El jueves 22 de diciembre de 1994, en exclusiva para El Universal, el periodista Víctor Sánchez R. publicó una nota en la que exponían íntimas confesiones del cantante vallenato, Diomedes Díaz.
Hospedado en el Hotel Hilton, el artista habló de sus sentimientos, de la depresión que estaba viviendo y el duelo por la muerte de su compadre. Asimismo, tocó temas como las constantes críticas que recibía, el impacto que tiene en el género y sus sucesores. Lea: Diomedes Díaz con Michael Jackson: las fotos que causan furor en redes
Esta es la entrevista de Víctor Sánchez a Diomedes Díaz:
“Compadre Juancho, he sufrido mucho porque en San Juan me iban a matar”.
“El día de su triste partida me botaron y no gustaron de mi. Perdónelos, compadre Juancho Rois. No deje de rezar por mí”.
Esas frases las cantaba Diomedes Díaz en su habitación del Hotel Hilton, una tras otra, en medio del sudor que bañaba su frente.
Miraba a su alrededor y trataba de agarrar con su mente cada estrofa, cada palabra que describiera el sufrimiento que sólo él lleva por dentro. Lea: Lily Díaz, hija de Diomedes Díaz, confirmó que será mamá de tres
Sentado en una cama, acompañado de una botella de aguardiente, Diomedes Díaz, empieza a relatar para este medio, la verdad. Una verdad que muy pocos conocen.
La verdad de una de las figuras más grandes que ha dado el folclor vallenato.
¿Por qué dices que te querían matar en San Juan?
Los ñatistas (seguidores de Jorge Oñate) me querían matar. La envidia de unos cuantos enemigos, promovidos por una persona que muchos conocen, repartió plata en San Juan para que me vetaran.
¿No fue prematura la escogencia de Iván Zuleta. Todo el mundo esperaba un tiempo prudencial?
No fue así. Antes de morir mi compadre Juancho Rois, yo había firmado una serie de contratos que no podía dejar de cumplir.
He tenido muchos problemas, otro más me acabaría por completo.
¿La decisión de que ingresara Iván en tu agrupación de quién fue?
Mía. Nada más mía. Lo que pasa es que se ha formado un “tierrero”, promovido por los ñatistas. Ellos son los culpables de que ahora todo el mundo se me venga encima.
Además, escogí a Iván, porque yo quiero recomenzar, no empezar.

Todos esperaban que fuera el ‘Cocha’ Molina
Yo con el ‘Cocha’ puede haber comenzado, pero no recomenzado.
¿Qué pasa con Otilio Sarmiento (empresario cartagenero)?
A él tengo que darle 40 millones y al abogado 4 millones, por un pleito que no es conmigo, sino con el representante.
A mi llegada a Cartagena, el abogado Otilio, Hugo Valera Padilla, con un grupo de miembros de la Fiscalía, me montó una película en el aeropuerto, que si no le entregaba un dinero me metían preso.
Todo lo que hicieron fue un montaje, un “secuestro”.
¿Todo el mundo habla de Diomedes, pero quién es él?
Usted lo conoce, escríbalo.
Me refiero a la parte humana
Un dios prácticamente. Un dios por la parte religiosa. Todo lo que me pasa es por bueno.
Las cosas malas me las tiran por la cara para hacerme daño. Eso es lo que me tiene triste.
Así fue Jesucristo y se murió también. Lea también: Shakira confiesa su canción favorita de diciembre: un clásico de Diomedes
A mi no me da la gana de matar a ninguno, que lo mate otro; que se mueran solos.
¿Sufres mucho?
Sí. Yo no quiero hablar de esas cosas, porque se me devuelve el caset. Para mi ha sido muy duro todo. Yo aquí donde estoy, tengo un nudo en la garganta.
Lo que pasa, es que si yo me pongo a lloriquear enfrente de la tarima yo le contagio eso al público. Lo deprimo y se van.
Mi misión es otra, es llevar mi cultura más allá por el bien del folclor.
Los recuerdos me han dado muy duro. Algún día todo terminará. No sé cuándo. Sé que algunos me recordarán con cariño, otros con amargura".
Mi sentimentalismo lo dejo para mi cuarto y mis cosas personales. Eso es aparte.
Gracias a Dios estoy levantándome, viviendo. Tú sabes que yo también me morí.
¿Quién te está ayudando en estos momentos a aliviar tu pena?
Dios, el alma de Juancho y el apoyo de mis seguidores.
¿Algún día tendrás reemplazo?
Creo que no. Me seguirán los pasos. Lea: Martín Elías Jr: “Mi deber no es terminar lo que mi papá empezó”
¿Te mandarán a hacer una estatua?
Ojalá lo hicieran. (Risas).
¿A Diomedes le han quitado algo?
Sí, un amigo.

¿Y material?
Yo me he presentado en sitios donde asisten alrededor de 10 mil personas con mi reloj Rolex y 80 kilos de oro, y nadie me quita nada. Es que la gente me quiere.
¿Por qué te sigue la gente?
Porque canto bonito y sobre todo, porque es un pueblo que yo levanté hace 20 años.
Ese mismo pueblo creyó en mi mensaje, en un mensaje que transmitió Rafael Orozco hace mucho tiempo con una canción que yo compuse, ‘Cariñito de mi vida’.
Usted estaba muy muchachito. Le estaban enseñando a chupar teta. (risas).
¿Cómo es la familia de Diomedes?
Honesta, sencilla y trabajadora. Yo soy descendiente de una familia campesina. Mis padres viven en el campo. Hoy día, la finca donde yo nací, la compré y se la regalé a mis viejos.
¿De dónde proviene su vena musical?
¡Ah! Eso es hereditario. Viene por parte de mi madre y de mis abuelos, por parte de mi papá.
¿Cómo se llaman tus padres?
Rafael María Díaz y Elvira Maestre. Lea: Estos son los éxitos musicales de Luis Egurrola que grabó Diomedes Díaz
¿A los cuántos años descubres que puedes cantar?
Yo nací con eso. Yo descubrí mi don muy tarde. Es que para serte franco, yo no cría en eso. Cuando Rafa me graba mi primera canción, me llovieron mis primeros pesitos y me alcé.

¿Creíste que alguna vez ibas a triunfar?
Todavía no estoy convencido de lo que soy.
¿Y qué quieres ser?
Darla más a mi pueblo folclóricamente hablando.
Esto no es para quedarse criando caballos, vacas, administrando tierras y peleando con empresarios.
¡No! Esto es para hacer cultura.
¿Cómo haces para llevar una vida tan agitada?
Tranquilamente, porque tomé esto como profesión.
Yo sé lo que estoy haciendo. Estoy preparando para esto, y no porque esté detrás de la plata.
¿Cuántos hermanos son ustedes?
Somos 10. Se murió uno. Lea también: ¿De qué murió Diomedes Díaz? Exmánager hace fuerte revelación
¿Eres el mayor?
Soy el primero y el que hicieron con más gusto. (Risas)
“Espéreme un momentico señor periodista y me arreglo. Es que estoy empapado”. Diomedes se va al baño y aparece con otra ropa.
Espera un tiempo, se toma un trago de aguardiente.
Mi alma necesita un descanso".
¿Bebes mucho?
Cada vez que me pones una botella.
Es que estoy muy cansado. Ya no aguanto más.
Voy a cantar hasta el 25 de diciembre, después me pierdo.
Quiero irme para la Sierra Nevada, con una libreta, una pistola y un mulo, pero que no sea hembra. No quiero saber nada de mujeres por ahora.
Quiero sumergirme en mi mismo. Mi alma necesita un descanso.

Un silencio se toma a la habitación. El brillo del diamante, que tiene implantado Diomedes en uno de sus dientes pierde su brillo. Su boca se silencia.
“Los recuerdos me han dado muy duro. Algún día todo terminará. No sé cuándo. Sé que algunos me recordaran con cariño, otros con amargura”.
“Ese es el destino de un artista como Diomedes Díaz. Este es el destino de un artista que nadie olvidará. Eso téngalo por seguro, señor periodista. Así será mi destino”.