La figura de Simón Olano es familiar para cualquier transeúnte en el Centro Histórico. Su andar tranquilo, como revisitando una y otra vez cada rincón, le da licencia para incluir ese espacio de forma magistral en los versos que se materializan en canciones.
El crecimiento musical de este joven ha estado completamente relacionado con su búsqueda personal, porque entiende su necesidad de expresar ese romanticismo inherente a su vida, es fiel seguidor de lo tradicional y definitivamente en el bolero encontró un refugio que lo pone en puerto seguro.
La balada y la ranchera no son ajenas a su interés y aunque hace algo más de una década mostraba una marcada tendencia por la ópera, su formación en la música clásica, que alcanzó en el conservatorio todo el proceso lírico, es ese cimiento que le ha permitido desarrollar de manera más limpia su interpretación. Con un registro de barítono, comenzó a sentir la necesidad de expresar claramente su mensaje y de esta manera llega a la composición de sus canciones.
Simón ha salido varias veces de la ciudad, incluyendo una larga estancia en Francia, pero nada ha logrado detenerlo y sin miramientos regresa. Hoy, en la pasividad de una de las casonas más emblemáticas del casco antiguo, agradece la capacidad de la tecnología para permitirle seguir en su tierra, al tiempo que muestra su arte al mundo.
Sabe que acá se le escucha, sin embargo, ha captado un público en Ciudad de Panamá, en México y otros lugares donde los medios digitales le abrieron las puertas con una propuesta tradicional, pero que se enaltece con el distintivo de su voz.

La licencia que otorga una canción
Se declara tímido, pero por medio de las letras de sus canciones se ha permitido concesiones que la sola palabra le cohíbe. Recuerda que la primera canción fue expresamente para una chica que le robaba la tranquilidad, no sabía cómo abordarla y una letra poética se encargó de todo.
A partir de entonces la pluma se convirtió en su mejor aliada y como su inclinación estaba resuelta en la balada y el bolero, el amor en todas sus expresiones se convirtió en la temática que bien podía desarrollar con sólo sentir. La ópera no ha desaparecido del todo, con algunos visos pop, interpreta clásicos como “Granada”, que requieren de ese virtuosismo.
Simón creció con la bohemia local como referente directo y en la misma ha cimentado una fuerte amistad con Cenelia Alcázar, la dama del bolero. La admiración y el respeto que le profesa, lo llevaron a una unión musical que se tradujo en un tema significativo y es el que por estos días lanzó y que cumple jornada de promoción.
“Cartagena”, si, así se ha llamado este tema que obviamente se refiere a su terruño y cuya composición se remonta a ocho años atrás, cuando su amigo Mateo, quien es director de cine, le solicitó una canción para ambientar la película que preparaba. Con guion en mano todo fue más fácil, recuerda Simón y aunque hizo otras dos, la cinta no se materializó, pero el trabajo musical quedó para la posteridad.
Comprobando que cada situación tiene su momento preciso, un viaje a México fue el pretexto para que la letra volviera al ruedo. Allí conoció al grupo “Los Trenos”, cuya similitud musical le hizo acercarse aún más, pero como sucede en las películas, el vocalista enfermó y al requerir un reemplazo urgente para cumplir un compromiso, la invitación fue inminente.
La canción fue propicia para el momento y con un poco de ensayo, se presentó, hubo propuesta para grabarla, pero llegó la pandemia y el confinamiento también se cumplió para esta letra, que nuevamente tomó vocería cuando su autor la inscribió a un concurso convocado para hacer un tema alusivo a la ciudad. El acto siguiente fue que “Cartagena” ganó y más adelante “Los Trenos”, unidos a Simón también hicieron su versión.
Un gran reconocimiento
Sumando al buen momento que vive el bolero en la voz de Cenelia, la invitación a la consagrada artista no se hizo esperar y se grabó “Cartagena”, cuyo lanzamiento recibió la ovación generalizada y el apoyo para darle difusión.
Simón Olano vive la música en toda su magnitud, y grabar con esta figura es un sueño cumplido, el trabajo ahora se direcciona a la creación de un par de videos que acompañen la canción y darle salida para que se expanda en el universo de las buenas melodías.
Centrado en un nicho específico, su labor ahora es conectar con otros países donde su trabajo tiene repercusión para crear pequeñas comunidades que es lo ideal cuando se trata de este tipo de géneros seguidos por un público muy definido.
De otra parte, entendió que disfruta contar historias, es un apasionado de esas memorias que sirvieron de inspiración para muchos boleros, las mismas que pocos conocen y casi nadie imagina. Digitalmente ha hecho un recorrido por muchos países con este formato, lo disfruta y en esa dinámica ha logrado entender que los relatos que le llegan, pueden ser el argumento perfecto para sus letras.
Simón ha afinado su pluma en la adultez, de niño la música lo atrapó, sin embargo, la escritura entonces se direccionaba hacia la creación de cuentos infantiles, toda una preparación en el arte que ahora se refleja en logros musicales.