Si se habla de un artista que en cada acto o palabra muestre el orgullo por sus raíces, toca remitirse sin titubeos a Boris García, quien lleva la esencia de su tierra en su sola presencia y respira la musicalidad que le ofrecen sus calles y rincones.
A este cartagenero no le ha faltado mundo, viaja, explora, pero definitivamente vuelve a su espacio, que por pequeño que pueda verse ante los demás, para él es inmenso, lleno de riqueza y, ante todo, de compromiso por mantener el legado de grandes que se fueron sin pretender glorias, pero que las dejaron expresadas en un sonido tan propio como las murallas que rodean la ciudad.
Ese es el concepto que maneja en su propuesta de rescate musical, donde vuelven a fluir canciones que hicieron un buen marco a la cultura local a través de voces icónicas y que la generación actual merece conocer con los arreglos de este tiempo, para que de esta manera sea más fácil apropiárselas.
Con un inicio claro a ritmo de guitarras y la incursión en otros proyectos, el hijo del barrio San Diego se aferra a su sentir y acompañado por “Heroicos”, el colectivo que maneja su misma tendencia, retoman piezas que devuelven la alegría de tiempos pasados. (Lea aquí: En los 70 años de “El Nene” Del Real, un canto que llegue al cielo)
Convencido de que el cartagenero tiene una forma específica de hacer música, que a su vez es mágica, este artista empezó hace más de una década su cruzada de rescate, a la vez que revive en la memoria de las nuevas generaciones a sus grandes representantes, los mismos que empezaron su trabajo en los años 20 del siglo pasado.
Él le llama la “Movida tropical” a ese movimiento que a través de Toño Fuentes (Discos Fuentes) logró encontrar una visión universal, toda vez que este pionero les trajo música del mundo y les incitó a replicar, pero con sabor colombiano y eso aplicó para el plano provincial.
De ese proceso emergen artistas con identidad local, entre los que se cuentan, Michi Sarmiento, que entre los 60 y 70 fue ícono de la salsa colombiana, pero realmente no era salsero, sino un gran cartagenero, que buscaba raíces antillanas y africanas, lo que a la postre derivó en el Festival de Música del Caribe para dar el feliz inicio a estrellas como Joe Arroyo, El Nene y sus Traviesos, Hugo Alandete, Son Cartagena, Los Inéditos, Los hijos del Sol, entre otras.
El trabajo de este grupo de artistas se extendió y la dinámica de intercambio de África y Caribe dio como resultado la champeta y nuevos artistas que empiezan a identificarse con esa corriente, y en resumen, ahí está lo que García afirma es el sonido cartagenero.

De auge a clásico
Si bien se respiró música propia, hubo un punto de quiebre que la llevó a engavetarse, no se perdió, pero pasó a otro plano, al de los clásicos que levantan nostalgia, sin embargo, el trabajo de este cultor se va a lo que se espera, versiones contemporáneas que le brinden una nueva vida a esas piezas y las llenen de brillo nuevamente.
Así aparece por estos días “Dile que vuelva”, un tema que se dio a conocer en el año 1989 en la voz de Hugo Alandete, con arreglos de Víctor “El Nene” Del Real, es, como lo expresa Boris, un ‘melao’, una dinámica sonora muy cartagenera, y por eso fue elegida para este rescate, porque de todo el repertorio del cantante, quizá es el que más se ajusta a ese estilo que lo distinguió.
“Ese sabor tan nuestro que combina la güira portorriqueña con las congas locales, logra la mixtura que lleva a un ‘melao’ evolucionado con muchas otras visiones, porque el sonido cartagenero no es más que un gran universo estético que no se ciñe a un género en particular, sino con una forma de interpretar que es muy local”, manifiesta Boris.
Como lo indica, “Dile que vuelva” es un llamado a Dios, un “melao” que se reincorpora en este tiempo, con todas las calidades del caso, y con artistas de esta tierra que saben de la mejor manera esa interpretación, y que, si bien tienen una visión muy suya, también la saben expresar de forma universal.
La parte visual no puede obviarse y en la misma se refleja un encuentro de tiempos. Frankie Jazz y Pablo Herrera se encargaron del trabajo para realizar un video en cine que fue rodado en Casa Cruzada con detalles muy especiales como la máquina de escribir y el teléfono del desaparecido escritor Jorge García Usta, en una relación válida con la tecnología actual.
La voz de Boris impartiendo otras formas melódicas de la canción, con los arreglos originales de El Nene, pero intervenido por una nota fresca muy acorde a la época, porque la meta es que se vaya por el mundo y la gente del mundo que llegue a Cartagena la disfrute.
¿Y qué viene?
Es seguro que todas estas piezas quedarán consignadas en un álbum, sin embargo, aún quedan sorpresas por develar. Se trata de una década en evolución de sencillos y el trabajo general está por culminar en un compendio muy cartagenero.
Boris García se apropió y con derecho de esta sonoridad, la exalta a diario, es su identidad, se siente comprometido con su entorno más próximo, con los músicos que ya se fueron y los artistas que están por venir. En pocas palabras, lo suyo es puro orgullo cartagenero.