El peso de La Gorda Fabiola fue una distintiva característica de su personaje que la llevó a la fama desde 1987, gracias a esta característica recibió reconocimiento, trabajo y cariño del público, pero perdió lo más importante: la salud.
Aunque delante de las cámaras ‘La Gordita’ era puras risas y aplausos, en la vida privada que vivía junto a su esposo, el también comediante Nelson Polanía ‘Polilla’, su calidad de vida estaba siendo severamente afectada por malos hábitos que le causaron sobrepeso, el cual le trajo una larga lista de padecimientos. “Yo no hice más que cumplir mis 50 y años y apareció todo todo”, afirmaba la humorista. Lea: Muere La Gorda Fabiola, la icónica humorista de Sábados Felices

Todo comenzó en 1997, cuando a Fabiola Posada le diagnosticaron su primera condición: la diabetes. La Gorda Fabiola convivió durante 15 años con esta enfermedad que aunque no la detenía, sí le estaba afectando su futuro, y así fue que, un día del año 2009, por recomendación de su colega y amiga Lucero Gómez, decidió hacerse el bypass gástrico con el cirujano Andrés Ospina; esta cirugía bariátrica le salvaría la vida más adelante en el 2014, cuando sufrió cuatro infartos. Lea: Lo que no sabías de La Gorda Fabiola: 5 datos curiosos de su vida
“Si yo no hubiera bajado de 147 kilos a los 90, esos infartos me matan”, aseguró La Gorda, después de sobrevivir a esta adversidad que la llevó a ser operada de corazón abierto en la clínica Colombia, de Bogotá.
Yo era tan optimista que decía no, no son infartos, son corazonadas”.
La Gorda Fabiola.
Otro fuerte incidente sucedió tiempo después, cuando en un viaje a La Guajira, la Gorda sufrió una gastroenteritis y deshidratación, lo que le resultó en una falla renal, por algo que comió o bebió, en el 2016.
Sin embargo, fue en el 2018 cuando Fabiola Posada sufrió su recaída más fuerte y, por una pérdida de la proteína albúmina, terminó en un estado de coma durante 23 días con un fallo de la mayoría de sus órganos. Este incidente parecía ser el fin de La Gordita, quien se denominaba a ella misma como “dura de matar”.

La Gorda Fabiola se encontraba en una condición tan crítica, que ese mismo año sus seres queridos tomaron la dura decisión de desconectarla, pero un milagro sucedió: “10 am todo el elenco en el estudio, estaban agarrados de las manos hasta los directivos y los jefes, llorando en oración para que descansara en paz”. No obstante, cuando la desconectaron comenzó a respirar por sí misma y su corazón latía con fuerza, se había salvado una vez más. Lea: ¿Quién era La Gorda Fabiola y por qué era tan querida por los colombianos?
La humorista había estado al menos tres veces cerca de la muerte durante más de 20 años, tenía 61 años y se mostraba activa en sus redes sociales donde tenía una comunidad de más de un millón de seguidores. Esta mañana, falleció tras estar internada tres días, producto de una infección en sus piernas que se extendió a través de sus sistemas nervioso y cardiovascular.
¿Quién era La Gorda Fabiola?
La Gorda Fabiola nació un 18 de septiembre en Santa Marta y vivió en esta ciudad hasta sus 16 años. Tras cumplir la mayoría de edad viajó a Bogotá para estudiar Comunicación Social en la Universidad Externado de Colombia y desde ese momento se abrió paso en el mundo del entretenimiento.
“Nací en el hospital San Juan de Dios en Santa Marta, gorda y con dos dientes abajo, predestinada a reír y a hacer reír”, comentaba siempre entre carcajadas.
Nací en el hospital San Juan de Dios en Santa Marta, gorda y con dos dientes abajo, predestinada a reír y a hacer reír”.
La Gorda Fabiola.
Lo que nunca se imaginó es que su peso la llevaría a ocupar un lugar en uno de los programas de humor más importantes de la televisión colombiana. “Estaba parada en la calle 19 esperando el bus y un productor de Sábados Felices me vio y me preguntó si quería estar en el programa, ya que ese día estaban buscando desesperadamente ‘a una gorda para una escena’”, recordó durante una entrevista.
La ‘Gorda’ Fabiola siempre fue una mujer enérgica y llena de vida. Se caracterizó por mostrarse siempre honesta a través de la pantalla y sin pelos en la lengua.