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En medio de la pandemia por COVID-19, ¿es buena idea hacer un posgrado?

Ante la crítica situación que ha impuesto la pandemia por el coronavirus, aparece un escenario favorable para acceder a la formación posgradual desde su hogar.

En medio de la pandemia por COVID-19, ¿es buena idea hacer un posgrado?

Decídase a cursar un posgrado durante el aislamiento obligatorio, una vez confirme que cuenta con todos los recursos para ello. // 123RF.

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Algunas de las razones para optar por no cursar ningún tipo de posgrado mientras trabaja a tiempo completo, así sea desde la casa, son la falta de tiempo y la ausencia de los recursos económicos necesarios. Si bien en esta época de pandemia la situación no se ha hecho más fácil, ni mucho menos el reloj se ha detenido, la misma coyuntura ha llevado a las instituciones educativas a ser mucho más flexibles en términos de cobros de matrículas y facilidades de pago, ya que son conscientes de que la educación, por cuenta de la deserción, es uno de los sectores duramente golpeados en medio de esta crisis.

Así mismo, muchas de las facultades educativas que solían ofrecer un pénsum que generalmente no se acoplaba a su horario de trabajo, han tenido que adaptar la mayoría de sus programas para ser tomados de manera virtual ante las medidas de distanciamiento social impuestas y las restricciones actuales que buscan evitar el contagio de COVID-19.

A continuación, le presentamos tres consejos claves para que se anime a cursar un posgrado y avance, mientras el mundo, que nunca se detiene, se mueve por ahora a paso lento.

1. La elección correcta

Definitivamente le tiene que gustar lo que hace y debe tener muchas ganas de aprender y evolucionar. Y es que no se trata de escoger un posgrado porque sí; se trata de buscar una alternativa que efectivamente se alinee con sus metas profesionales y que le permita acceder a mejores oportunidades laborales. (Lea aquí: Guía práctica para elegir un posgrado)

Estudie muy bien sus opciones y trace un plan que le permita sumarse a un nuevo proyecto académico sin generar demasiados sobresaltos en las demás áreas de su vida. A diferencia de su elección de pregrado, que le ofrecía la oportunidad de ingresar y arrepentirse luego, siendo algo por supuesto no muy ideal, una especialización exige mucha convicción y respeto por lo que se hace, por lo que no es una decisión para tomarse a la ligera.

2. ¿Cuenta con todos los recursos?

Al hablar de recursos no nos referimos únicamente a los económicos. Cada área del conocimiento cuenta con sus propias exigencias en cuanto a requerimientos académicos, tecnológicos, entre otros, al tiempo que algunas especializaciones demandan más gastos que otras. Por esta razón, es clave saber que se cuenta con todo lo necesario para cursar de manera completa y eficaz cualquier proyecto educativo en el que decida participar, ya que de esta manera evitará perder tiempo y dinero.

La pandemia por coronavirus ha ocasionado que el panorama financiero de los ciudadanos no se vea de la mejor manera en los últimos días, y se sabe que la situación será compleja al menos durante un año. Sin embargo, en medio de cada dificultad siempre aparecen oportunidades, esta vez traducidas en descuentos, facilidades de pago, flexibilidad de horarios, acceso a herramientas y diferentes ayudas que le permiten dejarse seducir para inscribirse a un posgrado y de una vez por todas hacer la reinvención de la que tanto hablan por estos días.

Haga sus cuentas de manera realista y priorizando sus obligaciones principales. A pesar de que pueda haber visto reducidos sus ingresos en medio de esta difícil emergencia sanitaria, nunca antes habían habido tantas facilidades y apoyos financieros para acceder a buenas oportunidades de estudio. También es una buena opción saber que podrá ahorrar tiempo y dinero al no tener que desplazarse hasta un salón de clases físico, ya que la virtualidad será cada día una opción más viable y a la que pronto se adaptará.

3. “A meterle la ficha”

Esta nueva realidad que nos hemos visto obligados a asumir, exige la mejor versión de cada uno y nos impulsa a trabajar más fuerte para, no solo alcanzar una meta personal, sino también para hacer parte del cambio que este nuevo orden global demanda.

Sobre este tema, un análisis hecho por el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana sobre la situación de las universidades en medio de la pandemia por COVID-19, sugiere que “se requieren esfuerzos para que los profesores y los estudiantes cambien su mentalidad y su comportamiento para mejorar la disposición de adaptación al cambio, de modo que haya más apertura a absorber con mayor profundidad y con mejor actitud el trabajo y el estudio remoto. Para esto, se puede trabajar con toda la comunidad educativa enviando mensajes y consejos, entre otros, por medio de correos electrónicos y redes sociales”. (Lea aquí: Educación virtual y continua: opciones para aprender en la cuarentena)

Por otro lado, el rector de la Universidad de Los Andes, Alejandro Gaviria, subraya que “en la actualidad, todos los investigadores y científicos han tenido que involucrarse en los debates de la coyuntura. Generalmente, la investigación era un diálogo entre especialistas y creo que esa tendencia, que no era buena, con el COVID está cambiando. Nosotros seguiremos patrocinando la investigación para conectarnos más con la sociedad”.

Es justo decir que esta nueva realidad nos tomó a todos por sorpresa, y aunque ha sido más fácil para unos que para otros adaptarse a las nuevas exigencias, que son a la vez oportunidades, definitivamente todos debemos hacer el esfuerzo por comprender que en este momento estamos al mismo tiempo aprendiendo a vivir de nuevo y adaptándonos a un escenario tecnológico que, de no ser por la pandemia, no se habría presentado todavía. Somos como niños aprendiendo a vivir en un mundo nuevo, uno que de ahora en adelante apostará por intercalar lo presencial con lo virtual.

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