Hay personas que nacieron para escribir. Tejen letras y construyen declaraciones de amor, de independencia, un grito ahogado de lo que el alma es incapaz de decir.
Tantas maneras de narrar este mundo y Wilfran Castillo decidió hacerlo desde los valores que aprendió en su casa, donde reinada su abuela, ‘mama Hilda’ con su maquina de coser. Las telas, los hilos, los botones y el ensordecedor sonar de este aparato fueron el fundamento para sacar adelante a su familia y brindarles herramientas necesarias para hacer de sus vidas algo más allá del simple acto de vivir.
De pronto fue eso, la armonía de aquel rítmico oficio que vistió a tanta gente y los envolvió en el camino del arte de las letras y la melodía. Cuando la música apareció en la ecuación, la salvación económica llegó al hogar. Lea también: Wilfran Castillo confesó que dejó de componer desde la muerte de Omar Geles
“Los que venimos de no tener nada no le tememos a nada, y Omar fue un gran ejemplo de ello, porque esa palabra no existía para él. Fue una guía para todos”, asegura, y añade que su partida dejará un dolor que se sentirá para siempre.
El compositor de grandes éxitos musicales como ‘No quería engañarte’, ‘Hoja en blanco’ y ‘Arroyito’ cuenta que entró en el creativo mundo de la composición por una decepción futbolística.
“Yo era futbolista y estaba jugando un campeonato. Ese partido era decisivo y yo boté el penal que nos dejó por fuera. Como estaba desocupado y sentí la necesidad de hacer algo, me puse escribir y salió ‘Sueños de olvido’”. Tenía 17 años cuando le presentó a su tío Omar Geles su primera composición, de la cual se desprenden grandes éxitos como ‘Volver’, ‘Enamórate como yo’, entre otras.
La vena del poeta brotaba por su familia y, a los 21 años, con el referente de su tío, Wilfran Castillo ya era un compositor reconocido en la región. Lea también: La canción que Wilfran Castillo le negó a Fonseca y es todo un éxito
El hijo de Valledupar, Cesar, manifiesta que es crucial escribir mensajes que construyan y que reflejen realidades más allá de las drogas y la violencia, que al amor se le siga dedicando versos que perduran en las generaciones.
Nunca me incomodó que me conocieran por canciones que otros pegaron, porque ese era mi papel, y de cierta forma, lo sigue siendo, pero la gente me hizo artista y me dio la oportunidad de demostrar otros talentos que tengo”.
Wilfran Castillo.
Y aunque Diomedes Díaz, leyenda del género vallenato, no le grabó ninguna canción porque compone “muy romántico”, Wilfran ha escrito una carrera en donde el silencio prevalece y el análisis se despoja de lo tedioso y se transforma, como la oruga, en un ser vivo digno de admirar, no lo dicen los expertos, sino el público que lo catapultó a un oficio que nunca aspiró a tener pero que hoy se complace de hacer. Él, el cantante de la gente.
La música le ha permitido decir lo que no cabe en el papel y que su mente necesita exponer. La cotidianidad de la vida de otros que se convierten en la realidad de todos y aunque su ADN sea 75% vallenato, él escribe lo que el mundo necesita oír, por eso escribe sin importar el género.
“Muchos me conocen como compositor de vallenato, pero me desenvuelvo en otros géneros, hasta regional mexicana porque popular es otra cosa. Escribí una canción preciosa que me grabó Gilberto Daza y Marcela Gándara ‘Las alas de la mariposa’”.
Él no se cohibe de escribir lo que su mente le dicte, pero sí es cuidadoso con lo que plasma e inmortaliza en el estudio porque sabe que la música tiene gran impacto en la sociedad y en las generaciones que se forman como sus hijas.
“Quiero hacer cosas que enaltezcan el folclor y nuestra cultura, aunque ya no me considere únicamente un compositor de vallenato”, asegura. Afirma que siempre se ha sentido pleno con su título de compositor y que, aunque ahora sale a la calle y muchas personas lo reconocen, la cercanía con la gente es un regalo que nunca debe perderse. Lea también: Wilfran Castillo, creador de éxitos
“Nunca me incomodó que me conocieran por canciones que otros pegaron, porque ese era mi papel, y de cierta forma, lo sigue siendo, pero la gente me hizo artista y me dio la oportunidad de demostrar otros talentos que tengo”, expresa, mientras recuerda a grandes maestros que el vallenato le regaló, como Luis Egurrola, de quien aprendió el arte de transmitir sentimiento y el ingenio para impactar el oído con la armonía y las letras.
‘DOBLE UU’ es el nuevo álbum musical, de 10 canciones, que Wilfran Castillo lanzará en febrero del año entrante. Una producción alejada del vallenato pero no de los ritmos del Caribe, canciones que nacieron de él pero que los artistas, por razones de la vida, no le quisieron grabar.
Él lo llama proceso orgánico, pero podríamos asegurar que es un homenaje al oficio, a su pasión. Él canta porque compone y compone porque la música vive en él.