En internet hay cientos de tutoriales sobre cómo armar un computador personal (PC, por sus siglas en inglés) por cuenta propia. Cada uno difiere según el tipo de actividad al que esté encaminado el equipo, pues no es lo mismo un PC promedio que uno especializado para jugar o crear videos. De hecho, los computadores permiten un alto grado de personalización; la mayoría de las veces solo hay que asegurarse de que las piezas utilizadas sean compatibles. Esta cualidad significa que el usuario puede limitarse a reemplazar las partes obsoletas cuando detecta problemas, en lugar de comprar un equipo completamente nuevo.
Lo que define a un PC son los contenidos de su torre o chasis. Ahí están la tarjeta madre, la unidad central de procesamiento (CPU, por sus siglas en inglés), los discos duros, las tarjetas de memoria, la tarjeta gráfica, la unidad de procesamiento gráfico (GPU, por sus siglas en inglés), los puertos de datos, los ventiladores y todo lo que realmente la hace funcionar de manera óptima. Cada una de esas partes puede cambiarse cuando salgan modelos más rápidos y eficientes, sin mencionar la pantalla, el mouse, el teclado o los parlantes, todo por separado y según la conveniencia del comprador (Le puede interesar: 46% de ‘Gamers’ son mujeres).
Se preguntará usted, ¿cuándo considerar conseguir un computador nuevo? La respuesta corta es “cuando ya no pueda seguir reemplazando partes y mantener un rendimiento óptimo” o cuando el equipo se haya dañado por completo y no pueda reparse.
Un PC tiene una vida útil promedio de tres a seis años, más que un portátil o una tableta. Ese es el tiempo que tiende a pasar antes de que los softwares se desactualicen al punto de que los recursos de su equipo tengan que reemplazarse por completo, porque ya no va a poder resistir las exigencias operacionales de esos programas y aplicaciones. Comprar las partes por separado va a salir mucho más caro que reemplazarlo todo.
Sin embargo, no piense en cambiar su computador a la primera ralentización. Las causas pueden ser otras: quizás tenga un virus, tal vez el abanico esté muy sucio y deba limpiarlo, o haya acumulado demasiados archivos y aplicaciones que no utiliza (pero que sigue funcionando en segundo plano), o el sistema operativo no está actualizado a la versión compatible más reciente.
Puede descargar programas de diagnóstico en línea o consultar a un técnico que le especifique cuáles son las causas por las cuáles su computadora está lenta. Usualmente, solo tendrá que desinstalar algunos programas o cambiar una de estar partes: la memoria RAM, la tarjea de video, el procesador y los discos duros.
Los discos duros, en particular, pueden reemplazarse por unidades de estado sólido (SSD, por sus siglas en inglés), que tienen mucho mejor rendimiento pero menor capacidad que un disco duro promedio. En cuanto al procesador, cada tarjeta madre admite un número limitado de modelos y los más nuevos tienden a ser incompatibles. Además, entre más pase el tiempo, más difícil será encontrar partes que sean 100 % compatibles con su conjunto viejo y más exigirán los sistemas operativos y los sitios web.
Cuando su computador se vuelva lento y se haya cerciorado de que no tiene ninguno de los problemas que mencionamos arriba, entonces usted puede conseguirse uno nuevo sin problemas. Hasta que eso no ocurra, lo mejor es reensamblarlo según los consejos del técnico (Puede leer: Siete recomendaciones para cuidar sus ojos de las pantallas).