Las posibilidades de la educación a distancia y virtual siguen expandiéndose. En años recientes, ha surgido una nueva metodología, más ambiciosa, llamada “clases espejo” que va un poco más allá de los esfuerzos usuales en los que un maestro sube contenidos a una plataforma o dicta lecciones de forma sincrónica.
Esta metodología requiere de un mayor grado de planificación y coordinación, pero sus frutos son palpables y algunas carreras se benefician mucho de ella.
¿Qué es?
Como su nombre lo implica, una clase espejo ocurre cuando dos profesores de universidades distintas, y muchas veces de países distintos, organizan un curso en torno a temas complementarios.
Así, el estudiante recibe clases de un lado y otro, o bien ambos maestros intervienen en las clases, o, incluso, los dos grupos y profesores se junta en la misma sesión.
Las clases espejo implican una larga planificación y mucha coordinación (en términos de horarios, currículo y demás).
“Ocurre entre pares académicos, de forma sincrónica y asincrónica, tanto a nivel de pregrado como de posgrado”, anota Joaquín Lara Sierra, profesor y Magíster en Educación.
“Se da a través de las oficinas de internacionalización de las universidades y también tiene una función secundaria: darle visibilidad internacional al plantel. Por ejemplo, si una universidad colombiana coordinara clases espejo con la Universidad de Guadalajara, se estaría dando a conocer en México”, explica el docente.
La nueva modalidad se aplica especialmente en carreras que se benefician de los estudios comparativos y la actualización constante de conocimientos, como el Derecho, la Medicina, la Economía y las ingenierías relacionadas con las TIC, entre otras. Cualquier universidad que tenga los contactos y la tecnología necesaria puede ponerla en práctica. Le puede interesar: Metodologías de enseñanza en aulas virtuales.
Los beneficios
Los estudiantes que eligen cursos con esta modalidad tienen la posibilidad de conocer directamente el contexto internacional de su área de estudios.
Otros beneficios incluyen el “incremento de las competencias digitales por parte de los participantes, el desarrollo de estudios comparativos, la creación y activación de redes de cooperación académica, desarrollo del pensamiento global de los estudiantes a través de la conformación de grupos de trabajo mixtos”, como explica la Guía para hacer clases espejo de la Universidad Simón Bolívar.
En cuanto a los maestros, ellos se benefician mediante la “diversificación del uso de estrategias pedagógicas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, la comparación de programas analíticos de curso con los programas de sus pares académicos, la actualización de temas, contenidos y competencias de cursos acorde a las dinámicas internacionales y el fortalecimiento de las estrategias didácticas de los profesores en el uso apropiado de las TIC para el desarrollo de las competencias del estudiante”, según la misma guía. Puede leer: E Learning, clave en la educación a la distancia.