No había transcurrido el primer lustro de la década de los 90, cuando ya Cristian Del Real se mostraba como toda una estrella. Al lado de su padre, el desaparecido Víctor “El Nene” Del Real, el pequeño genio hacía las delicias de todos con baquetas en mano y azotando el timbal.
Era tal la destreza y el talento innato, que los medios no tardaron en interesarse y por allí derecho los grandes músicos salseros, quienes vieron en el niño cartagenero un diamante que debía esculpirse y proyectarse en el mundo.
Aún se recuerda a Cristian al lado del gran Tito Puente, la guarachera de Cuba, Celia Cruz y otras estrellas de La Fania en el Madison Square Garden, encuentro que también se dio en el programa Sábado Gigante bajo la conducción del popular Don Francisco. De ese momento él no tiene los recuerdos claros en su memoria, era muy pequeño, pero los videos se encargan de rememorar esa fortuna que pocos han tenido.
El menor de los Del Real creció en medio de acordes y melodías, rodeado de artistas que llegaban a casa cualquier día, a cualquier hora, con la atención permanente de sus padres y hermanas, y siendo consecuente con ese cariño prodigado que se extiende a sus amigos, es el joven carismático que se extraña en la ciudad.
Hoy es un destacado músico que una vez culminó el colegio, se decantó por su formación superior en piano clásico en la Universidad Juan N. Corpas, intensificando el aprendizaje en la Universidad EAFIT de Medellín con la maestra Blanca Uribe, todo auspiciado por el Concurso Nacional de Belleza y su presidente Raymundo Angulo, por quien Cristian profesa un profundo cariño y agradecimiento y se atreve a nombrar como su segundo padre. (Lea aquí: Extrañando las travesuras de “El Nene” Del Real)

Tiempos difíciles, pero con música
Los dos últimos años no han sido del todo amables para Cristian y su familia, la pandemia le quitó a su padre y dejó secuelas en su mamá y en él. El drama de la enfermedad lo vivieron a distancia, ellos en su casa en Cartagena y él en Bogotá, reconoce que fue muy dura esta prueba, pero con amor han podido sortear lo que el destino les programó, no se derrumbaron y en homenaje a “El Nene” continúan más unidos.
Precisamente el confinamiento lo alejó de los escenarios y recitales, mas no de su habitual trabajo en la formación de talentos en el piano y al lado de su novia Nataly Saurith, con quien comparte ese amor innato por la música, se alista para encontrar nuevamente el camino en la internacionalización de su arte.
Reconoce que el Covid-19 dejó secuelas que está superando, el vértigo se manifestó cuatro meses después de haber contraído el virus y eso afectó la lectura de partituras, por lo que tuvo que hacer una pausa obligada.
Actualmente se dedica a impartir clases de lunes a sábado en “Juliana Reinat Piano Studio”, una academia enfocada a la formación de chicos hasta los 18 años que más adelante representarán al país en competencias internacionales. Cristian cuenta con 30 alumnos.

Aspira retomar los recitales el próximo año y es por esto que en sus planes próximos está el estudio riguroso que exige esta formación a partir de enero, toda vez que requiere de un repertorio programado y aprendido a conciencia.
El llamado de las raíces es inevitable, la música tropical corre por sus venas, como lo demostró en la velada de Elección y Coronación de la Señorita Colombia 2022, cuando atendió la invitación de Raymundo Angulo para integrarse precisamente a un homenaje a “El Nene”; la versión de “El ventanal” y “Patacón pisao” producido por el cartagenero Boris García, contó con Cristian nuevamente interpretando el timbal.
Ese momento memorable revivió emociones en los asistentes, quienes recordaron al músico desaparecido, pero alabaron la actuación de su hijo en un instrumento que para muchos es lo más genuino en sus manos.
Nunca ha descartado integrarse a una orquesta en ocasiones especiales, y aclara que tampoco va a apartar ese ritmo de su vida, pero que el piano clásico, que fue su elección de vida, requiere tiempo y por tanto las ausencias en lo otro serán muy seguidas.
Con las ideas en orden, Cristian Del Real se alista para organizar una serie de recitales, porque a modo personal afirma que necesita probarse nuevamente en la música clásica a fin de confirmar si su salud ya está en óptimas condiciones para afrontar las largas jornadas que implica esa preparación.
Extraña a Cartagena, a su familia y la oportunidad que tuvo de integrarse a una orquesta lo llenó de felicidad, aunque aclara que si bien creció escuchando “El ventanal” y “Patacón pisao”, nunca los había interpretado, esta fue su primera vez y solo pidió que estuvieran allí su primo Francisco Sembermang, conocido como “El Chombo” de Colombia y Rolando Altamar, cantantes que toda la vida trabajaron con su papá.