Evangelista Roatán, un modesto y veterano campesino de la vereda El Abanico en San Pelayo, Córdoba, no tuvo rival para retener el título que lo acredita como el indiscutido comelón de arroz colorao.
El setentón campesino batió la marca que registró el año pasado con seis libras y media de arroz, subiendo la cifra a ocho libras devoradas sin pausa y con el alboroto de los asistentes a este peculiar festival de El Cedro, vereda del municipio de Cotorra, en el Medio Sinú de Córdoba.
Pero la algarabía al pie de la tarima también era para los seguidores de los otros siete concursantes que llegaron con la pretensión de arrebatarle el título a Evangelista Roatán. A su lado estuvo también Ubaldo Rodríguez, otro septuagenario campesino de Lorica, quien se quedó en el segundo puesto con seis libras y una onza consumida. Los demás no superaron las cuatro libras.
Al cabo de quince minutos quedaron los dos y terminó imponiéndose el labriego pelayero, quien desde ya anunció batir la nueva marca en la versión del año entrante.
Contrario a los que muchos piensan, Evangelista Roatán es de figura menudita, lejos del imaginario de tratarse de un hombre corpulento y barrigón. Su peso normal es de 65 kilos y de estatura inferior a los 1,75 metros.
Comentó que su capacidad comelona es producto de las continuas jornadas campesinas que realiza en su parcela de la vereda El Abanico; además a la vida sana que siempre ha llevado.
OTROS PREMIOS
Esta nueva versión del festival también dejó como ganadoras a Carmen Urango, en la categoría de mejor sazón, título que obtuvo con un suculento caldero de arroz colorao, acompañado con gallina y otros aditamentos de su patente que le dan el toque secreto. Como reina soberana de los comelones de arroz colorao fue elegida la joven María Alejandra Rodiño.
