El encanto único de Cartagena de Indias es producto de la suma de muchos elementos: su arquitectura colonial, su ubicación geográfica privilegiada, la riqueza de su zona insular entre muchas otras características que la destacan a nivel mundial como destino de interés.
En la ‘ecuación’ que hace atractiva a Cartagena también están sus tradiciones, costumbres y creencias, todo aquello que no se ve pero que impregna a quienes nacimos aquí y que suma a la magia del Corralito de Piedra.
Lo anterior es gracias a todas las culturas que aquí coincidieron, toda esa influencia española, indígena y africana que marcó la identidad de nuestra ciudad. Estas son algunas de nuestras tradiciones en las que se mantiene viva la herencia multicultural.
Fiestas de la Virgen de la Candelaria
La celebración de la Virgen de La Candelaria, cada 2 de febrero, es una de las tradiciones más antiguas de la ciudad que se mantiene con el mismo entusiasmo año tras año. Esta tradición, como todas nuestras costumbres religiosas, es de origen español. La devoción por la Virgen de La Candelaria fue traída a Cartagena por los agustinos recoletos, una orden católica de la región de Castilla (centro de España), quienes se instalaron en el Cerro de La Popa en el siglo XVII.
La llegada de los frailes de esta orden religiosa y su devoción por la Virgen de La Candelaria se popularizó rápidamente en la ciudad, a pesar de que ya estaban asentadas varias comunidades católicas, especialmente por el empeño de estos en la construcción del convento de La Popa, que fue ejemplo de sacrificio y entrega para la población cartagenera de entonces. Lea también: Tres eventos clave que dieron lugar a la independencia de Cartagena.
Pero en las Fiestas de La Candelaria no solo conservan el legado católico de los agustinos recoletos, sino que fusiona otros elementos populares como la venta de caña de azúcar, una práctica sostenida desde los inicios de esta celebración, ya que la fecha de la conmemoración religiosa coincide con la época de cosecha del cultivo que resulta refrescante y da energía para los feligreses que hace la peregrinación hasta La Popa.
Cabildo de Getsemaní
El Cabildo de Getsemaní es la representación viva de la resistencia afrodescendiente en Cartagena, es uno de los eventos claves en la agenda de las Fiestas de la Independencia.
Cabildo fue como le llamaron los españoles a la organizaciones que formaron los esclavos africanos traídos a Cartagena, que por lo general se asociaban de acuerdo con su lugar de origen, y tenían como objetivo mantener la memoria de ciertas tradiciones, como la música y el baile. Un día al año, los cabildos de esclavos tenían la libertad de festejar y celebrar sus tradiciones, incluso podían mofar a sus amos vistiéndose como ellos.
Vale la pena aclarar que el cabildo de Getsemaní no es una tradición que se mantuvo desde la época de la Colonia, es más no hay registros que indiquen que en este barrio había un cabildo como tal sino que tal celebración se inició en 1985 con el fin de recuperar la memoria oral y la tradición que representaban los cabildos, en Getsemaní que fue un sector crucial para la Independencia por la labor de los artesanos y comerciantes.
El Cabildo de Getsemaní comienza en el barrio Canapote y se extiende por cinco kilómetros hasta la Plaza de La Trinidad, donde se concentra la gran celebración. Le puede interesar: Cabildo de Getsemaní ¡más vivo que nunca!
Fritos cartageneros
¿Alguna vez te has preguntado cómo nacieron las deliciosas empanadas, arepas de huevo y carimañolas, entre otros fritos, que solo se disfrutan en la Costa Caribe? Pues bien, estas delicias gastronómicas son la suma de varios elementos africanos, indígenas y españoles, y son tan importantes en nuestra cultura que cuentan con su propia celebración anual: el Festival del Frito Cartagenero que se realiza en el marco de la Fiestas de La Candelaria.
Por un lado, el uso de la harina del maíz y de la yuca es una costumbre indígena; los africanos aportaron el método de la fritura profunda en aceite y en calderos que trajeron de sus tierras y el rellenar las masas tiene origen en la gastronomía española, tanto así que es una costumbre que se replica en otras preparaciones de Latinoamérica como las hallacas y los tamales.