Las luces siempre brillan con más intensidad para las reinas de belleza durante su año de reinado. Con la deslumbrante corona en sus cabezas y el emblemático cetro en sus manos, se convierten en íconos de gracia, belleza y, sobre todo, dedicación.
Cada noviembre, Cartagena de Indias se llena de fiesta para coronar a dos nuevas reinas durante las tradicionales Fiestas de Independencia. Estas celebraciones se han convertido en la excusa perfecta para que los colombianos celebremos no solo la belleza de nuestra ciudad, sino también la dedicación y el espíritu de las mujeres que, año tras año, entregan su alma y corazón en el Concurso Nacional de Belleza (CNB).
No obstante, las fiestas ya terminaron; reinas vinieron y reinas se fueron. Las nuevas soberanas se preparan para entregarlo todo en este año de reinado que les espera y nosotros volvemos a la cotidianidad. Pero, ¿Qué sucede con las exreinas, aquellas que ya entregaron su corona?, ¿A dónde van esas mujeres después de años de preparación, viajes y entrevistas?, ¿Qué camino toman quienes alguna vez fueron el centro de atención y ahora se alejan de los reflectores?

La reina farandulera
El escenario más frecuente y en el que más casos se han visto es el de la exreina que nunca baja el telón ni se despide de los reflectores. Esta mujer se queda en el mundo del estrellato, de la farándula y del entretenimiento pero, de una manera reformada.
Un claro ejemplo es el de la Señorita Colombia 2017, Laura González, mejor conocida por su nombre artístico como ‘Laura Barjum’.
Laura fue la representante de Cartagena en el CNB el mismo año en que obtuvo el título nacional, destacándose por su gran sonrisa y elegancia. Unos meses después, fue la primera finalista en el aclamado certamen internacional Miss Universo.
Ahora, siete años después de su reinado se ha dedicado a seguir siendo una figura pública, más específicamente es actriz, modelo y creadora de contenido, se educó en la Escuela de Formación Actoral Casa Ensamble en la carrera de Arte Dramático y su sueño algún día es ser parte de Hollywood.
En Colombia ha hecho parte de producciones como ‘La Cacica’, ‘Bolívar: la lucha admirable’ y su más reciente proyecto, ‘Klass 95′. En redes sociales acumula una comunidad de 1.4 millones de seguidores en Instagram y 900 mil en TikTok.
La reina solidaria
A pesar de que uno de los requisitos para ser reina sea el intenso amor por la labor social, este estereotipo resulta ser uno de los menos vistos, se trata de esa mujer que aunque ya no porte el título de ‘Reina’ nunca lo deja de ser, permanece siendo esa mano de ayuda, una activista y un rayo de luz en medio del caos.
Aquí hablaremos de Vanessa Mendoza, nacida en Ungía, Chocó, fue representante de este departamento en el año 2001 donde además logró ser la primera reina colombiana de raza negra en llegar a Miss Universo representando al país.
Este reconocimiento le permitió a Vanessa ser embajadora de las problemáticas sociales de su pueblo y, gracias a su posición de poder en el Concurso Nacional de Belleza, fue capaz de llevar electricidad a Ungía por primera vez.
Asimismo, al conocer de cerca las problemáticas sociales de su nación, Mendoza ha creado una fundación que lleva su nombre, a través de la cual ha puesto en marcha proyectos de salud, recreación, educación y alimentación para mejorar la calidad de vida de los niños y niñas colombianos.
Esta excepcional mujer sigue firme en su carácter como Representante a la Cámara por las comunidades Negras, Raizales y Palenqueras e hizo parte del jurado que eligió a la Señorita Colombia 2024.

La reina política
No es raro ver que una de estas mujeres termine ‘empapándose’ del mundo de la política. Ser reina trasciende la belleza física; implica liderazgo y la capacidad de tomar decisiones estratégicas para su comunidad. Las reinas no solo representan un ideal estético colombiano, sino que también son figuras clave en la cultura y en la sociedad.
Saray Elena Robayo es una de estas exreinas, la monteriana de 29 años, es abogada de la Universidad del Sinú y cuenta con una especialización en Derecho Constitucional de esta misma institución. Fue Señorita Córdoba en el 2018, rol para el cual se habría preparado durante más de seis meses. Su sueño era llevarle la corona al departamento de Córdoba y aunque no fue así, estar en el certamen le abrió puertas a crear relaciones interpersonales para seguir aportando a la sociedad desde el campo de la política.
Saray representa hoy a su departamento pero desde la Cámara de Representantes del Congreso colombiano.

La reina madre
Finalmente, para muchas otras mujeres, el reinado es simplemente una etapa más en sus vidas, una experiencia que les permite crecer, aprender y madurar, pero, una vez cerrado ese ciclo, optan por enfocarse en su verdadero propósito: construir familia, ser esposas, madres e incluso abuelas.
Por ejemplo, Susana Caldas, arquitecta cartagenera, es considerada una de las reinas más hermosas en la historia del Concurso Nacional de Belleza, su paso como Señorita Colombia fue en 1983 y encantó al país con su dulzura y porte, consiguió ser una de las cinco semifinalistas de ‘Miss Universo’, convirtiéndose en un símbolo nacional al punto de que Diomedes Díaz le compusiera la canción ‘La reina de Cartagena’.
Hoy, 41 años después de su reinado, Susana ahora es la reina madre, o más bien, la reina abuela, desde 1986 está casada con el empresario cartagenero Rafael Del Castillo, un año después recibió a su primer hijo quien hoy ya tiene 37 años y posteriormente tuvo dos hijas más, Susana Cristina de 34 años y Verónica de 31.

Tras su reinado, Susana se dedicó simplemente a terminar su carrera profesional y crear una bella familia alejada de los medios y la vida de la farándula, centrada en la crianza de sus hijos y ahora, nietos.
Estas mujeres que han recorrido el mundo visitando fundaciones, ayudando causas sociales, participando en certámenes internacionales y portando con orgullo la bandera de su país en cada rincón del mundo al que van, una vez acabó el aplauso final y cayó el telón, tomaron sus propios rumbos, más allá de las joyas y el glamour, transformaron sus vidas en algo más grande a cada una de sus maneras.