Muchos tipos de violencia en nuestra sociedad actual se presentan al interior de los hogares, no solo con expresiones de agresión físicas y psicológicas, sino en cualquier tipo de escenario donde uno de los integrantes busca imponer su voluntad reduciendo los derechos de los otros miembros.
Entre las dinámicas que más se presentan en torno al abuso intrafamiliar o doméstico, se destaca la violencia económica que, aunque no genera tanto ruido como los ataques físicos, limita la capacidad de decisión de la víctima y restringe sus libertades.
“Es una forma de violencia donde el abusador controla todo lo que ingresa al patrimonio común, sin importarle quién lo haya ganado. Manipula el dinero, dirige y normalmente en él radica la titularidad de todos los bienes. Aunque esta violencia también se presenta en espacios públicos, es en el ámbito privado donde se hacen más evidentes sus efectos”, señala el Observatorio para la Equidad de las Mujeres (OEM).
Ya sea que la pareja o algún miembro de la familia retenga su dinero, lo robe o restrinja el uso de estos recursos, cualquiera de estas situaciones constituyen ejemplos de violencia doméstica o patrimonial. Le puede interesar: ¿Cómo saber si tengo una relación “tóxica”?
Señales para reconocer este tipo de violencia
Para determinar si usted es víctima de este tipo de acciones, responda con honestidad estas preguntas que propone la organización WomensLaw sobre su pareja o alguien con quien comparte domicilio:
¿Le roba dinero a usted o a su familia?
¿Le fuerza a darle acceso a sus cuentas de banco para hacer transacciones sin pedirle su opinión?
¿Le hace sentir como si no tuviera derecho a saber los detalles de cómo se maneja el dinero o los recursos económicos de la familia?
¿Le asigna una cantidad de dinero a la semana o al mes aún si usted no está de acuerdo?
¿Le fuerza a rendirle cuentas de cómo ha gastado el dinero, por ejemplo, pidiéndole recibos?
¿Le impide estudiar o asistir a cursos de capacitación?
¿Gasta más de la cuenta utilizando sus tarjetas de crédito o se rehúsa a pagar los cargos lo cual está arruinando su informe crediticio?
¿Restringe los recursos físicos tales como comida, ropa, medicamentos, amparo?
¿Le fuerza a entregarle su sueldo o sus cheques del beneficio público?
¿Le fuerza a liquidar, vender, o darle poder sobre todos sus bienes financieros (por ejemplo, bonos, acciones o propiedades)?
¿Le fuerza a darle poder notarial para que su pareja pueda firmar documentos legales?
¿Le fuerza a trabajar en el negocio familiar y le paga muy poco o nada por su trabajo?
¿Le impide obtener o usar tarjetas de crédito o del banco?
¿Se niega a trabajar para ayudar a mantener la familia?
¿Interfiere con su ejecución en el trabajo, llamándole sin parar, visitando su trabajo sin avisar, etc.?
¿Amenaza con reportarle falsamente por “hacer trampa” en sus beneficios públicos para que se los quiten?
¿Le fuerza a liquidar, vender o darle poder sobre cualquier recurso financiero o herencia que usted tenga?
¿Le fuerza a aceptar un poder notarial que le permitiría a su pareja firmar documentos legalmente sin su conocimiento o consentimiento?
De acuerdo con la organización, que adaptó este cuestionario de uno compartido por la Fundación Allstate, si ha contestado “sí” a más de una de estas preguntas, puede estar siendo abusada económicamente en su hogar y seguramente otros tipos de maltrato están presentes.
“Dada la dependencia económica, es muy difícil para las mujeres salir de una relación violenta. A la vez, para la mujer con hijos, la separación o divorcio reproduce la dependencia económica por la necesidad de asistencia alimentaria del agresor y es sobre ella que recae el cumplimiento de esta asistencia. Este proceso puede generar aún más violencia de parte de la ex pareja. Aun cuando se cumple con los alimentos, una madre desempleada o con pocas alternativas en el mercado laboral, rara vez logra salir de la pobreza”, concluyó el estudio “De la potestad marital a la violencia económica y patrimonial en Colombia”, publicado en 2021 por la Revista Estudios Socio-Jurídicos de la Universidad del Rosario. Puede leer: ¿No quieren nada contigo, pero sí tu atención? Ojo, puede ser breadcrumbing.