El pasado 13 de junio se estrenó en Colombia ‘Intensamente 2′, la segunda entrega de la producción de Pixar, una película que se sumerge en la mente de Riley Anderson, para navegar a través de sus emociones: alegría, tristeza, ira, desagrado y miedo. El éxito de la película se atribuye al buen abordaje psicológico con el que la producción desarrolló la historia y la capacidad de simplificar la complejidad de la mente humana a través de dibujos animados.
Hace diez días llegó la segunda parte; tan solo bastaron un par de horas para que circularan en redes sociales cientos de reacciones (en su mayoría positivas) de adultos identificados con la nueva emoción que llegó a la vida de Riley: ansiedad. Esta nueva protagonista aparece en el inicio de la adolescencia de Riley, desencadenando un sinfín de preocupaciones que la llevan al borde del colapso bajo la excusa de intentar “protegerla”. Lea aquí: Depresión: las escritoras que han mostrado su dolor para combatirla
“Ansiedad quiere proteger a Riley, imagina el peor escenario porque cree que así puede evitarlo. Sin embargo lo único que logra es generarle malestar”, contó la psicóloga Luisa Tamayo. Hay una escena que lo ilustra muy bien. Luego de que Ansiedad expulsara al resto de emociones y a estas les tocara emprender el camino de regreso para volver a ser parte de Riley, Alegría descubre cómo opera: un grupo de personas dirigidas por Ansiedad dibujan sucesos catastróficos que podrían ocurrir durante el partido de hockey para el que Riley tanto se ha preparado, esto con el fin de adelantarse a la situación y “prevenirla”. Sin embargo, lo único que logra es que no pueda conciliar el sueño y sienta angustia por lo que sucederá el día siguiente.
“El cerebro busca economizar energía, por eso aparece la ansiedad, porque pensar en lo peor requiere menos esfuerzo que crear un panorama positivo”, enfatizó Tamayo. Lea aquí: Carta abierta a Amalia Andrade
Cuando la alegría se va
En la primera película, Alegría estaba al frente de las decisiones de Riley, pero al convertirse en una adolescente, esta emoción queda relegada a un segundo lugar debido a los cambios que surgen y a los conflictos que empieza a experimentar en la búsqueda de la construcción de su identidad. “Cuando nosotros somos niños, nada nos da vergüenza, no sentimos preocupación por el futuro, sencillamente vivimos en el presente. Pero en la adolescencia sí nos empezamos a preocupar muchísimo por cómo me voy a ver, por lo que pensará la gente de mí. Los procesos cognitivos empiezan a tomar más fuerza, se empieza a consolidar nuestra identidad, por ende llegan todos esos pensamientos que nos llevan a enfocarnos en el futuro”, precisó la psicóloga Angélica Alfaro.
Es por esto que Riley empieza a comportarse de una manera en la que logre encajar en ese círculo social del que quiere hacer parte, alejándose de sus verdaderas amigas. “Mientras más viva pendiente de lo que el otro diga de mí, probablemente voy a terminar dándole fuerza a la ansiedad. Puedo pasar de tener características ansiosas a tener todos los criterios diagnósticos de un trastorno de ansiedad”, dijo Alfaro. De hecho, en la lucha que tiene Alegría por intentar volver al cuartel y tomar el control sobre Riley, empieza a experimentar tristeza y expresa una de las frases más conmovedoras de toda la película: “No sé cómo detener a Ansiedad, tal vez no se puede, tal vez todo esto es lo que pasa cuando creces, sientes menos alegría”.
“Cuando llegan esas sustancias bioquímicas que básicamente se van a la fábrica de las emociones que es prácticamente la amígdala, empiezan a segregar esas sustancias que produce la ansiedad y ella empieza a neutralizar el resto de emociones, llegando a “dominar el escenario”.
Ángelica Alfaro, psicóloga.
Al ser expulsadas por Ansiedad, el resto de emociones empiezan a creer que ya no son necesarias, sin embargo, “cuando Riley está en un partido de Hockey, necesita de todas estas emociones para poder hacerlo bien. Con Furia entiende que está luchando contra otro equipo y así se defiende, con Asco se protege de muchas cosas que le pueden hacer daño a su cuerpo”, destacó Tamayo. Lea aquí: Airbnb creó un apartamento inspirado en ‘Intensamente 2′
Uno de los momentos que más impacta en la película es la escena en la que Riley se desborda emocionalmente y sale del partido de hockey. Está aislada, siente una fuerte taquicardia, no puede controlar el llanto y mucho menos los pensamientos intrusivos que la invaden y que quieren hundirla a toda cosa.
De acuerdo con Tamayo, cuando alguien se encuentra viviendo un ataque de ansiedad, “lo más importante es entender que las personas en esos estados creen que el corazón se les va a salir y que están teniendo un ataque cardíaco y que van a morir, pero no va a suceder”. En el caso de Riley, ella superara el episodio cuando “deja que pasen los pensamientos... Llegaban, los procesaba y los dejaba pasar, esa es la forma correcta, dejar que los pensamientos fluyan y no tenerles miedo. (...) Entre menos los evite, menos los reprime y más rápido sale del episodio ansioso”, añadió Alfaro. Lea aquí: Todo lo que tienes que saber de Intensamente 2: datos claves y mucho más
“Ansiedad no es la némesis de la alegría, porque cuando tratas de eliminar la ansiedad de tu vida, finalmente esto puede resultar mucho peor. En cambio, tú la debes adecuar para que salga en los momentos que realmente la necesitas, como para cumplir una tarea, lograr un partido como Riley”.
Luisa Tamayo, psicóloga.
Al final de la película, Ansiedad no desaparece pero sí es controlada por Alegría, quien se encarga de darle su lugar. “Ansiedad no se fue, pero empezó a ser más adaptativa y a dejarse controlar en los momentos en que Riley más la necesita. La ansiedad no se va, pero tienes que saber dónde la pones”, reflexionó Tamayo. “Cuando tú educas a la emoción, ella se puede convertir en tu mejor aliada. Las personas que tienen características ansiosas suelen ser muy espontáneas y muy impulsivas, lo que hace que muchas veces logren alcanzar sus objetivos en la vida”, contó la psicóloga Alfaro.
La última escena de la película es encantadora. Todas las emociones se abrazan alrededor de un ícono que representa la identidad de Riley. La aman así, con sus miedos, traumas y preocupaciones. “A veces es muy dura con ella misma pero cada parte de Riley la hace tal como es, y amamos todo de nuestra niña. Cada revoltosa y hermosa parte de ella”.