Las bandas argentinas que tuvieron su génesis en la década del 80 del siglo pasado se propusieron cautivar generaciones. Música genuina, que se creó a partir del sueño adolescente, son en la actualidad un cúmulo de piezas icónicas que perduran más allá de los nuevos sonidos impuestos por el nuevo siglo.
Desde su formación, Los Auténticos Decadentes llegó con alegría, eso es lo que irradian sus canciones, que de forma divertida y pegajosa se pasean por todo el continente negándose a abandonar a sus seguidores, lo que se cuentan por montones y a golpe de buen uso de esas piezas han incorporado a unos cuantos más de esta época.
Mezclar diferentes aires ha sido lo suyo, por eso se les conoce por esa capacidad de experimento que al final, dio resultado, de otra parte y a punto de cumplir 37 años, han sabido reinvertarse y adaptarse a las tendencias actuales sin dejar de lado su identidad.
De vuelta a los caminos
La banda, además de hacer buena música, recorre todos los caminos que están prestos a recibirlos, y aunque estén disfrutando de unas merecidas vacaciones, el tiempo para hablar de lo que viene siempre existe. Dueños de una capacidad para crear ambientes únicos durante las presentaciones en vivo, ya se alistan para empacar maletas.
En esta oportunidad es Guillermo “Capanga” Eijo quien toma la vocería, amable, con una sonrisa imborrable y las remembranzas a flor de piel, se pone en sintonía desde su casa de campo y con señal intermitente, pero necesita expresar lo que le hace feliz y sencillamente empieza.
“Somos una banda hecha sobre el escenario. Auténticos Decadentes es un grupo de amigos que cada sábado, después del partido de fútbol, tenía un tercer tiempo cantando y divirtiéndonos, porque esto era para nosotros, después se nos fue de las manos”, afirma. (Lea aquí: Alejandro Sanz reconquista a España en 18 fechas)
Creatividad al máximo
La música es divertida, pero además están las letras. Se trata de una banda que ha mostrado situaciones personales o sociales que se vivían a diario, Guillermo agrega que nunca tuvieron una postura política, pero a través de sus canciones más personales se aprecian vivencias, de otra parte, evolucionaron poéticamente con lo transcurrido.
Al ser tantos, el proceso creativo es muy diverso, hay un método que es donde los autores traen canciones ya listas desde casa, se presenta con guitarra y sólo consta de letra y melodía, es de aclarar que está abierta a propuestas de todos los integrantes. Hay otro tipo de composiciones que son grupales, generalmente salen de la sala de ensayo, iniciadas tal vez por un chiste hasta cuando se le encuentra sentido.
Los Auténticos Decadentes se compone de doce músicos y sólo se han cambiado dos integrantes desde el nacimiento de la banda, el baterista y el saxofonista, este último que es el más reciente, llegó hace más de 25 años, es el “nuevo”.
Pocas veces se logra este récord en tiempo de unión y para que todo haya funcionado, Guillermo afirma que la fórmula está en el respeto mutuo que se profesan, priorizan la calidad humana, de allí parte la musical y técnica instrumentista. “Es como en todo equipo de trabajo, algunos somos más amigos, con el resto, compañeros, ninguno tiene mala vibra”, agrega.
En medio de los recuerdos, este músico original llega al nombre escogido, ríe y afirma que es muy curioso. Remitiéndose a esos maravillosos inicios, jugaban fútbol, hacían música y después salían a sitios nocturnos, pero al día siguiente, generalmente domingo, se volvían a reunir y cada uno contaba su anécdota de la jornada nocturna, eran los antihéroes y al interrogarse sobre lo vivido, la respuesta era “una decadencia”, de ahí que al final se autodenominaron “auténticos decadentes”.
El ADN
El más reciente trabajo tiene un nombre que precisa a la banda desde su interior. ADN es una trilogía discográfica con el genoma decadente al completo, toda vez que expone la infinita influencia musical de la banda.
Se trata de un proyecto que se inició antes de pandemia, ideado como un disco de covers, pero surgió “Fiesta nacional” el MTV Unplugged y no podían perder esa oportunidad, por lo que se postergó lo pensado.
Grabando cada miembro desde casa, le dieron forma a las canciones y una vez se tuvieron listas se pensó con quién podrían compartirlas, convencidos de que tendría que ser alguien que se adaptara al estilo y autor original del tema.
Los Auténticos Decadentes presumen a sus buenos amigos y esa afinidad fue cómplice de esta unión que se extendió a lo largo de los tres capítulos entregados, el A, el D y el N, con un buen resumen de artistas argentinos y latinoamericanos.
El repertorio escogido tiene un significado especial para la banda. En el volumen A está “Los viejos vinagres” es una canción de Sumo, una agrupación que ellos frecuentaban en sus encuentros de tardes y allí entendieron que cualquiera podía tener una banda de rock. Otro es el caso de Los Tigres del Norte, a quienes conocían sin ir a México, y al ser fanáticos dos temas entraron en esta trilogía.
Hijos de cultura rock, los Auténticos Decadentes también se pudieron apropiar de esas canciones que sin proponérselo se fueron colando en su inconsciente para extenderse más adelante en sus proyectos.
Adaptados a todos los cambios de la industria, la banda se mueve en su proceso conceptual, el mismo que a fuerza de nostalgia o tendencia está regresando en los nuevos vinilos y que permite a los fanáticos un acercamiento único en imágenes que acompañan la música.
ADN no fue planeado, pero ahora que está terminado entienden que volvieron a ese proceso que tanto aprecian. Son canciones que quieren, admiran a sus autores y en buena medida están relacionadas con su crecimiento generacional, al tiempo que cumplen con ese designio de unión que impone la industria.
Un puñado de canciones que sacan sonrisas, una lágrima y hasta una anécdota, son el legado de Auténticos Decadentes, para cada seguidor son el marco de una historia, de una vivencia y de un momento importante en sus vidas, trascendiendo de Argentina al mundo.