegida sino negociada.
Hay quienes se preocupan por lo que consumen sus hijos y piden regulaciones al ciberespacio. Hay quienes gritan al vacío por pequeños que no conocen y que muchos piensan que tienen “mejor vida” que aquellos que se indignan debido a los privilegios que han adquirido sus padres.

Habla una experta sobre el impacto que tienen los niños criados como adultos
Melisa Forero Valest, psicóloga, orientadora profesional y docente, entrega sus reflexiones sobre las infancias “perdidas” en un mundo de adultos que generan gran impacto en la vida de su generación.
Forero utiliza la teoría del aprendizaje social de Albert Bandura que asegura que el comportamiento se aprende observando e imitando a otros, especialmente cuando estos son recompensados o normalizados.
“Las redes sociales, personas influyentes, celebridades y padres a menudo modelan comportamientos adultos a través de la vestimenta, del lenguaje y actividades sociales específicas. Cuando estos comportamientos reciben aprobación (recompensa social), se consideran deseables por niños y adolescentes”.
Asimismo, hace uso de la teoría del cultivo de George Gerbner para sustentar los efectos de la exposición prolongada y el cambio a las percepciones individuales de la realidad.
“A menudo se retrata una versión idealizada de la vida adulta, enfatizando la libertad, la riqueza, la belleza y las relaciones. La exposición constante a estas imágenes puede hacer que niños y adolescentes crean que estas son las normas de la edad adulta, impulsándolos a imitar lo que ven y la necesidad imperante de llegar a esa etapa”.
Kim Kardashian es una personalidad del entretenimiento que ha perdido el sentido de privacidad, después de que sus momentos más vulnerables e íntimos como persona y mujer quedaran guardados en la memoria del internet, por decisión propia o como consecuencia de las relaciones que ha establecido con los años. De su matrimonio con el rapero Kanye West (Ye) tuvo cuatro hijos: North, Saint, Chicago y Psalm.
La primogénita del matrimonio, que terminó en 2022, ha estado expuesta a un mundo donde la apariencia física determina tu paso por el mundo. Ha asistido a tantos eventos en los que su vestimenta responde a los gustos de su madre y a sus 11 años ha recibido tantas críticas como una mujer adulta. Aunque no conoce límites para expresarse e interactuar con los demás, es halagada por comentarios provienen de la inocencia que es inherente a su edad.
Al respecto, la experta comparte herramientas para mitigar el impacto que tiene en los menores.
- Fomentar el pensamiento crítico. Aviva su capacidad de analizar y evalua la información de manera crítica.
- Enseñar a cuestionar el contenido que consume. Fomentar debates sobre la autenticidad de las personas y los motivos detrás de los comportamientos.
- Fortalecer la formación de la identidad.
- Ayudar a los niños y adolescentes a explorar pasatiempos, intereses y talentos.
- Establecer límites y controlar la exposición en línea.
Según los medios de comunicación, North West y Blue Ivy no son amigas, no por la diferencia de edad, sino por enemistades de sus padres. Puede que sea mentira o no, pero aquel comportamiento repercute en quienes lo consumen, provocando en la nueva generación una necesidad de escoger bandos y adaptarse a un estilo de vida y valores humanos distorsionados.
“Imitar comportamientos adultos prematuramente puede exponer a los niños y adolescentes a riesgos para los que no están preparados desde el punto de vista del desarrollo. El mimetismo constante puede generar confusión sobre su verdadero yo”, añade Forero.
Puede que North y Blue Ivy no sean como las percibimos, pero la exposición que han asumido distorsiona el desarrollo adecuado de la niñez. Una crianza respetuosa es más que dejar al niño ser.