Cuando vemos una película de brujas, hechiceros, colores vibrantes, cantos alegres, bailes energéticos y, sobre todo, animales que hablan, no solemos pensar en el mensaje que transmite ni en la forma en que refleja la sociedad en la que vivimos.
Sin embargo, ‘Wicked’, la recién estrenada película del director Jon M. Chu, es una representación - en forma de musical – de las luchas internas de cada ser humano a lo largo del tiempo, de las relaciones personales y, especialmente, de la historia de la humanidad, porque aunque actualmente la sociedad se rehúse a pensar en su pasado, la realidad es que sin él y sus enseñanzas, nadie podría haber llegado tan lejos.

Un lugar más allá del arcoíris… ¿o no?
Al hablar de la historia de la humanidad, un hecho clave es el descubrimiento de América. Ahí, Cristóbal Colón fue considerado el descubridor, y aunque América era un continente que ya existía, el susurro de tan gran hazaña se fue replicando hasta convertirse en lo que es hoy. De hecho, por esta razón, en la Plaza de la Aduana aún se conserva una estatua suya que a diario recuerda aquel “hallazgo”.
Ahora bien, más allá de la carga negativa con la que América Latina ha lidiado por años, también es necesario hablar del drama vivido en América del Norte con sus 13 colonias emancipadas de Reino Unido que conformaron Estados Unidos a través de una revolución gloriosa tras siglos de represión.
No obstante, para la visión eurocéntrica este continente apenas logra reconocerse a sí mismo y se le considera un territorio que heredó los conceptos que a ellos les costó miles de años construir.
El Maravilloso Mundo de Oz, lugar donde se desarrolla ‘Wicked’, no está lejos de tener similitudes con estos escenarios, porque aunque es un mundo utópico, ubicado más allá del arcoíris, con animales que hablan, magia y, esencialmente, donde no existe la miseria ni la desesperanza, la realidad es otra.
Al fin y al cabo, como menciona Piedad Bonet en La mujer incierta, “La naturaleza no es tan sabia como dicen, pero parece ser que todo tiene que ver con la evolución, esa que nos llevó a erguirnos, a caminar como hoy lo hacemos, y a reconfigurarnos como especie”.

Reescribiendo la historia
El Maravilloso Mundo de Oz se presentó hace más de 60 años en El Mago de Oz, la aclamada película de Víctor Fleming, protagonizada por Judy Garlad que, además, incluye a los personajes que descubriremos con el tiempo en ‘Wicked’.
En El Mago de Oz se presenta la historia de Dorothy, una pequeña niña que, guiada por Glinda, la bruja buena de Oz, y acompañada de un robot sin corazón, un león miedoso y un espantapájaros, seguirá el largo camino amarillo, enfrentándose a la malvada bruja del oeste, para encontrar al mago y lograr que el más grande deseo de su corazón se vuelva real.
Es una historia muy linda y, como buena película infantil, tiene un final feliz, pero detrás de toda esta fábula existe una realidad que, antes de ‘Wicked’, no se había descubierto ni explorado, porque como dice el dicho “son los ganadores quienes escriben la historia”.
Así, ‘Wicked’ es el otro lado de El mago de Oz; es la historia vista desde los ojos de la bruja mala, que aquí pasa a llamarse Elphaba y se convierte en amiga de Glinda, obteniendo un grado de humanidad que anteriormente no tenía, porque aunque la película sea un musical, en el fondo habla de temas cruciales para los humanos, como la autoaceptación, el desafío de los límites y brinda una perspectiva diferente de lo que ya se conoce. También te podría interesar: Error en publicidad de muñecas Wicked genera demanda contra Mattel

Se volverá muy “po-pu-lar”
‘Wicked’ es la adaptación del famoso musical de Broadway, ganador de tres premios Tony, que marcó a toda una generación desde su estreno en 2003. Hace muchos años esta obra se quiso llevar a la pantalla grande, pero por diferentes motivos no fue hasta hace algunos días que se dio su estreno en cines, resultando en un completo éxito.
Y es que la película cuenta con un elenco de renombre, encabezado por la ganadora de dos premios Grammy, Ariana Grande, representando a Glinda; y la ganadora del Tony, Grammy y Emmy, Cynthia Erivo, representando a Elphaba. Dos actrices que, a través de sus personajes, pueden haber logrado la interpretación de sus vidas.
‘Wicked’, al igual que El Mago de Oz, es un musical y desde su promoción se busca denotar que lo es, al fin y al cabo, más de la mitad de su público objetivo son los fanáticos del show de Broadway, por eso la elección de un elenco con un entrenamiento vocal digno de las altas notas musicales que se alcanzan y, especialmente, la elección de un director con respeto por el género.
Esta película tiene una majestuosidad y una escala enorme en sus números musicales, que se alejan de las tendencias minimalistas de la actualidad y sorprenden a todo espectador con bailes, estrofas y momentos diferentes a los de la obra original, pero que le guardan el debido respeto que se merece.
‘Wicked’ no busca recrear la versión teatral, sino darle una imagen más popular a la misma historia, utilizando todas las herramientas audiovisuales a su disposición, para hacer que el público nuevo se enamore de ella y de sus personajes.

Dos amigas compartiendo un día maravilloso
Un aspecto clave para que la obra y la película tuvieran éxito y conectaran con la audiencia, fue la relación de Glinda y Elphaba, personajes opuestos pero complementarios, que hacen avanzar la historia a través de su amistad.
Por un lado nos encontramos con Elphaba, una especie distinta a las demás que, en su interior, se sentía sin voz ni importancia como los animales de Oz.
Su piel es verde, producto del pecado de su madre y, desde pequeña tuvo que vivir luchando contra la discriminación de la sociedad y, a la vez, contra el rechazo de su propia familia que, desde el momento de su nacimiento, la recibieron con gritos de horror que colisionaban con las paredes, escapaban por las ventanas y resonaban con las palabras que la marcarían de por vida: “¡Es atroz, es obsceno. Parece una rana o un repollo. Saquen a esa cosa de aquí”.
Elphaba nunca se sale del molde establecido por la sociedad, sigue órdenes, se mantiene en silencio y no considera la idea del amor, pues hacerlo sería una osadía para ella, pero sus poderes mágicos, de vez en cuando, salen a relucir dejando una huella a su paso.
Del otro lado está Galinda - y no crean que lo escribimos mal, es que así se llamaba antes de cambiar su nombre para encajar en la sociedad – que es una especie sobrenatural que levanta suspiros donde quiera que va.
Su piel, como contraparte de Elphaba, es blanca. Tiene el cabello rubio, se viste con atuendos ostentosos y cuenta con una voz angelical y encantadora. Si esto fuera poco, tiene dinero, es amada por sus podres y es popular.
La relación de ambas comienza con mucho odio, pero con el tiempo, después de conocerse, terminan convirtiéndose en dos buenas amigas que se cambian la vida mutuamente y que, a pesar de las diferencias, darían la vida por la otra.
Sus ambiciones y deseos son muy diferentes. Elphaba quiere el bienestar y la libertad para los animales de Oz, mientras que Glinda desea ser la mejor bruja del mundo. Así, en un momento crucial, su relación se pone en jaque.
Al ver la relación de las actrices principales en la vida real, la mayoría de las personas ven a Elphaba y a Glinda por todo lo que han representado en la industria del entretenimiento: Ariana, la chica perfecta, popular desde pequeña, y Cynthia, la mujer negra que luchó contra el rechazo y el racismo para lograr ser reconocida en la industria.

¿Las personas nacen malas o se les impone la maldad?
Aunque la relación de Glinda y Elphaba es de gran relevancia, la forma de retratar la psicología y las luchas internas de cada ser humano marcan un referente en obras del mismo tipo.
En ‘Wicked’ las historias de ambas protagonistas (al menos en esta primera parte) representan un camino hacia una deconstrucción que las conduce a la incertidumbre cuando notan que el Maravilloso Mundo de Oz no es tan maravilloso como les fue contado. De hecho, en ese mundo solo se sigue un sistema de creencias donde se rinde tributo a un falso ídolo conocido como El Mago de Oz.
Este ídolo, que llegó en globo recitando falsas palabras mágicas, es la muestra de la forma en que las creencias moldean nuestra sociedad y, en muchas ocasiones, la llevan a su perdición.
El ejemplo en Oz lo vemos cuando, al seguir las indicaciones del Mago, los animales pasan a un segundo plano y se les arrebata el derecho de participar en la toma de decisiones e, incluso, de expresar palabra alguna, convirtiéndose así en el imaginario de lo que son hoy en el mundo real.
“La verdad es la verdad. Existe por sí misma. No depende del punto de vista de nadie. Si alguien dice “yo sé la verdad” eso equivale a negarla, y si la verdad no es una evidencia para todos, entonces no es verdad”.
Montaigne, filósofo francés del siglo XIX
En este sentido, ¿la verdad es la que cuentan aquellos que llaman ‘maravillosos’ o aquellos que se han ganado el repudio por ir a contracorriente? ¿La maldad es como nos han dicho que es, o tiene otros matices? ¿Las personas nacen malas o se les impone la maldad?
Y aquí entra Elphaba, pues ella es quién va contracorriente y ataca el sistema, convirtiéndose en la icónica Bruja Mala del Oeste.
“Cuídense de la bruja, es malvada y hay que matarla. Alegrémonos porque la bondad pudo someter sus malvadas obras”. Ese es el recurso que históricamente se ha usado en el mundo real para impedir que las personas diferentes tengan un lugar en la sociedad.
También es un recurso que se basa en la eliminación de un grupo a través del silencio de otros, donde la gente calla y sigue adelante sin mirar a los lados, tal como Glinda que decide quedarse del lado que, aunque injusto, permite el orden.

Elevarse contra la gravedad
Es común escuchar que los polos opuestos se atraen, pero en este caso, diremos que los polos opuestos que representan Glinda y Elphaba son, en realidad, uno solo.
Sus emociones, actitudes y decisiones viven al mismo tiempo dentro de cada uno de nosotros, porque todos alguna vez nos hemos sentido rechazados, aclamados, hemos cometido actos pensando en los demás, hemos crecido, cambiado y, eventualmente, tal como en la película, hemos desafiado la gravedad para superar nuestros límites, trascender y seguir adelante dejando un legado, a veces bueno y a veces malo, que marca nuestras vidas y las de los que nos rodean.
Guiados por las visiones de nuestro corazón y siguiendo nuestros deseos, llegamos a eliminar los límites que existen en nuestras vidas desde tiempos históricos, logrando, así como Elphaba, volar hacia el oeste sin nadie que nos detenga y cambiar únicamente para bien.
‘Wicked’ ya logró desafiar la gravedad, dándole una nueva oportunidad a los musicales para volver a brillar en la pantalla grande y seguir representando esas historias poco comunes que solo el teatro de este siglo se atreve a contar, pero además, logró enseñarle a las nuevas generaciones que las historias no siempre son como nos las cuentan y que la bondad, en ocasiones, se esconde detrás de las apariencias menos esperadas. Lee también: “Deberíamos ser más amables”: el mensaje de Ariana Grande sobre su físico