Shakira y Gerard Piqué comparten más que sus dos hijos, Milan y Sasha. Dos años después de su separación, la lujosa mansión en la ciudad de Esplugues de Llobregat, Barcelona, donde vivieron desde 2012 a 2022, todavía los vincula y, aunque está en venta por 14 millones de euros, tanto Piqué como Shakira la utilizan cuando es necesario.
Sin embargo, como no se ha podido concretar la venta de la vivienda, el futbolista y la cantante continúan dándole uso, por caminos separados, y en sus visitas a la ciudad, acuden a la mansión cuando lo necesitan. Lea: La reacción de Shakira ante un gol de su hijo, ¿lo heredó del papá?
No obstante, el medio español Espejo Público, reveló que la cantante barranquillera, quien reside en Miami junto a sus hijos, tiene severas exigencias cuando se va a hospedar en Barcelona, el hogar donde sus hijos nacieron y vivieron los primeros años de vida.
Se comenta que Shakira ordena a su personal que, tras cada estadía de Piqué y su actual pareja, Clara Chía, deben ser remplazados todos los enseres de la casa y botar a la basura las sábanas, cojines, mantelería y cubertería para evitar “cualquier contacto” con objetos usados por la nueva pareja durante sus visitas. El medio español asegura que la fuente es del entorno de la expareja. Lea: Shakira habla: la carta en la que explica su guerra con Hacienda en España
La mansión sigue siendo un punto de discordia para Shakira y Piqué. Por otro lado, el medio internacional, Espejo Público, conoció que Piqué habría propuesto reducir el precio a la mitad para facilitar la venta, argumentando que esa es la verdadera valoración del inmueble. Lea: Video: fuerte mensaje de conferencista mexicano a Shakira: “la loba asesina”
Pero la resistencia de Shakira a bajarle el precio a la vivienda ha sido interpretada por fuentes cercanas a la expareja como un gesto para “fastidiar, no quiere vender ni bajar el precio”, dice el medio.