Que si Adam Sandler es buen actor o no fue la discusión que se abrió en Twitter en las últimas horas, luego de conocerse que el estadounidense comenzó a grabar una nueva película: Misterio a bordo 2, la cual protagonizará junto a Jennifer Aniston.
Si existe una figura del cine que ha estado al lado de las diferentes generaciones ha sido él. La mayoría de adultos, por lo menos, han visto alguna de las producciones en las que aparece.
La revista Esquire lo describe así: “Es cierto que puede que no sea esa figura cómica icónica que todos necesitamos, pero lo cierto es que Adam Sandler es el artista que merecemos. Al menos, el que se merece Estados Unidos. Al igual que ese país, en su conjunto es grosero, problemático, a veces sorprendentemente inconsciente, pero ocasionalmente brillante”.
Para entender un poco más la carrera de Adam Sandle hay que saber que el actor salió de la escuela Saturday Night Live, de donde se graduaron muchos de los grandes humoristas que luego hicieron parte de producciones cinematográficas. Haciendo una analogía, es como si en Colombia hubiera pasado por el programa Sábados Felices.
“Sandler es un actor, lo que pasa es que en su país es reconocido por ser un cómico muy sobresaliente, se destaca por sus juegos de palabras, escribe música, canta e incluso tiene comedia física, que son las que más se le conocen”, explica Diana Agudelo, crítica de cine.
Agrega que a raíz de ese antecedente “ha metido un poco los pies” en la piscina del drama, donde ha demostrado que sí es un actor dramático. Y destaca tres películas: Embriagado de amor, Historias nuevas y selectas (está en Netflix) y Una esposa de mentira.
“Estas películas demuestran que Sandler puede dejar su registro cómico a un lado y volverse un actor dramático”, señala Agudelo.
Por su parte, Andrés Murillo, crítico de cine y líder del canal CinePlacebo.com, dice que Adam es un actor que cayó en un encasillamiento de ese tipo de personajes exagerados de comedias “bastante ligeras, tirando un poco a tontas, pero que tienen su público”.
En sí es un actor de amores y odios. Aunque intenta hacer otro tipo de roles, como el que desempeñó en Embriagado de amor, le es muy complejo borrar esa imagen de comediante, según Murillo.
“Más que bueno o malo, lo que pasa es que simplemente no hemos visto un rol profundo de él, porque siempre está en esa caricatura de personaje exagerado o inocente que se enfrenta a una ruptura de amor. Es difícil catalogar una actuación que siempre se está repitiendo en diferentes contextos e historias”.
Así como Sandler, otros como Jim Carrey y Robin Williams, por ejemplo, también pasaron de ser cómicos a convertirse en reconocidos actores dramáticos.