Clases virtuales, trabajos en grupo de forma remota, lidiar con obligaciones de la casa además del estudio y varias situaciones más, que ahora afrontan los estudiantes escolares y de pregrados, hacen parte de la rutina habitual de aquellos que cursan posgrados.
Contrario a los alumnos de otros niveles académicos, que pueden estar sujetos a las exigencias de los padres de familias, quienes cursan una maestría, especialización o doctorado es porque lo han decido por sí mismo y esto va acorde con sus metas personales y profesionales. Por esto, hay una mayor independencia en este nivel de estudio y las relaciones con los profesores y actividades académicas suele ser muy distintas.
“Al posgrado se le concibe como la formación de nivel avanzado cuyo propósito central es la preparación para la docencia, la investigación, la aplicación tecnológica o el ejercicio especializado de una profesión”, explica el profesor Víctor Cruz Cardona en la publicación “Modelos educativos del posgrado: una visión internacional”, de la Asociación Universitaria Iberoamericana de Posgrado (AUIP).
Cruz añade que los diversos niveles de la formación posgradual “se ajustan más a un contexto de educación permanente (“life-long learning”) que combina de modo alternativo el aprendizaje y la acción, la formación y la práctica profesional”, por lo que es vital la disposición de los estudiantes.
El Universal le presenta lecciones que los alumnos escolares y de pregrado le pueden aprender a la formación de posgrados:
Compromiso de los estudiantes
Un estudio publicado por la Universidad de Córdoba, en Argentina, que compara a los estudiantes posgrado de universidades públicas y privadas muestra que los encuestados de ambas refieren que las motivaciones para iniciar sus estudios de posgrados fueron la superación personal, seguida por la especialización, el aumento de sueldo y el reconocimiento.
Tanto la motivación personal como el uso efectivo de su dinero en un posgrado, que no es más que una inversión en educación, promueve que los estudiantes de maestrías, especializaciones y doctorados se empeñen mucho más en sus actividades curriculares, eviten perder el tiempo y aprovechar al máximo los encuentros y tutorías con sus profesores.
Es más, este tipo de educación está concebida para que el estudiante sea autodidacta y sus maestros solo una guía en el proceso.
La publicación de AUIP firmada por el profesor Víctor Cruz señala, que por ejemplo, “en el doctorado se busca que el alumno gane autonomía intelectual, es decir que aprenda a aprender; adquiera disciplina de trabajo académico e intelectual, asuma una actitud más abierta y flexible ante un objeto de conocimiento”, entre otras.
Carmen Luz de Pretelt, directora de Los Libertadores en Cartagena, indica que la coyuntura actual devela el propósito real de la educación, en todos los niveles: “La responsabilidad de los estudiantes es el eje de acción del proceso enseñanza - aprendizaje, cuando se estudia a distancia, ya sea en el sistema tradicional, o aprovechando todas las tecnologías de la información y de la comunicación con las que contamos, este proceso queda claramente demarcado”.
Lo anterior puede ser aplicado por los estudiantes de básica secundaria, media académica y pregrado que cuentan con infinidad de recursos en línea para afianzar su aprendizaje por cuenta propia.
Uso de los recursos virtuales
Trabajar de forma remota, incluso para desarrollar proyectos de investigación, es común en la formación posgradual, pues dependiendo del nivel cursado y de la universidad, las clases son cada 8 o 15 días, e incluso mensual. Y también están los programas netamente virtuales, cuya oferta es amplia y permite a los interesados obtener títulos de universidades extranjeras.
“La oportunidad de estudiar y de compartir conocimientos está ahora magnificada gracias a esas herramientas de comunicación con las que cuenta la humanidad”, indica la directora de Los Libertadores en Cartagena.
Para esto, los estudiantes deben aprovechar las plataformas virtuales, bibliotecas en línea, tutoriales y demás herramientas que acompañan su proceso de formación.
Combinación de los estudios con otras tareas
Diversos estudios y encuestas demuestran que quienes cursan posgrados, especialmente maestrías y doctorados ya llevan adelantada su carrera profesional, cuentan con un trabajo o empresa y en su vida personal tienen a cargo más responsabilidades.
“Algunos de los estudiantes, además de tener un programa de posgrado en curso y un trabajo, tienen personas a su cargo. Poco más de 10 % de los encuestados dicen ser responsables de menores a 12 años y en la misma proporción a adultos mayores”, señala la encuesta publicada por la revista Nature, que consultó a más de 6 mil estudiantes de Europa, Asia, Centro, Sur y Norte América, África, y Australia.
Estas cifras señalan que el estudio no es el la única responsabilidad importante para los estudiantes de pregrado que deben ajustar su horario laboral, las actividades familiares y sus responsabilidades como padres de familia para cumplir con las exigencias curriculares.
“Tienen jornadas de trabajo extremas (...) el 76 % de los encuestados respondió que trabajan más de 41 horas semanalmente en su programa de posgrado”, analiza el Observatorio de Innovación Educativa del Tecnológico de Monterrey, sobre la encuesta de la revista Nature.
Interés por su futuro profesional
La preocupación por el futuro y acceder a mejores condiciones de vida, a través de un mejor salario, son algunas de las motivaciones de los estudiantes de posgrados. Sin embargo, el perfil profesional y la vida laboral a largo plazo no suele ser una preocupación para los estudiantes de pregrado o media académica, por lo que es más fácil que descuiden los estudios por distracciones vanas.
Según el Observatorio Laboral para la Educación, los recién graduados de posgrados ganan 2,2 veces el salarios de quienes recién egresan de una carrera de pregrado, por encima de los 3 millones de pesos. (Lea aquí: Estudios de posgrado ¿el camino hacia un mejor empleo y un salario más alto?)
Aunque un buen puesto de trabajo o una remuneración salarial alta no son logros inmediatos para los estudiantes colegiales o alumnos de pregrado, esmerarse en sus estudios puede dar lugar a becas en el extranjero, subvenciones para aprender idiomas o pasantías en compañías importantes, lo que finalmente puede devenir en una buena paga.
Manejo del estrés y la ansiedad
Debido a las responsabilidades a las deben responder, a la dificultad de los contenidos, los tiempos de entrega, entre otras cosas, los estudiantes de posgrados presentan altos niveles de estrés y ansiedad. (Lea aquí: Impacto psicológico de la cuarentena)
La encuesta de la revista Nature demuestra que “los estudiantes de posgrado tienen seis veces más probabilidades de experimentar depresión y ansiedad en comparación con la población general”.
Si bien la carga de los otros niveles académicos no es tan pesada como la de posgrados, en la situación de confinamiento e incertidumbre por la emergencia del COVID-19 es probable que los jóvenes presenten tales afectaciones. Es por ello que deben acudir a los servicios de asistencia psicológica que han dispuesto las universidades y colegios para ellos.