Dedicar toda la vida laboral a una empresa local y jubilarse con honores por todos los años de servicio solía ser el sueño de los trabajadores, a finales del siglo pasado. Sin embargo, la apertura de los mercados con la globalización, la educación superior más accesible y las nuevas tecnologías cambiaron las ‘reglas del juego’ al buscar empleo.
Aunque el mercado laboral más competitivo, con un personal más joven, capacitado y dispuesto a cobrar menos, retó en un inicio a los empleados, pues cada vez aumentaban las exigencias para ser contratados, factores como el ‘boom’ de las industrias basadas en el conocimiento (ciencia y tecnología) llevó a las compañías a apreciar el talento de sus trabajadores y a enfocar sus estrategias de competitividad en el bienestar de estos.
Lo anterior, sumado a que las expectativas de empleo de las nuevas generaciones son distintas y, contrario a lo que probablemente anhelaban sus padres, se alejan de horarios rígidos y buscan que sus empleadores les ofrezcan oportunidades de crecimiento profesional y personal, impone a las compañías el reto de hacer una gestión adecuada del recurso humano, como activo principal para mejorar la productividad y asegurar el éxito.
Tanto así que el 80% de los directores de recursos humanos consideran a los colaboradores como su principal desafío de negocios, según un estudio de la red de firmas Deloitte y datos de McKinsey & Company. De acuerdo con ellos, las empresas que implementan prácticas de gestión del talento efectivas tienen un retorno de inversión 2,1 veces mayor que aquellas que no lo hacen.
Entendiendo a sus trabajadores
Teniendo clara la relación entre el bienestar de los colaboradores, la productividad y la competitividad, las empresas tienen la misión de entender qué es lo que motiva a su fuerza de trabajo, cuáles son sus expectativas y cómo lograr retenerlos para que esa inversión en el bienestar se materialice y estos talentos no se ‘fuguen’ a otras compañías.
“El talento humano es el recurso más crítico de cualquier organización. En la economía del conocimiento actual, la ventaja competitiva de una empresa se basa en su capacidad para atraer, desarrollar y retener a los mejores talentos”, resalta el experto en recursos humanos Dave Ulrich, reconocido por sus investigaciones sobre el rendimiento empresarial a partir de la gestión efectiva del talento humano. Le puede interesar: Gestión del talento humano y responsabilidad social ¿cómo se relacionan?
Para lograr una adecuada dirección del talento humano no basta con tener bonos, días libres y horarios flexibles, es necesario escuchar qué expectativas tienen los trabajadores de sus líderes y de la cultura corporativa de la que hacen parte.
Canales de comunicación abiertos, encuestas periódicas sobre cómo se percibe el entorno laboral, reuniones de equipo en las que se aborden temas más allá de los proyectos pendientes y análisis de la rotación del personal son herramientas esenciales para aproximarse a las necesidades de los colaboradores. Puede leer: Reclutamiento de talento humano a través de herramientas.
Buenas prácticas
Si bien no hay fórmulas que garanticen el éxito en la gestión del recurso humano, pues esto está sujeto
a las particularidades de cada compañía, ciertas líneas generales indican el camino a seguir. Entre ellas:
- Formación y capacitación constante en habilidades que les permita crecer dentro de la empresa y como profesionales.
- Un ambiente de trabajo sano, en el que los trabajadores se sientan cómodos y seguros expresando sus ideas, lo que favorece la creatividad y la innovación.
- Equipos diversos en los se promueva el respeto y no haya diferencias por razones de sexo, nacionalidad u orientación sexual.
- Crear oportunidades que contribuyan a cerrar las brechas en el mercado laboral, como garantizar salarios justos para hombres y mujeres.
- Reconocer que más allá de sus asignaciones laborales, los colaboradores tienen una faceta personal que es igual de importante. Garantizar su tiempo en familia o para sus pasatiempos es esencial.
- Compensaciones o beneficios con las que se reconozca el esfuerzo de los empleados.