“Muchos de los cambios observados en el clima no tienen precedentes en miles, sino en cientos de miles de años, y algunos de los cambios que ya se están produciendo, como el aumento continuo del nivel del mar, no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o milenios”. Le puede interesar: Protección costera: desborde acelerado a nivel mundial.
La dramática revelación sobre la situación a la que se enfrenta la Tierra fue parte del informe emitido por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) el pasado 9 de agosto, y es sin duda un campanazo de alerta para todas las ciudades del mundo, con especial énfasis en las costeras, así que sin duda es una bandera roja para Cartagena.
Pero La Heroica, acompañada por el Gobierno nacional, ya comenzó a trabajar para mitigar los impactos del cambio climático, motivada por las inundaciones por el aumento de la marea y la erosión costera que sufre la ciudad.
Y es que el Plan 4C, una herramienta creada por la Alcaldía de Cartagena para exponer el panorama a 2040 y que formula acciones para minimizar las consecuencias de los fenómenos climáticos, asegura que dentro de 19 años estarán bajo amenaza de inundación el 100% de las playas, 26,2% de las viviendas, 86% del patrimonio histórico, 28% de la industria y 35% de la infraestructura vial.
Con esta proyección, Cartagena se preparar para el inicio de las obras del primer componente del macroproyecto de protección costera, que arrancaría entre octubre y noviembre, es decir, en menos de dos meses. Puede leer: Se avecinan las obras de Protección Costera en Cartagena.
Contra el cambio climático
Estas intervenciones han sido planteadas como claves para tres factores: mitigar efectos del cambio climático, prevenir efectos del aumento del mar y la supervivencia del territorio, y el plus es la conformación de más metros de playa, 50 metros en algunas zonas y 80 en otras.
Pero más allá de la expectativa por los trabajos y las preocupaciones por lo que supone tener una gran zona de obras en Bocagrande y el Centro, la pregunta es si esto será suficiente para afrontar lo advertido por el IPCC en su más reciente informe.
Respecto a la importancia de la protección costera, Jairo Useche, director de investigaciones de la Universidad Tecnológica de Bolívar (UTB) y profesor titular de ingeniería en la misma institución, aseguró que estas obras le dan “viabilidad” a Cartagena como ciudad. “El informe de la ONU es bastante claro con la proyección de aumento del mar a nivel mundial, hasta alcanzar entre los 90 y los 100 centímetros de altura, eso significa la inviabilidad de Cartagena si no hace nada para prepararse y asegurar supervivencia”.
A la pregunta de si son suficiente o no estás obras, Useche aseguró que lo contratado resuelve parte del problema, “va a ayudar a controlar las inundaciones por aumento de marea, aumento del nivel del mar, por oleaje en la avenida Primera, va a a permitir ganar espacios, playas, pero si eso no está acompañado de manejo un hidráulico que permita evacuar el agua lluvia, las inundaciones van a continuar”.
No es una solución definitiva
Las obras de protección costera de Cartagena no han pasado sin generar debate, y para Germán Rivillas, doctor en ingeniería civil-hidráulica y profesor de la Universidad del Norte, la razón es haberlas planteado como la solución que protegerá la ciudad contra el aumento del nivel del mar y los efectos del cambio climático.
“Sin embargo, por la tipología de estructuras diseñadas es muy difícil que esto suceda, pues son obras rígidas, que protegen frentes particulares de playa pero no tienen como función controlar los efectos del ascenso del nivel del mar pronosticado por el IPCC”.
Rivillas destaca que esto no significa que todo este perdido, “se les puede bajar la rigidez, existen opciones para ello y complementarlas con otras intervenciones más amigable con el entorno natural. El problema es que en Colombia llevamos décadas utilizando los mismos esquemas de protección”.
En el concepto del experto, esquemas como el propuesto para Cartagena se usa en casos muy puntuales, aclarando que se trata de un sistema prácticamente en desuso en países del primer mundo, y existe en el país la propuesta de implementar un nuevo modelo: el de Soluciones Basadas en Naturaleza (SBN).
“Esta opción no significa solo revegetar, como creen muchos, sino que combina de manera adecuada obras duras, blandas y elementos naturales que ayudan a la protección de las playas.
Si se combinan adecuadamente diferentes esquemas de protección, es posible solucionar los problemas de erosión, pero se debe entender que usualmente son procesos de mediano a largo plazo, y en Colombia solo pensamos en la contingencia, buscamos la mitigación y no la adaptación, si se habla en términos de cambio climático”, indicó el docente de Uninorte.
Respecto a los espolones, anotó que generan muchos problemas porque al tener carácter de mitigación, “rompen el equilibrio de muchos procesos físicos que hay en las playas. Si las medidas actuales se combinan con opciones de SBN quizás el impacto ambiental sea menos fuerte comparado con las obras tal como están planteadas”.
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