El hijo más famoso de Vicente Fernández y sucesor de la dinastía musical se ha encargo de llevar la ranchera más allá de su país, haciendo que este género de la vuelta al mundo y logre conquistar otros escenarios.
Alejandro Fernández, quien ha sido ganador de varios premios Grammy y ha conquistado escenarios alrededor del mundo gracias a su interpretación muy personal de la música mexicana, fue interrogado sobre su sexualidad, ya que a pesar de que casi siempre se le ha visto en pareja con alguna mujer, algunos todavía creen que el intérprete podría ser bisexual.
Justo cuando arribaba a Ciudad de México, algunos periodistas lo abordaron en el aeropuerto e intentaron indagar en este aspecto. “¡Ay cabrón! Nunca había escuchado eso”, mencionó Fernández, con un tono sarcástico. Y agregó: “Que tengan ganas de darse conmigo es muy diferente”. Lea también: Alejandro Fernández sorprende con su versión de “Cobijas ajenas”
El cantante de música ranchera no dejó espacio para las dudas y fue enfático en su heterosexualidad: “Soy muy derecho (heterosexual)”, advirtió. “Y curadísimo de espanto de todo lo que se diga o se haya dicho de mí”, mencionó el mexicano.
A pesar de su fama de “mujeriego”, Alejandro Fernández ha mantenido relaciones sólidas en su vida y a lo largo de su carrera. Ejemplo de ellas fue la que tuvo con América Guinar, un noviazgo que empezó cuando apenas eran unos adolescentes; se casaron en 1992 y dieron la bienvenida a tres hijos, Alejandro, América y Camila. Sin embargo a los seis años decidieron ponerle fin a la relación.
Luego, en 1998, el cantante inició un romance al lado de Karla Díaz, dando como fruto a Emiliano y Valentina, dos hijos resultado del amor de la pareja que posteriormente se separó. Sin embargo, fiel creyente del amor, Fernández se hizo pareja de Karla Laveaga, una relación que le trajo una avalancha de críticas pues su pareja es 20 años menor. Lea también: ¡Talento del abuelo! Nieta de Vicente Fernández lanza su carrera musical
A pesar de los malos comentarios, la pareja continúa viviendo un idilio de amor, demostrándole al mundo que la diferencia de edad no es un impedimento cuando se construye una relación con bases sólidas.