Este 12 de septiembre, Paul Walker, el icónico actor conocido por su papel en las películas de “Rápidos y Furiosos”, habría celebrado su cumpleaños número 50, si no hubiera sido por el trágico accidente que le arrebató la vida en noviembre de 2013.
Nacido en California, Paul Walker comenzó su carrera en la actuación con roles en series como “Camino al cielo”. Sin embargo, su sueño verdadero era seguir los pasos del famoso biólogo marino francés Jacques-Yves Cousteau, a quien admiraba profundamente.
La fama mundial llegó a Walker en 2001 con la primera película de la franquicia “Rápidos y Furiosos”, en la que compartió pantalla con Vin Diesel. Juntos, dieron vida al inolvidable dúo de Brian O’Conner y Dominic Toretto. Aunque en la trama inicial sus personajes no eran precisamente amigos, fuera de las cámaras, los dos actores construyeron una sólida amistad a lo largo de los años. Lea aquí: ¡Ya tiene nombre! Así se llamaría la tercera hija de Shakira
A pesar de la fama que obtuvo gracias a su papel en la franquicia, Paul Walker enfocó su vida de manera distinta. En diversas entrevistas, dejó en claro que no creía en la fama y que la actuación era simplemente su trabajo. “Soy actor y ese es mi trabajo, pero no es mi vida. Tengo muchos otros intereses”, afirmó en una ocasión.
La vida de Paul Walker se truncó de manera trágica cuando conducía un automóvil en Santa Clarita, California, durante un evento benéfico organizado por su propia fundación, Reach Out Worldwide. En compañía de su amigo Roger Rodas, Walker viajaba en un Porsche Carrera GT rojo cuando perdió el control del vehículo y se estrelló. El impacto provocó que el automóvil se incendiara, y el actor, que apenas había cumplido 40 años unas semanas antes, perdió la vida en el trágico suceso. Lea aquí: ¿Por qué dicen que a Karol G se le subieron los humos? Este video la delata
A pesar de su partida prematura, el legado de Paul Walker perdura en la memoria de sus admiradores y en la industria cinematográfica.