Una de las historias menos difundidas sobre la historia de la Independencia de Cartagena, rememorada como un acto de heroico y de valentía que no solo inspiró a otras poblaciones del Virreinato de la Nueva Granada a librarse de los españoles sino que también motivó al resto de América Latina, es que no siempre fue “bien vista”.
Lo anterior quedó consignado en algunos textos históricos del siglo XIX, según recoge un artículo del Banco de la República sobre el Centenario de la Independencia, publicado en Credencial Histórica. Le puede interesar: Galería: una mirada a la evolución de Cartagena.
“Autores como José María Quijano Otero, Francisco Javier Vergara y Velasco, José Joaquín Borda, Soledad Acosta de Samper, entre otros, si bien no desconocían la importancia de los sucesos de 1811, no menos cierto era que condenaban como ‘antipatrióticas’ las aspiraciones del gobierno federalista de Cartagena al no vincularse a la Junta de Gobierno en Santa Fe”, indica la publicación del Banco de la República.
De acuerdo con esto, el problema no radicaba en las aspiraciones de Cartagena de cortar el dominio español sino en autodenominarse como una federación y no vincularse a la Junta de Gobierno de Santa Fe, lo que según los precursores de esta idea era antipatriótico y contribuía a las ideas separatistas. Lea también: Lo que implica el título de ‘Patrimonio Histórico’ para Cartagena.
Los líderes sociales de Cartagena entonces le hicieron “un gran mal a la patria, promoviendo la desunión, atizando las rivalidades y pronunciando la palabra federación, que por entonces era funesta”, dice Quijano Otero en el ‘Compendio de la historia patria’.
Pese a esta posición, por mucho tiempo se consideró el 11 de noviembre como la fecha de la Independencia nacional (hasta 1873 cuando se decretó el 20 de julio como la festividad oficial) y fueron muchos más las reseñas históricas que exaltaron la proeza de Cartagena.