Como un enemigo audaz e infame, que solo es notable cuando causa un daño permanente, así se comporta el glaucoma, la segunda causa de ceguera irreversible en el mundo (después de las cataratas), que se caracteriza por ser asintomático y tener mayor incidencia en la población afrodescendiente.
“El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico, que es la estructura encargada de transmitir lo que los ojos ven hacia el cerebro. El mayor factor del riesgo es la presión intraocular que cuando está muy elevada daña las fibras del nervio óptico. Estos daños provocan defectos en la visión y ceguera”, explica la Asociación Mundial del Glaucoma.
Se estima que más de 76 millones de pacientes en el mundo padecen la enfermedad y un gran porcentaje de estos no lo sabe, pues la educación sobre la prevención es una de la mayores barreras para el diagnóstico de este padecimiento.
Es por eso que se celebra el Día Mundial del Glaucoma, una conmemoración para crear consciencia sobre esta enfermedad, sus factores de riesgo y hacer hincapié en que la ceguera causada por el glaucoma es prevenible.
“Por ser el glaucoma una enfermedad neurodegenerativa, una vez inicia, no es curable, pero si se hace una detección temprana, se puede cambiar el pronóstico visual del paciente, evitando la pérdida de visión”, explica el médico oftalmólogo Álvaro Pérez, especialista en glaucoma.
Síntomas del glaucoma $>
Si bien en la mayoría de los casos no hay síntomas que alerten al paciente o le hagan sospechar que padece la enfermedad, ciertas señales sutiles no se deben pasar por alto, como la sensación de presión en el ojo, especialmente de noche; visión borrosa, enrojecimiento del ojo, halos de colores alrededor de las luces y dolor de cabeza inexplicable, según reseña la Asociación Colombiana de Glaucoma.
Los síntomas del glaucoma varían dependiendo del tipo que sea, por ejemplo, cuando la enfermedad es congénita y la padecen niños, se caracteriza por lagrimeo sin razón aparente, aumento del parpadeo y problemas de visión de borrosa.
“Por lo general, el glaucoma primario de ángulo abierto no da ninguna clase de síntomas, por tal razón es llamado “el ladrón silencioso de la visión”. No obstante algunos pacientes con glaucoma de ángulo estrecho pueden experimentar cefaleas en condiciones de penumbra, visión de halos alrededor de las luces y fluctuaciones de la visión”, señala el doctor Pérez.
El especialista agrega que “el glaucoma nunca llama a su puerta, y siempre llega para quedarse. La mejor manera de atacar al glaucoma es la detección temprana de factores de riesgo. Por lo tanto, visite a su profesional de la visión (oftalmólogo u optómetra) por lo menos una vez al año”.
De acuerdo con el doctor Óscar Teherán Forero, glaucomatólogo del Centro Oftalmológico Ebenezer, estos son los factores de riesgos más importantes del glaucoma.
- Ser afrodescendiente.
- Antecedentes de familiares con glaucoma en el primer grado de consanguinidad (padres).
- Tener 45 años o más, y alguno de los riesgos anteriores.
- Presión intraocular alta, dictaminada en una consulta oftalmológica periódica.
Teherán señala que hay otros riesgos para desarrollar glaucoma, que se consideran menores. Ellos son: miopía, hipermetropía y apnea del sueño.
Algunos padecimientos, como la diabetes, el hipotiroidismo y enfermedades cardiovasculares, hacen más propensos a los pacientes a sufrir de glaucoma, por lo que se les recomienda ser rigurosos con sus controles oftalmológicos.