En un rincón del inmenso universo del cine animado, donde los colores vibrantes y las melodías alegres suelen adornar divertidas películas infantiles, Hayao Miyazaki ha llegado a romper todos los esquemas a través de filmes que aunque visualmente son encantadores, tejen historias mucho más complejas en las que nunca pierde la oportunidad de exaltar la figura femenina, creando heroínas poderosas que, con sus imperfecciones y fortalezas, nos enseñan a ver el duro mundo en el que vivimos desde una perspectiva desigual, encontrando la belleza en la lucha. Lea: ¿Dónde ver las películas de Studio Ghibli? le contamos
Hayao Miyazaki es un personaje particular y de muchas facetas, nacido en 1945 durante un periodo fuertemente marcado por la Segunda Guerra Mundial, forjó desde niño posiciones contundentes frente a problemáticas sociales como la destrucción del medio ambiente, la lucha de poderes y el duro paso de la niñez a la adultez en una sociedad consumista. Es así, que, en 1985 brota de su pasión por la animación y la crítica social, Studio Ghibli, su propio estudio de animación, en su lugar de nacimiento, Japón.
El papel de la mujer en Japón se ha mantenido anticuado a comparación de su desarrollo en la mayoría de los lugares del mundo. Aquí todavía se tiene una visión estereotipada de los sexos regida por el confusionismo en una sociedad principalmente patriarcal, en dónde el feminismo prácticamente no existe; la mujer sigue siendo una subordinada, dedicada a las tareas domésticas y a satisfacer a su esposo, del cual dependen. Siendo mayormente apartadas del liderazgo político, económico y empresarial.
El Studio Ghibli produce un estilo de cine animado oriental llamado ‘Anime’, que, aunque es animado, de infantil no tiene nada. En un mundo donde la animación para adultos hoy en día se ha enfocado mayormente en crear contenido para saciar las necesidades de un espectador masculino, hipersexualizando a sus personajes femeninos, resulta significante resaltar el trabajo del maestro Miyazaki y su óptica tan hermosa y refrescante acerca de las mujeres con películas como ‘El viaje de Chihiro’, ‘La princesa Mononoke’ y ‘El niño y la Garza’.
Hacerse mujer a las malas en ‘El viaje de Chihiro’
Una de las formas en las que Miyazaki les da valor a sus personajes femeninos, impactando tanto al mundo de fantasía como al mundo real, es con la temática del crecimiento personal. En ‘El viaje de Chihiro’, el director de cine cuenta la historia de una pequeña de 10 años que emprende un viaje por un mundo mágico lleno de criaturas sobrenaturales y seres extraños con el objetivo de salvar a sus padres que se han convertido en cerdos. Lea: Geraldine Fernández: barranquillera mintió de su trabajo en ‘El Niño y la Garza’

Chihiro debe encontrarse a sí misma en este viaje, ya no como una niña, sino como una mujer útil para una sociedad que cuantifica el valor de las personas en función del trabajo duro que puedan realizar, en especial, el trabajo del hogar, enfrentándose a sus miedos e inseguridades representados por espíritus y criaturas que la apoyan en su búsqueda.
Esto se puede ver representado especialmente en la primera escena en la que Chihiro se enfrenta a los trabajos del mundo mágico, dónde tiene que ofrecer sus servicios de limpieza en una casa de baño. Ahí, una de sus experiencias involucra a un personaje que para ella era grotesco por estar lleno de suciedad, teniendo su primer acercamiento a una realidad menos idílica que la que había vivido en su niñez, haciéndola madurar y encontrar su identidad.
La destrucción del medio ambiente en ‘La princesa Mononoke’
Otro ejemplo de empoderamiento que propone Miyazaki es que las mujeres más allá de los estereotipos de ama de casa y mujer sumisa que ha inculcado la sociedad tradicional, también, pueden ser líderes del cambio en el mundo en el que se encuentran inmersas, que en el caso de esta película es el cambio ambiental.
Dentro de esta producción, la historia gira en torno a San, también conocida como ‘La princesa Mononoke’, una joven criada por lobos que lucha ferozmente para proteger su hogar y los espíritus del bosque de la destrucción causada por los humanos.
Por otro lado, en la película se encuentra una “antagonista”, Lady Eboshi, una mujer segura de sí misma, decidida a cumplir su objetivo de talar el bosque y asesinar a San y a los dioses; quien, a pesar de ser la contraparte de la protagonista, es la heroína de las mujeres de la ciudad en la que habitan.
Esta dualidad de personajes femeninos, aunque son polos opuestos, tienen su forma de luchar, su comunidad y su mensaje. Por ejemplo, Lady Eboshi protege a las mujeres de su ciudad, ganándose su respeto y admiración; estas mujeres son vitales para la comunidad, por ser fuertes y estar dispuestas a luchar por su pueblo. Mientras que San, es vital para el bosque y los espíritus que lo habitan.
El papel de estas dos mujeres genera una ruptura en las dinámicas que ya existían en la sociedad, mostrando mujeres fuertes y decididas que al final deben trabajar juntas en sororidad para llegar a una paz que salvará ambas comunidades.
La mujer como guía en ‘El niño y la garza’

Las anteriores películas mencionadas se estrenaron hace más o menos 20 años, mientras que ‘El niño y la garza’ a pesar de ser el proyecto más reciente de Studio Ghibli, demuestra que Hayao Miyazaki continúa proponiendo perspectivas diferentes del rol de la mujer, incluso en la sociedad actual.
¿Cómo lo hace? Nuevamente, a través de los personajes femeninos, que en esta película se ven representados como seres que protegen la vida, guían y apoyan al personaje principal.
La cinta cuenta la historia de Mahito, un niño de 12 años que perdió a su madre durante un incendio en la guerra del pacífico y que emprende un viaje de aprendizaje en búsqueda de escapar de su realidad, con la ayuda de mujeres de distintos contextos y realidades que tienen un objetivo en común: ayudarlo a llegar a su destino sano y salvo, pues sin ellas no hubiera sido imposible hacerlo.
Aquí se realza la importancia de la mujer desde su lado más maternal, a través de su madre, su tía, la pescadora y las amas de casa, que simbolizan la sabiduría y el amor que guían al niño en su búsqueda de identidad y comprensión del mundo, enseñándole a valorar la familia y las tradiciones, reforzando la idea de que el amor y el apoyo familiar son esenciales para el desarrollo personal, convirtiéndose no solo en figuras de cuidado, sino también en agentes de transformación para él. Lea: ‘El chico y la garza’ gana Premio Óscar a mejor película animada
El papel de las mujeres en la sociedad actual, al igual que en las películas de Miyazaki, trasciende a las ideas básicas y las convierte en heroínas de sus propios mundos, mismos que Miyazaki desde 1997 busca cambiar dándole vida a mujeres que, inspiradas en su madre, Dola Miyazaki demuestran valentía en una época en la cual el rol de la mujer sigue siendo reducido por una sociedad tradicionalmente machista.