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Farándula

El origen del planeta de los simios

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El punto de partida para cualquier película alrededor de la historia del enfrentamiento entre los inteligentes simios y los seres humanos tiene un punto muy alto,  “El Planeta de los simios” de 1968,  dirigida por Franklin J Schafnner y protagonizada por  Charles Heston.  Esta  ha sido y será  la referencia para calificar y disfrutar de cualquier cinta que se haga alrededor de esta trama. Ni siquiera Tim Burton en 2001  pudo acercarse con su propuesta al éxito y aceptación de la primera.
Si bien los propios realizadores y productores de  la nueva cinta “El origen del Planeta de los simios” dirigida por Ruper Wyatt no la consideran parte de la saga,  esta  de manera sutil e inteligente hace muchas referencias no sólo a la primera película del 68 sino al resto de las adaptaciones que varios directores hicieron de la antiutopía del escritor francés Phillipe Boulle “El Planeta de los simios”. Este mismo escritor es el autor de la novela del “Puente sobre el río Kwai”,  una obra que más adelante se convertiría en otro clásico del cine dirigido por David Lean.
En esta oportunidad el director Ruper Wyatt es quien nos cuenta la historia de un científico que adelanta  el seguimiento de una droga que posiblemente puede curar el Alzheimer, pero por una serie de hechos y de prejuicios e intereses personales la droga se convierte en centro de un conflicto entre los científicos y los empresarios. La droga de manera sorprendente tiene dentro de sus efectos secundarios  el aumento de la inteligencia. 
La trama gira alrededor de un mono que vemos crecer y que va  desarrollando una serie de experiencias que lo hacen caer en cuenta que él no nació para ser una mascota o un animal de laboratorio.    Los hechos que marcan el crecimiento y evolución del  chimpancé hacen de la cinta  una inteligente y creativa historia que nos lleva al inicio de lo que más tarde se convertirá en “El planeta de los simios”. Muchas cosas quedan sugeridas  en esta nueva versión,  entre ellas el viaje de  Icarus, la nave  donde  viajaría el coronel Taylor.  Es en esas sutiles referencias  donde está el encanto y atractivo de este filme. Sus efectos especiales  parecen  pasar desapercibidos no por la ausencia  de ellos,  sino por la calidad y naturalidad con la que se manejan en el transcurso de esta excelente película, que sin lugar a dudas y a   mediano plazo se convertirá en una  nueva saga.

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