La serie surcoreana El juego del calamar ha conquistado al mundo con su cruda representación de la desesperación humana y la lucha por la supervivencia. Sin embargo, pocos conocen el vínculo que une a su protagonista, Gi-hun, con las violentas huelgas de trabajadores en Ssangyong, un acontecimiento clave en la historia reciente de Corea del Sur.
En la trama, el personaje principal recuerda las brutales represiones que él y sus compañeros sufrieron tras un despido masivo en una planta automovilística. Esta experiencia, aunque ficticia, está directamente inspirada en la protesta que sacudió a la nación en 2009.
Ese año, Ssangyong Motor, una de las principales empresas automovilísticas del país, decidió despedir a más de 2.600 empleados como parte de un plan de reestructuración por problemas económicos. Ante esta decisión, los trabajadores iniciaron una huelga que se extendió por 77 días, en la que se enfrentaron a la policía antidisturbios armada con balas de goma y pistolas eléctricas. La represión fue tan feroz que varios manifestantes resultaron gravemente heridos y otros fueron encarcelados. La violencia policial alcanzó niveles alarmantes, con imágenes desgarradoras de los enfrentamientos transmitidas en vivo, lo que dejó una huella imborrable en la conciencia colectiva del país. Lea también: ¡La espera terminó! ‘Los juegos del calamar 2′ tiene fecha de estreno
Hwang Dong-Hyuk, el creador de El juego del calamar, explicó en una entrevista que su objetivo era mostrar cómo una persona común y corriente, parte de la clase media, podría verse arrastrada a la miseria en un sistema económico implacable. Su inspiración provino de las huelgas de Ssangyong y de la sensación de impotencia que muchos trabajadores experimentaron ante la brutalidad policial. La historia de Gi-hun, un hombre que pasa de tener una vida relativamente estable a sumergirse en la pobreza, es un reflejo de la realidad de aquellos que fueron desplazados por las políticas económicas del momento.

Lee Chang-Kun, líder sindicalista de los trabajadores de Ssangyong, se convirtió en un símbolo de la resistencia. Tras la huelga de 2009, organizó una sentada que duró 100 días, buscando justicia para los compañeros que habían sufrido las consecuencias de la represión. “Nos consideraban obsoletos, como si no tuviéramos derecho a defendernos”, relató Lee en una entrevista con AFP. “La policía no se detuvo ni cuando caímos inconscientes. Eso se mostró al mundo, y fue un recordatorio del dolor que muchos sufrimos”, añadió, recordando las imágenes que resonaron con la escena de la serie donde los personajes caen bajo la violencia sistemática. Lea también: Piden cárcel para actor de ‘El juego del calamar’ por acoso sexual
Este trágico episodio no solo marcó a los trabajadores de Ssangyong, sino que también dejó una cicatriz profunda en la sociedad surcoreana. El creador de El juego del calamar no solo quería contar una historia de supervivencia, sino también de resistencia, reflejando un conflicto que marcó a muchos.