El ambiente virtual no es un escenario novedoso para la formación posgradual. Desde antes de la emergencia sanitaria por el COVID ya habían muchos programas de este nivel educativo en el país y en el extranjero, estructurados bajo esa metodología de estudio.
Las clases virtuales en posgrados facilitan los tiempos y espacios de estudios a quienes los cursan que, por lo general, son profesionales empleados que deben cumplir con un horario. También permiten acceder a programas de universidades fuera de la ciudad o el país, sin necesidad de trasladarse.
De acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información de la Educación Superior (SNIES), 395 programas de posgrados en el país, debidamente registrados, son virtuales. La mayoría de estos son especializaciones universitarias (235) y maestrías (131). No registran doctorados.
Son 121 los programas que registra el SNIES en la modalidad a distancia, que mezcla los recursos virtuales con clases presenciales, programadas cada cierto tiempo (15 días o un mes, dependiendo del programa).
Más habilidades
El Instituto Europeo de Posgrados, reconocido como una de las mejores instituciones de habla hispana en cuanto a formación en línea, señala que entre las ventajas de cursar posgrados virtuales está el ahorro de dinero en esta inversión, porque se reducen gastos como el transporte.
“El alumno que apuesta por la formación de un posgrado online practica competencias que serán muy valiosas en su vida profesional: autodisciplina y automotivación. Es decir, aprende a organizar su tiempo de una forma responsable, sin contar con el refuerzo constante de un profesor. También desarrolla otra competencia muy útil: la tecnológica”, señala IEP en una publicación.
El mar de posibilidades para escoger entre los programas de universidades locales, extranjeras y los centros virtuales que se han popularizado en los últimos años con especializaciones o máster a través de módulos, complica la elección de quienes se deciden por cursar un posgrado. Por esto, le recomendamos 5 puntos para tener en cuenta antes de matricularse:
¿Tiene registro calificado?
Revise si el programa que le interesa tiene el registro calificado del Mineducación. Eso le garantizará que su educación cuenta con los estándares mínimos de calidad. Si se trata de una universidad extranjera, consulte cuál es la certificación de calidad de ese país en términos de posgrados y si el programa al que aspira la tiene.
El título que recibe
Si se trata de un centro virtual y no de una universidad, confirme qué tipo de título o acta le entregan al finalizar sus estudios; además, compruebe si este documento es reconocido en Colombia, o si es válido al momento de demostrar su formación en determinada área en caso de que se postule a un empleo o a un grado superior de estudio que lo exija como prerrequisito.
Hoja de vida de profesores
La planta docente es fundamental en la formación posgradual, incluso la trayectoria de los docentes y tutores influye en el precio de la matrícula, por esto es necesario que revise si los docentes que refiere la universidad tienen los estudios y la experiencia que se indica. Si se trata de personajes reconocidos en su área o con publicaciones de investigación o científicas, es sencillo encontrar la hoja de vida en portales como CvLAC (Currículum Vitae Latinoamericano y del Caribe).
Herramientas y horarios
La formación virtual no es sinónimo de informalidad. Por esto, debe verificar si su posgrado en línea requiere que esté conectado con su tutor o compañeros en cierto horario y a través de qué plataformas se desarrolla la formación para que revise si cuenta con los equipos y herramientas para acceder a esta.
Pago y financiación
El factor monetario es importante. De hecho, gran parte de los desertores de los programas de posgrados deciden retirarse porque no puede seguir costeando la matrícula. Antes de iniciar, defina si el pago es por módulos, créditos académicos, ciclos, semestres o por años; si la universidad cuenta con métodos de financiación, si debe asumir gastos de inscripción y qué se tiene en cuenta para el incremento anual o semestral del precio. Así podrá calcular sus pagos y planear cómo costeará la inversión en educación.