Se ha llegado a definir como el mejor cantante del Siglo XX, y aunque para la actualidad los patrones musicales han cambiado mucho, Freddie Mercury suena activo, se ha dado el lujo de apropiarse de una nueva generación, a la que logró encantar y llevar al asombro con sólo escuchar unas piezas.
Morir físicamente es una fase que todo ser debe cumplir, sin embargo morir dentro del corazón de la gente, es el fin y eso no sucedió con él, tampoco vio la vejez y sus inexorables efectos, porque quedó para la recordación de sus seguidores y la historia como el artista enérgico en el escenario, con sus eternos 45 años de vida, donde todo lo traducía en música.
Hoy se cumplen 29 años de su partida, inesperada y extravagante como fue su vida, sólo en la víspera citó a una rueda de prensa para confirmar que padecía Sida, sin amilanarse y con gran valentía se despidió, nadie esperaba que fuera así, pero su proceder insospechado no dio lugar a pensar que pudiera ser de otra forma.
Farrokh Bulsara fue su nombre, pero Freddie Mercury su gloria. Así es conocido por las tres generaciones de seguidores que completa, y de él se habla en presente y se canta con su presencia, porque es tal su grandeza, que nadie lo ha reemplazado. La banda “Queen” sigue siendo su agrupación, no en vano se identifica aún como el vocalista de esos éxitos que para todos se denominan clásicos, porque mueven masas con sólo advertir el primer acorde. Queen sigue siendo Queen por Freddie Mercury y aunque se reconoce que se trató de una banda de genios, a él se le ha catalogado sin equívoco como el genio de la banda.
En un poco de historia sobre su origen que siempre se trae a mención por esta época, se habla de su nacimiento en Tanzania, sus primeros estudios en la India y su acercamiento con el arte en el internado de Bombay, con una familia de ascendencia parsi, que nunca imaginó el camino que su hijo tomaría en la música tras mudarse a Londres. Sin embargo tampoco desconocían su inclinación artística, que bien se desarrolló en el piano, la composición y la creación, toda vez que Freddie era diseñador gráfico.
Para comprobar sus hazañas musicales está un extenso compendio de imágenes y cintas que acompañan su repertorio. El más visto puede ser la histórica presentación en el Live Aid de 1985 en el Estadio Wembley de Londres, con lo que se ha denominado los “20 minutos que cambiaron la historia del rock” y más adelante su presentación en holograma en la clausura de los Juegos Olímpicos de 2012, porque el escenario favorito de Freddie es el mundo entero.
Actuar estaba en su ADN, recorrer el escenario, jugar con el micrófono, demostrar en el piano toda su sabiduría y ante todo cantar, eran parte de esa puesta en escena teatral que se conjugaba con la interpretación magistral de los otros tres integrantes de Queen y allí conseguía matices perfectos que le dieron a su rock un sitial diferente, con una figura icónica que lo identifica hasta hoy.
Freddie Mercury tuvo espacio para interpretar todo lo que le representara comodidad vocal, desde ese rock setentero que se mostraba fuerte como “Bohemian Rhapsody”, “Killer Queen”, “Crazy Little Thing Called Love”, hasta piezas más románticas como “Love of my Life”, y queda también para disfrutar su sueño cumplido al lado de la gran Monserrat Caballé, con “Barcelona”, donde su registro para la ópera se puso de manifiesto.
La grandeza de Freddie Mercury no se acentúa en que se fue a cantar al cielo, como suele decirse de otras estrellas, no, Freddie sigue entonando sus mejores melodías en la tierra y si se insiste en pensar así hasta podemos añadir que desde 2016, cuando el vocalista hubiese cumplido 70 años, existe el asteroide “Freddiemercury 17473”, descubierto por la Unión Astronómica Internacional justamente en 1991, año de su partida.
