Los programas de especialización, maestría o un doctorado van más allá de aprender teoría. Debido a su fuerte carácter investigativo, requieren de saber comunicarse con otros profesionales para conseguir información, discriminar entre datos verdaderos y falsos o aprender a manejar una carga horaria intensa. Sin más preámbulos, estos son el tipo de habilidades que usted podrá desarrollar durante un posgrado:
1. Dominio del proceso investigativo
Este es el foco de muchos tipos de posgrado. Llevar a cabo una investigación requiere de habilidades como saber buscar en bases de datos, identificar qué fuentes son confiables, escoger los artículos o libros más útiles en poco tiempo, reconocer los fragmentos y secciones más relevantes, organizar la información según el criterio más adecuado, diligenciar entrevistas, redactar encuestas, manejar materiales de archivo, realizar un buen análisis estadístico, escribir un documento comprensible y bien organizado, saber citar y armar una bibliografía, entre otras. A la larga, esto se traduce en que usted aprenderá a discriminar, interpretar, procesar y aplicar información según lo requiera su escenario de trabajo.
2. Manejo del tiempo
Organizarse para recolectar datos, leer, asistir a clases, ir al trabajo y redactar una tesis todos los días no es un tarea sencilla. Lo más probable es que una maestría lo obligue a saber cómo dedicarle el suficiente espacio a cada obligación y tarea diaria, para alternar sin problemas con los horarios que reserva a otras actividades, independientemente de que sean laborales o personales, a corto o largo plazo.
3. Aprender a trabajar en grupo
Debido a la cantidad de trabajo, es frecuente que los posgrados incluyan varias actividades en grupo o que varios estudiantes se dividan las tareas entre sí. Como resultado, aprenderá a coordinar sus habilidades, conocimientos y horarios para alcanzar los mejores resultados y completar cada tarea asignada.
4. Conseguir contactos profesionales
No solo con las fuentes que necesitará para sus investigaciones, sino también con sus compañeros de clase y sus profesores. Todos ellos pueden ayudarle a seguir avanzando en el mundo académico y laboral o a conseguir recursos informativos. Un posgrado es un buen escenario para conocer lo que diferentes profesionales pueden ofrecerse los unos a los otros y así crear una gran red de contribución en el ejercicio profesional.
5. Habilidades duras diversas
Durante un posgrado, “los profesionales logran afianzar distintas habilidades duras como, por ejemplo: la gestión de proyectos, el manejo de redes sociales, manejo de varios idiomas y manejo de herramientas tecnológicas avanzadas”, afirma Constanza Ramírez Gómez, directora nacional de Formación Empresarial y Educación Continua de la Fundación Universitaria del Área Andina.
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Según Ramírez Gómez, los posgrados tienden a ser más beneficiosos para “las profesiones relacionadas con el área de la tecnología ya que se requiere estar a la vanguardia, teniendo en cuenta la velocidad a la que avanza este campo”. Los cargos académicos también tienden a privilegiar a los especialistas, maestrantes y doctores, puesto que estos títulos son prueba de su dominio sobre el área del conocimiento de su elección.
Las cifras del Servicio Nacional de Empleo indican que de las 1.664.105 vacantes de empleo disponibles durante el 2021, 36.666 requerían como mínimo una especialización, 3.217 exigían una maestría y 251 estaban dirigidas solo a trabajadores con doctorado.